La da?ina excepci¨®n Ayuso
El PP debe evitar ser arrastrado en la senda radical y aislada de la l¨ªder madrile?a
La iniciativa de Isabel D¨ªaz Ayuso, con el apoyo de Pablo Casado, de disolver la Asamblea de la Comunidad de Madrid y convocar elecciones el 4 de mayo tiene que evaluarse en el delicado contexto en el que se produce, el de la monumental crisis derivada de la pandemia en una regi¨®n q...
La iniciativa de Isabel D¨ªaz Ayuso, con el apoyo de Pablo Casado, de disolver la Asamblea de la Comunidad de Madrid y convocar elecciones el 4 de mayo tiene que evaluarse en el delicado contexto en el que se produce, el de la monumental crisis derivada de la pandemia en una regi¨®n que se dispon¨ªa a dotarse por fin de unos muy necesarios nuevos presupuestos y que deb¨ªa esmerarse para afilar en los pr¨®ximos meses sus apuestas con vistas a la entrega de los fondos comunitarios. Nada de eso se atender¨¢, porque Ayuso aprovech¨® la moci¨®n de censura presentada en Murcia por Ciudadanos y PSOE contra el PP para presentarse como posible v¨ªctima de una maniobra parecida y convocar elecciones. Un simple razonamiento l¨®gico apunta a que, si tal cosa estaba prepar¨¢ndose en Madrid, el ataque habr¨ªa empezado ah¨ª, no en Murcia. Es en ese marco, pues, donde debe calibrarse hasta qu¨¦ punto la disoluci¨®n ¡ªy los meses de par¨¢lisis que genera¡ª es un gesto oportunista para consolidar su poder en Madrid y la influencia de su visi¨®n radical a escala nacional.
En su llamativa trayectoria, Ayuso ha demostrado sobradamente que no le duelen prendas en embarrar el juego pol¨ªtico y postergar el inter¨¦s de la colectividad si de ello puede sacar beneficios partidistas ¡ªen una concepci¨®n, adem¨¢s, muy radical y populista de lo que su partido, el Partido Popular, deber¨ªa ser¡ª. Por eso causa perplejidad que el l¨ªder nacional del PP bendijera un paso que, entre otros objetivos, pretende volar la senda de moderaci¨®n que Casado, nominalmente, defiende.
Desde que empez¨® la pandemia, Ayuso ha perseguido una estrategia destinada antes que nada a afirmarse como icono ultraliberal buscando la constante confrontaci¨®n con el Gobierno y desmarc¨¢ndose incluso de la posici¨®n de otras comunidades gobernadas por el PP. Ha entonado el mantra de la excepci¨®n madrile?a para construir su figura p¨²blica por encima de cualquier otro inter¨¦s y a costa de los p¨¦simos datos sanitarios que ha sufrido la ciudadan¨ªa. Es arduo encontrar en otras grandes urbes europeas pol¨ªticas sanitarias tan laxas, pero el PP de Madrid cree que son todos los dem¨¢s quienes van en direcci¨®n contraria en la autopista. Y es igualmente dif¨ªcil encontrar teatralizaciones al nivel de su ¡°socialismo o libertad¡±.
Era previsible que esa estrategia propagand¨ªstica terminara por conducirla a forzar unas elecciones en un momento que entendiera propicio para sus aspiraciones. Ah¨ª donde otros ¡ªcomo por ejemplo Italia¡ª entienden que lo prioritario ahora es evitar campa?as que suponen meses de par¨¢lisis y atender las urgentes necesidades, otros priorizan razones partidistas.
El PP ha optado as¨ª por un camino que refuerza din¨¢micas, las que impulsan formaciones como Vox, que solo se sostienen y avanzan en la medida en que debilitan al sistema. Precisamente la invitaci¨®n de Ayuso a elegir en mayo entre socialismo o libertad da la medida exacta de la distorsi¨®n que introduce en el escenario electoral y la peligrosa banalizaci¨®n del discurso. Mientras tanto, sus colegas del PP en otras comunidades se adhieren a medidas restrictivas promovidas por el socialismo que ella califica como ¡°opresor¡± de libertades. A la manera de Trump, Ayuso se postula como la salvaci¨®n frente al caos. Es la peor medicina para un pa¨ªs que se enfrenta a una grav¨ªsima crisis y que amenaza con traer m¨¢s polarizaci¨®n y mayor da?o institucional.