?El Estado y los poderes f¨¢cticos empiezan a abandonar a Bolsonaro?
Todas las instituciones que parec¨ªan anestesiadas por el mito fascista incapaces de reaccionar ante el genocidio que sufr¨ªa el pa¨ªs parecen haberse despertado para decir: ¡°?Basta!¡±
La popularidad del presidente brasile?o, Jair Bolsonaro, en las redes sociales es la m¨¢s baja desde su elecci¨®n, seg¨²n la agencia de an¨¢lisis de datos MAP. De 1,4 millones de publicaciones que mencionan a Bolsonaro, solo un 10,8% son positivas. Y la proporci¨®n de brasile?os que est¨¢ a favor de la vacuna ha subido al 86% a pesar de la campa?a del mandatario para desanimar a la gente frente a la inmunizaci¨®n.
Y al final tambi¨¦n las instituciones del Estado, el Congreso, el Superemo Tribunal Federal, la mayor¨ªa de los gobernadores, economistas, empresarios y el mercado se dieron cuenta de la grav¨ªsima situaci¨®n sanitaria que sufre el pa¨ªs y decidieron poner en marcha lo que podr¨ªa llamarse un impeachment virtual contra el presidente con la creaci¨®n de una comisi¨®n encargada de controlar la pandemia. De ese modo, pr¨¢cticamente Bolsonaro ya no tiene el control de la salud, que es lo m¨¢s urgente en este momento. De seguir en sus manos, la crisis sanitaria azuzada por su negacionismo tozudo hubiera podido llevar a una cat¨¢strofe nacional y a un enfrentamiento popular.
De este modo Bolsonaro queda en la pr¨¢ctica fuera de la gesti¨®n de la salud. Sigue siendo un presidente en funciones pero bajo control. Su ¨²ltimo discurso a la naci¨®n, emitido tres veces, fue pat¨¦tico y acompa?ado por el mayor panelazo sufrido hasta ahora acompa?ado de gritos desde las ventanas de asesino y genocida.
Su discurso en el que se present¨® como el mayor defensor de la vacuna fue tan desastroso que le detectaron hasta 14 mentiras si se comparaba con todas sus declaraciones anteriores de burla de la pandemia, de los muertos y la vacuna de la que dec¨ªa que quienes la tomaran, si eran hombres pod¨ªan convertirse en yacar¨¦s y a la mujeres les crecer¨ªa la barba. Y anticip¨® que ¨¦l no se vacunar¨ªa.
El que tantas veces amenaz¨® con golpes militares no sabemos si se ha dado cuenta de que quien ha sido objeto de lo que podr¨ªa llamarse un golpe blanco parlamentario apoyado por todas las otras instituciones del Estado y de los llamados poderes f¨¢cticos ha sido ¨¦l.
Para Brasil es en efecto un bochorno constatar la imagen negativa que en este momento tiene el pa¨ªs en el mundo. Los medios de comunicaci¨®n extranjeros, radio, televisi¨®n y peri¨®dicos est¨¢n calificando a Brasil como ¡°el peor pa¨ªs del mundo¡±. Leyendo esos relatos Brasil recuerda las ciudades de la Edad Media castigadas con la peste de las que todos hu¨ªan.
Los medios de comunicaci¨®n extranjeros recogen de boca de m¨¦dicos y enfermeras escenas dram¨¢ticas como la del paciente que ante la falta de anest¨¦sico tuvieron que atarlo a la cama para poder entubarlo. O a los que ten¨ªan que bombear pulmones manualmente con v¨¢lvulas de silicona. O el de m¨¦dicos y enfermeras atormentados durante el sue?o al saber que al d¨ªa siguiente tendr¨ªan que escoger a quien salvar y a quien dejar morir.
La escena de una hija abrazada en llanto a su madre que hab¨ªa sido escogida par dejarla morir es desgarrador. Y as¨ª miles de dramas que hielan el alma. Y lo que es m¨¢s importante y significativo es que ese golpe blanco contra el presidente ha sido llevado a cabo bajo el total silencio de las fuerzas del Ej¨¦rcito, incluso de las que participan directamente de su Gobierno.
