Hay que acabar con Susana D¨ªaz
Si Chaves, Gri?¨¢n, Escuredo y Borbolla salieron del PSOE andaluz con hojas de ruta dise?adas o bendecidas por Madrid, tanto m¨¢s la expresidenta que un d¨ªa quiso rematar a S¨¢nchez
Esta semana, despu¨¦s de la irrupci¨®n de Garc¨ªa Egea en el predio andaluz para levantarle Sevilla a Juanma Moreno con un asalto no tan murciano como en Murcia pero que acabar¨¢ en los tribunales bajo sospecha de irregularidades turbias, el presidente andaluz replicaba que ¡°las estructuras territoriales no somos atrezzo¡±. ?l hab¨ªa plantado horas antes al secretario general del partido, responsable de esa operaci¨®n desde G¨¦nova For Sale. No se trata ya del duelo local ¡ªal cabo Sevilla es una de las plazas con peor historial de fracasos para el PP¡ª sino del colonialismo centralista en los partidos que pretenden pilotar la diversidad territorial desde las oficinas capitalinas. Parad¨®jicamente a la misma hora en que Juanma Moreno visitaba Triana, lament¨¢ndose del mal ejemplo dado a una ciudadan¨ªa preocupada por las vacunas y la reactivaci¨®n, all¨ª le llegaba a Susana D¨ªaz el mensaje de Ferraz del final de la tregua. Es la guerra.
No ser¨¢ la primera cabeza que se cobre Moncloa, l¨¦ase Ferraz, y m¨¢s en una comunidad donde el PSOE siempre hizo y deshizo con los presidentes: quit¨® a Escuredo desde Madrid, puso fin a Borbolla, a Chaves le dio salida y a Gri?¨¢n le hizo o¨ªr m¨²sica de r¨¦quiem para acompa?ar su marcha. Si todos salieron con hojas de ruta dise?adas o bendecidas por Madrid, tanto m¨¢s la expresidenta que un d¨ªa quiso rematar a S¨¢nchez en Ferraz a quemarropa. Y sin embargo, S¨¢nchez, lejos del legendario rencor fr¨ªo para sembrar su trayectoria de cad¨¢veres de rivales, ha tratado de resolver esto por la v¨ªa diplom¨¢tica, evitando el cisma. Detr¨¢s queda la oferta de presidir el Senado o ir al Gobierno... e incluso ahora, antes de la declaraci¨®n de guerra, ?balos baj¨® con una ¨²ltima propuesta ministerial. No se negociar¨¢ m¨¢s. Tras esa oportunidad definitiva, la destituci¨®n de la delegada del Gobierno, concesi¨®n en su d¨ªa del sanchismo al susanismo al sellar el armisticio, es la cabeza del caballo en la cama de ella. Capisci?
La decisi¨®n de liquidar a Susana D¨ªaz ya tiene cartel: Juan Espadas. Se descarta la opci¨®n Mar¨ªa Jes¨²s Montero. S¨¢nchez prescindi¨® de Illa pero no de ella; y a Espadas lo ten¨ªa fichado como as en la manga desde un inesperado encuentro en Naciones Unidas donde la delegaci¨®n espa?ola ¨²nicamente preve¨ªa toparse con Colau. A t¨ªtulo personal s¨®lo tiene el handicap de ser alcalde de Sevilla en una tierra de taifas abonada por el largo centralismo miope de los socialistas en una comunidad con el tama?o de Portugal; a cambio, tiene cartel de centrista dialogante, ideal para ejercer de antimoreno, presidente moderado que se ha hecho con el carril central. Estos d¨ªas un sondeo de GAD3 lo aproxima a la mayor¨ªa absoluta, absorbiendo a Ciudadanos y frenando la efervescencia de Vox. La izquierda, cuyos restos del naufragio van a seguir llegando a los tribunales de ola en ola, est¨¢ kaputt. Espadas quiere manejar los tiempos, pero le apremian porque D¨ªaz est¨¢ ya en la carretera dispuesta a hacerle un S¨¢nchez a S¨¢nchez en las primarias de oto?o. Para ella, eso s¨ª, no ser¨¢ f¨¢cil la ¨¦pica del outsider tras haber sido la Reina del Sur.
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