Lecciones de un posible caravaggio
Las instituciones culturales han actuado con eficiencia en el llamativo episodio
El descubrimiento de un posible caravaggio en una casa de subastas de Madrid cuando estaba a punto de salir a la venta por un precio que part¨ªa de los 1.500 euros, un precio a todas luces irrisorio, re¨²ne todos los ingredientes del mejor thriller. Pero tambi¨¦n esconde lecciones valiosas. Por un lado, ha servido para demostrar la relevancia del ...
El descubrimiento de un posible caravaggio en una casa de subastas de Madrid cuando estaba a punto de salir a la venta por un precio que part¨ªa de los 1.500 euros, un precio a todas luces irrisorio, re¨²ne todos los ingredientes del mejor thriller. Pero tambi¨¦n esconde lecciones valiosas. Por un lado, ha servido para demostrar la relevancia del ejercicio de la historia del arte como una disciplina viva, que somete al muchas veces opaco mercado al escrutinio que alientan internet y las redes sociales gracias la enorme e inmediata difusi¨®n de los cat¨¢logos de subastas. Por el otro, ha puesto de relieve la importancia de las instituciones, sea cual sea su signo pol¨ªtico, a la hora de proteger el patrimonio. Y su eficacia, en este caso.
El Museo del Prado, el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid actuaron con celeridad y coordinaci¨®n para detener la venta, declarar la inexportabilidad del cuadro y elevarlo a la m¨¢xima protecci¨®n, la de Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC), que obliga a los due?os de la tela, que se ofertaba como una copia de la ¨¦poca de Ribera, a informar a la administraci¨®n de todas las decisiones que vayan a tomar con respecto a su futuro. El Estado se reserva tambi¨¦n el derecho a adquirirla por el mismo precio que ofrezca un coleccionista privado, siempre que resida en Espa?a.
Como el Prado resulta el lugar id¨®neo para una obra maestra de esas caracter¨ªsticas, si se llegara a demostrar que lo es ser¨ªa deseable que la propiedad ¡ªque ha escogido al marchante de arte antiguo Jorge Coll como portavoz y encargado del estudio y restauraci¨®n de la pieza¡ª no deje de lado en ese proceso, que puede durar meses, a la pinacoteca. Ese lugar que el pintor Ram¨®n Gaya consideraba desde su exilio ¡°m¨¢s una patria que un museo¡±.
Y si finalmente se atribuyera el cuadro, habr¨ªa que proceder con dos certezas: que la colisi¨®n entre el derecho a la propiedad privada y a la protecci¨®n del patrimonio debe resolverse con inteligencia, y que el hecho de que una pieza se proteja como BIC no implica autom¨¢ticamente que tenga que ser comprada por el Estado.
Por ¨²ltimo, el caso tambi¨¦n habla con elocuencia de la condici¨®n de Espa?a como uno de los ¨²ltimos repositorios del arte antiguo frente a otros pa¨ªses ricos en patrimonio que han sido esquilmados en el pasado por sagaces anticuarios. Muchas de esas joyas llegaron en los siglos XVI y XVII, cuando Espa?a gozaba del estatus reservado a los imperios, y salen err¨®neamente atribuidas en subastas o, peor a¨²n, dejan el pa¨ªs para siempre. Por eso es importante dotar a las administraciones y a los museos de los recursos necesarios para investigar y poder evitarlo y al tiempo trabajar en concienciar a la ciudadan¨ªa de que la protecci¨®n del patrimonio es un asunto de todos que no entiende de cortos plazos.