Han mantenido silencio incluso ante el acoso que ha sufrido en el Senado, Ernesto Araujo, uno de los ministros de m¨¢s peso del Gobierno, el de Asuntos exteriores, encargado de representar al pa¨ªs ante las otras naciones del mundo. Hubo hasta senadores que le pidieron a gritos que dimitiera de su cargo, puesto que se ha revelado incapaz de su importante misi¨®n y est¨¢ creando a Brasil graves problemas con las grandes potencias mundiales.
Todas las instituciones que parec¨ªan anestesiadas por el mito fascista incapaces de reaccionar ante el genocidio que sufr¨ªa el pa¨ªs parecen Phaberse despertado para decir ¡°?Ahora basta!¡± y han encontrado la f¨®rmula para detener al presidente que parec¨ªa insensible al dolor de la naci¨®n y a la crisis econ¨®mica que est¨¢ castigando severamente a los m¨¢s pobres con una inflaci¨®n galopante que les lleva hasta sufrir la falta de alimentos para sus hijos.
Habr¨¢ que ver las pr¨®ximas semanas si Bolsonaro ha entendido que ha sido colocado al margen fuera del mando de la pandemia y cu¨¢l ser¨¢ su reacci¨®n. Si intentar¨¢ revelarse habr¨¢ que ver como podr¨¢n reaccionar las fuerzas que lo han arrinconado. Por lo pronto hasta su pupilo, el presidente del Congreso Arthur Lira, ya ha dado a entender que sobre el impeachment parlamentario, para apartarlo del poder, existen m¨¢s de 50 peticiones que pueden desempolvads en cualquier momento.
Es una se?al clara que los hasta ahora m¨¢s cercanos al presidente han visto que su nave empieza a naufragar y piensan ya en abandonarla por miedo a morir pol¨ªticamente con ¨¦l. Todo hace creer que la situaci¨®n de liderazgo del pa¨ªs ha entrado en plena crisis nacional e internacional y que hasta quienes proteg¨ªan a Bolsonaro, muchas veces por motivos de inter¨¦s personal, empiezan a distanciarse de ¨¦l.
Queda ahora la inc¨®gnita de c¨®mo podr¨¢ reaccionar el ala m¨¢s extremista ideol¨®gica del bolsonarismo al ver a su mito convertido en reh¨¦n de las otras instituciones. De cualquier modo tendr¨¢n que entender que su ¨ªdolo est¨¢ perdiendo su batalla y que los otros poderes han perdido el miedo en el que parec¨ªan atrapados.
Las pr¨®ximas decisiones ser¨¢n clave para el bolsonarismo de ra¨ªz y violento. De cualquier modo no podr¨¢n dejar de ver que su mito ha empezado a nadar en aguas amargas y peligrosas. Y lo que es m¨¢s grave para ellos es que los militares no parecen dispuestos a entrar en guerra para salvar al capit¨¢n del que quiz¨¢s ellos mismos deseen salvarse antes que caigan sobre sus espaldas las locuras del que hoy se siente su jefe ante el que todo el ej¨¦rcito deber¨ªa arrodillarse.
?O habr¨¢ a¨²n algunas otras sorpresas? Brasil parece estar al borde de un volc¨¢n en erupci¨®n que amenaza con devorarlo. Y mientras tanto las v¨ªctimas de la pandemia crecen cada d¨ªa y la gente muere sola, abandonada y asfixiada en los pasillos de los hospitales. Y ello en un pa¨ªs que cuenta con unos de los mejores sistemas sanitarios p¨²blicos del mundo y es especialista en campa?as de vacunaci¨®n gratuitas. Lo que est¨¢ envenenando al pa¨ªs es la incuria pol¨ªtica que hasta ayer parec¨ªa anestesiada.
La luz quiz¨¢s empieza a aparecer. Y es ese el sue?o de los 220 millones de brasile?os que esperan ansiosos la llegada de la vacuna que hab¨ªa sido paralizada por las malditas intrigas pol¨ªticas e ideol¨®gicas.
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