Reflexi¨®n sobre los juicios por delitos sexuales
El caso de Sabadell recuerda que debe ponderarse la manera de evitar dolor in¨²til a las v¨ªctimas sin menoscabar garant¨ªas procesales
El juicio por la presunta violaci¨®n en grupo a una joven en Sabadell (Barcelona) ha puesto de relieve las dificultades de la justicia para evitar que las v¨ªctimas de algunos tipos de delitos graves, y en especial de delitos sexuales, se vean sometidas a un proceso de revictimizaci¨®n. Durante su declaraci¨®n como testigo en la Audiencia de Barcelona el pasado martes, la mujer, que ten¨ªa 18 a?os cuando ocurrieron los hechos, ...
El juicio por la presunta violaci¨®n en grupo a una joven en Sabadell (Barcelona) ha puesto de relieve las dificultades de la justicia para evitar que las v¨ªctimas de algunos tipos de delitos graves, y en especial de delitos sexuales, se vean sometidas a un proceso de revictimizaci¨®n. Durante su declaraci¨®n como testigo en la Audiencia de Barcelona el pasado martes, la mujer, que ten¨ªa 18 a?os cuando ocurrieron los hechos, se vio sometida a un interrogatorio notablemente ¨¢spero y que invita a la reflexi¨®n. La premisa de la misma es que el proceso penal es, en su esencia, un entramado de garant¨ªas. Por muy dolorosas que sean algunas circunstancias, por mucha empat¨ªa que susciten ciertas situaciones, ning¨²n elemento necesario para sostener todas las garant¨ªas puede ser soslayado o menoscabado.
Sin embargo, esto no significa que algunas actitudes no deban ser cuestionadas. La aspereza de la vista de Sabadell merita una ponderaci¨®n. La dureza de los interrogatorios de los abogados defensores de los acusados es m¨¢s comprensible a la vista de su funci¨®n; menos lo es la del ministerio p¨²blico. En parte por la reiteraci¨®n de preguntas sobre detalles accesorios ¡ªque pusieron en aprietos a la declarante y a?adieron ruido innecesario a sus palabras claras y desgarradoras¡ª; y adem¨¢s por el tono empleado: fr¨ªo, duro, distante, sin una pizca de cercan¨ªa. La fiscal de sala delegada de violencia contra la mujer, Pilar Mart¨ªn, critic¨® a su compa?ero por actuar ¡°sin sensibilidad ni empat¨ªa¡±. En una muestra de la complejidad de este tipo de situaciones, el abogado de la presunta v¨ªctima consider¨® en cambio adecuado el interrogatorio.
En cuanto al fondo del caso, precisamente la declaraci¨®n de la mujer ¡ªcre¨ªble, firme, sostenida en el tiempo, tal como exige la jurisprudencia¡ª es la base que induce al propio fiscal a solicitar elevadas penas de prisi¨®n para los cuatro acusados (de entre 37 y 41 a?os) por delitos de agresi¨®n sexual con penetraci¨®n. Aunque la v¨ªctima sostiene que fue violada de forma consecutiva por tres hombres en una antigua nave ocupada de la ciudad, solo uno de los cuatro que se sientan en el banquillo ¡ªotro sospechoso de cometer la violaci¨®n se dio a la fuga y el ¨²ltimo nunca pudo ser identificado¡ª est¨¢ acusado como autor material. Los otros tres son cooperadores necesarios, seg¨²n el fiscal que, para asegurar el armaz¨®n intelectual de su escrito de acusaci¨®n, pareci¨® por momentos olvidar la desgarradora posici¨®n de la declarante. Espa?a ha hecho un gran recorrido de concienciaci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas en esta materia. Cabe exhortar a proseguir en esa senda, desarrollando al m¨¢ximo la finura de la actuaci¨®n de los protagonistas del proceso penal en cierto tipo de casos. Aunque sin retroceder ni un mil¨ªmetro en el respeto de las garant¨ªas y los elementos necesarios para acercarse a la verdad.