El silencio de los corderos
Los ex altos cargos del PP no saben lo que suced¨ªa con la contabilidad de su partido a pesar de presumir de tener un conocimiento exhaustivo de las realidades nacional e internacional
Aznar conoc¨ªa la existencia de armas de destrucci¨®n masiva en almacenes secretos de Irak pero ignoraba lo que suced¨ªa en el despacho contiguo al suyo en la sede del Partido Popular, del que era presidente. Su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy, fue capaz de aprenderse de memoria el temario de las oposiciones a registrador de la propiedad (y las alineaciones enteras de los equipos de f¨²tbol de primera y segunda divisi¨®n y de las escuadras ciclistas de los sesenta, seg¨²n sus compa?eros de colegio) pero no recuerda nada de lo que ocurri¨® en su despacho en las reuniones con el tesorero del partido, cuyos informes contables, seg¨²n este, tritur¨® delante de ¨¦l como posteriormente mandar¨ªa hacer con su ordenador porque ya no lo necesitaba. En este caso, mand¨® hacerlo a martillazos, que es la mejor manera de reciclar, en un gesto de respeto al medio ambiente que le honra.
Javier Arenas, ?ngel Acebes, Rodrigo Rato, Federico Trillo o Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretarios generales o altos cargos del PP en estos a?os, tampoco saben nada de lo que suced¨ªa con la contabilidad de su partido a pesar de ser sus m¨¢ximos dirigentes y de presumir de tener un conocimiento exhaustivo de las realidades nacional e internacional, a las que dedicaron sus mejores esfuerzos. Por supuesto, ninguno de ellos cobr¨® un euro de m¨¢s por su dedicaci¨®n ni recibi¨® ninguno de los sobres con dinero negro que el tesorero de su Partido, ahora proscrito para todos ellos, dice haberles entregado personalmente durante a?os. Debemos creerles como debemos creer a todos esos que manifiestan (del rey em¨¦rito al ¨²ltimo espa?ol) que lo que parece evidente no lo es tanto, pues la realidad a veces es enga?osa y en ocasiones nos precipitamos en nuestros juicios. Por ejemplo: ?por qu¨¦ no va a ser posible que Mar¨ªa Dolores de Cospedal no supiera, pese a ser abogada del Estado de profesi¨®n, que la indemnizaci¨®n por un despido laboral nunca puede abonarse en diferido o que Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, con la de cosas que tendr¨ªa en la cabeza, olvidara que nunca present¨® y defendi¨® su trabajo de fin de m¨¢ster en la Universidad? Y, por supuesto, ?por qu¨¦ hemos de dudar de que el M. Rajoy que aparece en la contabilidad paralela y opaca del extesorero del PP nada tuviera que ver con Mariano Rajoy pese a que, cuando la polic¨ªa detuvo a aquel, el presidente le mand¨® un mensaje de ¨¢nimo que dec¨ªa ¡°Luis, s¨¦ fuerte¡± y pese a que por aquella ¨¦poca Mariano Rajoy recibiera de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol que acababa de conquistar la Eurocopa una camiseta en la que pon¨ªa M. Rajoy? La vida est¨¢ llena de casualidades y a veces confluyen unas cuantas a la vez.
No quisiera estar en la piel del juez que debe decidir sobre la inocencia o la culpabilidad de todas esas personas a las que el extesorero del PP acusa de cobrar dinero negro y de perseguirle policialmente para destruir las pruebas de sus acusaciones obstaculizando de ese modo la acci¨®n de la justicia. Dif¨ªcil papeleta tiene y m¨¢s con lo malpensados que somos los espa?oles, que a estas alturas de la pel¨ªcula judicial comenzamos a pensar ya que la presunci¨®n de inocencia se nos deber¨ªa aplicar m¨¢s a nosotros que a los juzgados, pues ya solo falta que nos declaren culpables por gilipollas.
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