La caza de Javier Cercas
La difamaci¨®n intenta desacreditar al personaje para anular sus argumentos: si la calumnia sale bien, eres un apestado que solo merece el escarnio, una voz que no debemos escuchar
Javier Cercas fue a un programa de TV-3 y dijo cosas que todo el mundo sabe, como que Espa?a es una democracia o que el rey Juan Carlos fue decisivo para que fracasara el golpe de Estado del 23-F. Algunos se indignaron: creen que una televisi¨®n o una universidad p¨²blica deben estar al servicio de intereses pol¨ªticos particulares (los suyos, claro). Se apela al pluralismo para defender que instituciones te¨®ricamente neutrales adopten una posici¨®n partidista. Esa concepci¨®n antidemocr¨¢tica pervierte las instituciones, secuestra el espacio p¨²blico, oficializa el desprecio a la legalidad y expulsa a quien piense de otro modo.
Mucha gente no quiere enfrentarse, y es comprensible. En general no queremos meternos en l¨ªos. Para hacerlo te debe importar mucho, debes tener una posici¨®n asentada ¡ªo poco que perder¡ª y debes ser valiente. Tiene costes: entre ellos, difamaci¨®n y ostracismo. En el caso de Cercas, se distorsionaron unas palabras suyas grabadas en un v¨ªdeo, sac¨¢ndolas de contexto para que pareciese que ped¨ªa una intervenci¨®n militar. El procedimiento es bien conocido y el independentismo y sus mediopensionistas lo emplean desde hace a?os. Ayuda el enconamiento de las redes sociales, pero, como el proc¨¦s, tambi¨¦n es vertical: la persecuci¨®n tiene sus prescriptores. Un periodista compar¨® a Cercas con Radovan Karadzic, una diputada lo acus¨® de promover un levantamiento militar. Confluyen la incomprensi¨®n lectora deliberada y la interpretaci¨®n paranoide, donde el odio que atribuyes al adversario legitima el tuyo.
Es un dogmatismo que pretende intimidar, pero tambi¨¦n est¨¢ aterrado: conoce su fragilidad. Cercas, un gran escritor catal¨¢n, defiende la pluralidad interna de Catalu?a, los logros de la Espa?a democr¨¢tica, y muestra lo que los fan¨¢ticos no quieren ver: los catalanes que no piensan como ellos. La difamaci¨®n intenta desacreditar al personaje para anular sus argumentos: si la calumnia sale bien, eres un apestado que solo merece el escarnio, una voz que no debemos escuchar. En el caso de Cercas, la campa?a de acoso ha fracasado en parte. Ha habido silencio y encogimiento de hombros, pero muchos han criticado los ataques. Incluso algunos que acostumbran a mirar hacia otro lado han mostrado cierta incomodidad. A los dem¨¢s, por si no est¨¢bamos atentos, la campa?a contra Javier Cercas nos recuerda c¨®mo act¨²a el nacionalismo. Seguramente conseguiremos olvidarlo otra vez. @gascondaniel
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