Apoteosis de la ignorancia
Con las realidades paralelas, regresa la prueba diab¨®lica inquisitorial, que exige pruebas de inocencia en vez de pruebas de culpabilidad
Ya nos advirti¨® Donald Rumsfeld, el poeta de la guerra global contra el terrorismo cuando se hallaba a cargo del Pent¨¢gono. El peligro no viene de lo que sabemos, ni siquiera de lo que no sabemos, sino de las cosas desconocidas que no conocemos. Gracias a este tipo de silogismos, George W. Bush se lanz¨® a la guerra de Irak en 2003 en busca de unas armas de destrucci¨®n masiva que no exist¨ªan, pero que bien pudieron existir. Quienes ped¨ªan las pruebas de que Sadam Hussein merec¨ªa ser derrocado y su pa¨ªs invadido, porque adem¨¢s de las peligrosas armas tambi¨¦n se le hac¨ªa responsable de los ataques del 11-S, recib¨ªan como respuesta que eran ellos quienes deb¨ªan presentar las pruebas de la inocencia del dictador iraqu¨ª.
Ahora, con Donald Trump se ha producido la apoteosis de la ignorancia como principio rector del conocimiento. No importa lo que sabemos y podemos comprobar. Lo ¨²nico que importa es lo que no sabemos y no podemos comprobar. Lo demuestran sus 30.573 mentiras en cuatro a?os, que culminaron con la mentira m¨¢s desmesurada y peligrosa sobre su inexistente victoria electoral. Es una bola que todav¨ªa cree un 70% del electorado republicano y la mayor¨ªa de sus congresistas y senadores, de forma que consideran ileg¨ªtimo al presidente Biden y obligada una revisi¨®n de las leyes electorales para limitar el derecho de voto con la excusa de un fraude masivo cuya existencia tampoco ha podido ser probada, ni en los recuentos ni en los m¨¢s de 60 recursos a los tribunales.
El diagn¨®stico profesoral de Barack Obama es que nos encontramos ante una crisis epistemol¨®gica de proporciones ¨¦picas, puesto que nuestras sociedades son incapaces de construir un conocimiento de la realidad compartido, basado en la ciencia y en los hechos. Con la aparici¨®n de las realidades paralelas, regresa la prueba diab¨®lica inquisitorial, que exim¨ªa a la acusaci¨®n de demostrar la culpabilidad y exig¨ªa en cambio que la defensa demostrara la inocencia del reo.
En vez de dar por verdadero, aunque sea provisionalmente, solo lo que ha sido verificado, ahora, por el contrario, podemos dar por verdadero lo que solo es fruto de los prejuicios o simplemente del odio. Por ejemplo, que, mientras no se demuestra lo contrario, Trump ha ganado las elecciones o que el rey Juan Carlos estaba detr¨¢s del golpe de Estado del 23-F. Sobre esta concepci¨®n oscurantista se levantan tanto las teor¨ªas de la conspiraci¨®n como el eclipse de los hechos detr¨¢s del espect¨¢culo y de los relatos pol¨ªticos.
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