Si Bolsonaro pierde las elecciones contra Lula, ?le pasar¨¢ el relevo pac¨ªficamente?
Lo ¨²nico que le preocupa al presidente es asegurarse su reelecci¨®n, es capaz de atropellar todas las libertades y de volver a acariciar su sue?o de implantar una nueva dictadura militar
La posible foto de Bolsonaro pasando pac¨ªficamente el relevo presidencial a Lula recorrer¨ªa el mundo. Eso es lo que el actual presidente intentar¨¢ evitar. Reci¨¦n elegido en 2018, el mandatario empez¨® enseguida a poner en duda la legitimidad de las urnas y exigi¨® el voto escrito.
Lleg¨® a decir que de no haber manipulado los votos habr¨ªa ganado en la primera vuelta y que ten¨ªa pruebas de ello, aunque nunca las present¨®. Desde entonces ha dejado claro que de perder en las elecciones de 2022 no aceptar¨¢ pac¨ªficamente los resultados.
Desde que apareci¨® de sorpresa la posibilidad de que Lula pueda disputar las elecciones Bolsonaro ha insistido en que solo ¨¦l puede imponer el Estado de sitio en el pa¨ªs. Ha hablado de nuevo de la posibilidad de un golpe, de que ¨¦l cuenta con ¡°su ej¨¦rcito¡±.
Bolsonaro nunca ha aparecido tan nervioso y agresivo. Tambi¨¦n se ha presentado, de repente, como el defensor de la vacuna. Ahora ha abierto una guerra contra los gobernadores a quienes acusa de ser los responsables de la tragedia de la pandemia por haber permitido medidas restrictivas para intentar contener el drama de la covid cada vez m¨¢s peligrosa y agresiva.
Lo ¨²nico que le preocupa al capit¨¢n desde que fue elegido es asegurarse su reelecci¨®n el a?o pr¨®ximo. Frente a ello, el presidente es capaz de atropellar todas las libertades y de volver a acariciar su sue?o de implantar una nueva dictadura militar. Cada d¨ªa su Gobierno parece m¨¢s militarizado o que haya defendido que la mayor¨ªa de los brasile?os ¡°tienen nostalgia de la dictadura¡±. Eso es algo que desmienten todos los sondeos nacionales en los que aparece que el 70% de los brasile?os est¨¢n a favor de la democracia.
Bolsonaro ha vuelto estos d¨ªas a la c¨ªnica filosof¨ªa de que ¡°la libertad es m¨¢s importante que la vida¡±. Solo que suena a sarcasmo: para ¨¦l el concepto de libertad no existe.
La primera vez que ha hablado de libertad se trata de libertad para infringir las leyes restrictivas contra el avance de la pandemia.
Bolsonaro no entiende de filosof¨ªa ni sabe lo que es un silogismo o un sofisma. Su fuerte no es el raciocinio ni la reflexi¨®n sino la impulsividad de las armas y la exaltaci¨®n de la violencia en todas sus vertientes.
Cuando el presidente defiende que la libertad vale m¨¢s que la vida no est¨¢ haciendo una reflexi¨®n filos¨®fica. Est¨¢ solo pensando en la libertad que sus huestes negacionistas piden para desobedecer las normas impuestas por la ciencia y la medicina en medio a la mayor tragedia sanitaria de la historia de Brasil.
Bolsonaro tiene pavor de perder votos de sus huestes si apoya las medidas necesarias no solo para prevenir el contagio personal sino tambi¨¦n para impedir el de los dem¨¢s. Llega a defender que es mejor morir o exponer a los otros a la muerte que impedir a la gente saltarse esas normas. Su ¨²nica obsesi¨®n es la de perder y por eso llega a despreciar la vida de los otros con tal de salvar su poder.
Si hay hoy en Brasil un pol¨ªtico que desprecie la libertad es Bolsonaro, cuyo vocabulario est¨¢ repleto de palabras como golpe, dictadura, guerra contra la libertad de expresi¨®n y persecuci¨®n de los derechos humanos. De guerra contra la libertad de las personas de escoger sus preferencias sexuales y de negar que los diferentes tengan derecho a su libertad de serlo.
