Una democracia ejemplar
El gesto m¨¢s trascendente para la nueva pol¨ªtica exterior de EE UU no ha sido fruto de una decisi¨®n presidencial, sino del veredicto del jurado popular que ha juzgado a Chauvin por el asesinato de George Floyd
El gesto m¨¢s trascendente para la nueva pol¨ªtica exterior de Estados Unidos no ha sido fruto de una decisi¨®n presidencial, sino del veredicto del jurado popular que ha juzgado a Derek Chauvin en Minneapolis por el ...
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El gesto m¨¢s trascendente para la nueva pol¨ªtica exterior de Estados Unidos no ha sido fruto de una decisi¨®n presidencial, sino del veredicto del jurado popular que ha juzgado a Derek Chauvin en Minneapolis por el asesinato de George Floyd. En sus 100 d¨ªas de presidencia han sido numerosos los pasos para enderezar la acci¨®n exterior tras el paso devastador de Donald Trump por el Despacho Oval. Ante todo, abundantes se?ales de amistad hacia los aliados tradicionales, agraviados por los zafios comportamientos y declaraciones del anterior presidente. Washington ha regresado al acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs, reanudado las negociaciones nucleares con Ir¨¢n y restablecido relaciones con la Autoridad Palestina. Su formidable maquinaria diplom¨¢tica, gripada durante la presidencia de Trump, funciona ahora a pleno ritmo, de nuevo en la v¨ªa multilateral abandonada estos ¨²ltimos cuatro a?os.
Ninguno de estos pasos ha tenido el impacto internacional de la declaraci¨®n de culpabilidad contra el polic¨ªa Chauvin en apenas unas horas. Y ninguno expresa de forma tan pl¨¢stica la idea de liderazgo formulada por Joe Biden solo conocerse el resultado de la elecci¨®n presidencial: si hasta ahora la primera superpotencia hab¨ªa dirigido el mundo por el ejemplo de su poder, ahora se trata de que siga dirigi¨¦ndolo por el poder de su ejemplo. Una democracia que deja sin castigo una actuaci¨®n policial como la que termin¨® con la vida de Floyd poco tiene que exigir a Mohamed bin Salman, Ali Jamenei, Vlad¨ªmir Putin o a Xi Jinping en relaci¨®n a sus desmanes y cr¨ªmenes contra la oposici¨®n y las minor¨ªas.
Son enormes los retos exteriores a los que se enfrenta Biden, especialmente frente a Rusia y China, coordinadas y dispuestas a mostrar los dientes en sus confines exteriores y a soltar su pu?o de hierro dentro de casa contra quienes se oponen o disienten. Y no es lo peor del ascenso chino y del aprovechamiento ruso. Reg¨ªmenes como el de China o el de Arabia Saudita pretenden convertirse adem¨¢s en insidiosos escaparates de un capitalismo autoritario, tecnol¨®gico y eficaz frente a un occidente en declive econ¨®mico y con sus democracias en crisis.
Ahora Estados Unidos respira. Respiran sus amigos y aliados. El alivio del veredicto es id¨¦ntico al alivio de la victoria de Biden. La rodilla criminal de Chauvin es la met¨¢fora de la asfixiante presidencia de Trump. La triple culpabilidad del polic¨ªa cierra un ciclo de polarizaci¨®n y violencia, que empez¨® con la muerte de Floyd, se llev¨® por delante la posibilidad de reelecci¨®n de Trump y culmin¨® con la reacci¨®n de las hordas trumpistas, tratadas con guante blanco por las fuerzas del orden cuando asaltaron el Capitolio. El poder del mal ejemplo, si sirvi¨® alg¨²n d¨ªa, ahora produce el efecto contrario. Ni vence ni convence. La ¨²nica pol¨ªtica exterior posible con tales instrumentos es el aislacionismo y la bunkerizaci¨®n, armas y vallas.
Biden lleva raz¨®n. Es el poder del ejemplo democr¨¢tico el que puede dar autoridad y legitimidad a quien pretende liderar de nuevo a la comunidad internacional.