Nueva etapa

Los ciudadanos catalanes est¨¢n convocados a las urnas este domingo para elegir al Parlament. Se trata de una convocatoria electoral de trascendental importancia para Catalu?a. En primer lugar, porque es ocasi¨®n para aclarar el camino hacia el futuro de una sociedad que necesita alejarse de una d¨¦cada nefasta como la pasada, marcada por intolerables intentos subversivos en la persecuci¨®n de la independencia, la calculada polarizaci¨®n de la ciudadan¨ªa hasta extremos de desgarro, el total desgobierno, la par¨¢lisis legislativa, la estampida de empresas y un grave empa?o de su imagen internacional. En segundo lugar, porque el reto de la gesti¨®n sanitaria y econ¨®mica vinculada a la pandemia requiere un esfuerzo de gobernanza sin parang¨®n en una generaci¨®n. Por todo ello, es especialmente importante que los ciudadanos respondan a la convocatoria democr¨¢tica en masa, manifestando su voluntad sobre el horizonte hacia el que debe avanzar la comunidad.

Se trata de elecciones convocadas en circunstancias excepcionales, con niveles de contagio todav¨ªa muy elevados, y que se celebran tras un intento de aplazarlas apoyado por una mayor¨ªa de partidos y rechazado por los tribunales. Estas circunstancias no deben proyectar sombra ninguna sobre la convocatoria: estas elecciones son plenamente leg¨ªtimas; quienes tengan la tentaci¨®n de manifestar alguna clase de cuestionamiento si los resultados no les favorecen deben tener claro que se tratar¨ªa de un inaceptable comportamiento antidemocr¨¢tico. Ya se ha visto en otros lares a qu¨¦ clase de consecuencias conducen semejantes irresponsabilidades.

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Fotogaler¨ªa: La jornada electoral de las elecciones catalanas 2021

Se trata adem¨¢s de una cita marcada por la persistencia de una l¨®gica de bloques que augura un p¨¦simo futuro. En la recta final, los partidos independentistas han rubricado un pacto promovido por una asociaci¨®n de muy escasa proyecci¨®n para comprometerse a mantener un cord¨®n sanitario en contra del PSC. Adem¨¢s de la inquietante sensaci¨®n de subordinaci¨®n de los partidos a movimientos minoritarios y radicalizados, el pacto produce desoladoras consideraciones sobre lo dif¨ªcil que ser¨¢ superar la anterior etapa. No caben ingenuos optimismos; pero tampoco rendirse al pesimismo. Catalu?a y Espa?a necesitan la definitiva superaci¨®n del aventurismo independentista ilegal ¡ªque no tiene ni tendr¨¢ cabida ninguna en el marco democr¨¢tico catal¨¢n y espa?ol¡ª y, m¨¢s en general, del marco mental unilateralista; urge la apertura de una nueva etapa que permita desinflamar el conflicto. Ello requerir¨¢, es evidente, di¨¢logo.

Las elecciones ser¨¢n adem¨¢s fecundas de consecuencias m¨¢s all¨¢ de Catalu?a. El resultado podr¨¢ alterar la fr¨¢gil alianza por la que ERC ha apoyado externamente la coalici¨®n entre PSOE y Podemos, podr¨¢ alterar tambi¨¦n los equilibrios internos en esta misma coalici¨®n y tendr¨¢ consecuencias tambi¨¦n en la oposici¨®n, sobre todo si la ultraderecha de Vox lograse un sorpasso al PP.

Abundan razones, pues, para acudir a las urnas. Las se?ales emitidas por la campa?a no son alentadoras para quienes desean una mejora de la convivencia dentro del marco democr¨¢tico y de la eficacia de la gesti¨®n pol¨ªtica. Pero la historia pol¨ªtica de Europa tiene en sus p¨¢ginas momentos que demuestran que cambios profundos e inesperados son posibles, que pragmatismo y magnanimidad pueden imponerse. Las primeras letras de esos momentos se escriben en las urnas.