La palabra libertad en boca del negacionista y genocida nace ya podrida y corrompida.
La ¨²nica forma de libertad para ¨¦l es la de perseguir precisamente las libertades que forjan una sociedad democr¨¢tica donde no existe valor mayor que la vida.
El presidente alardea de usar a Dios para sus planes de poder y para ganarse los votos de la gran masa de los evang¨¦licos. A ¨¦l, a quien le gustar¨ªa cambiar la Constituci¨®n por la Biblia, habr¨ªa que recordarle que en esos textos sagrados Jes¨²s se define a s¨ª mismo como ¡°el camino, la verdad y la vida¡± ( Juan,14,16)
Bolsonaro desprecia justamente esos tres conceptos. En vez de ser el camino, es decir, el gu¨ªa de una sociedad justa y libre, es el motor de la confusi¨®n y del desgobierno. En vez de ser el representante en el pa¨ªs de la verdad es el sembrador de la mentira, cultor de la nueva moda de las fake news. Y en vez de ser el defensor de la vida juzga de cobardes a quienes se protegen del virus.
Su abecedario es el de la muerte y la destrucci¨®n como revelan su pasi¨®n por las armas expresi¨®n de la muerte y la violencia.
Que Bolsonaro coloque un falso concepto de libertad como m¨¢s importante que la vida es la mejor constataci¨®n de lo que ya hab¨ªa confesado: ¡°Yo no he nacido para ser presidente. Mi profesi¨®n es la de matar¡±.
Bolsonaro podr¨¢ ser un d¨ªa llevado a los tribunales internacionales acusado de no haber impedido con su negaci¨®n de la pandemia y su desprecio por la vacuna evitado llenar de muertos los cementerios. La ¨²nica verdadera libertad que ¨¦l practica es la de abandonar al pa¨ªs a su propia suerte con tal de no perder el poder.
Lo cierto y cada vez m¨¢s indiscutible es que Brasil, desde el fin de la dictadura nunca ha estado tan al borde de una nueva tragedia pol¨ªtica. La espada de Damocles de un nuevo golpe militar no es algo hipot¨¦tico sino que est¨¢ ah¨ª. Y m¨¢s con la llegada inesperada de Lula y el deterioro cada d¨ªa mayor de las instituciones que deber¨ªan velar por los valores democr¨¢ticos como el Congreso y el Supremo donde se est¨¢ librando una verdadera guerra campal entre los magistrados.
Los militares que se han comprometido abiertamente con el Gobierno de Bolsonaro y sus locuras antidemocr¨¢ticas dif¨ªcilmente aceptar¨¢n ser derrotados. Y es seguro que no permitir¨¢n perder esa guerra.
Las grandes tragedias de los pa¨ªses empiezan por ser consideradas como catastrofistas y acaban siempre realiz¨¢ndose cuando ya no hay m¨¢s tiempo de detenerlas.
?Cuidado Brasil!
?Qui¨¦n mand¨® matar a Marielle?
Este 14 de marzo se cumplen tres a?os del atroz asesinato de la joven activista negra, salida de la favela, Marielle Franco y sobre su tumba contin¨²a amenazador el silencio sobre qui¨¦n o qui¨¦nes mandaron asesinarla. Escrib¨ª en otra columna que Marielle muerta podr¨ªa acabar siendo m¨¢s peligrosa. Ese misterio que pesa sobre la conciencia de este pa¨ªs y que ha adquirido dimensiones internacionales sigue dando miedo.
Quiz¨¢ sea necesario un relevo en el Gobierno de muerte de Bolsonaro para que por fin sepamos con certeza a qui¨¦nes estorbaba la vida de la joven y por qu¨¦. Y entonces Brasil podr¨¢ finalmente hacer justicia de la b¨¢rbara ejecuci¨®n.
Para ello ser¨¢ necesario que llegue un presidente no comprometido con el submundo de las milicias de R¨ªo y que llegue un Gobierno realmente democr¨¢tico que descubra el misterio de su muerte y haga justicia llevando a los tribunales a los culpables hoy escondidos en los s¨®tanos sombr¨ªos del poder.
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