Personas de segunda clase
Los lectores opinan sobre el valor de la vida humana, la vacunaci¨®n contra la covid, la detenci¨®n de una espa?ola en Cisjordania, las monjas y sobre el alzh¨¦imer
En mi familia siempre se ha contado que uno de mis bisabuelos vio la portada de un peri¨®dico con un titular que m¨¢s o menos dec¨ªa que un accidente ferroviario sucedido en un determinado lugar hab¨ªa causado muchas muertes; pero que afortunadamente las v¨ªctimas hab¨ªan sido de segunda clase. Yo nunca he podido confirmar la veracidad de este hecho, con lo que creo que seguramente sea una nota de humor negro o una simple leyenda urbana. Pero seg¨²n me voy haciendo viejo, le voy dando veracidad. El pasado domingo murieron m¨¢s de 80 personas en un hospital de Bagdad (Irak) por un terrible accidente, un incendio en una UCI que trataba a pacientes de coronavirus. Dos minutos en los telediarios y menciones no muy rese?adas en los peri¨®dicos. Y pasado ma?ana, olvido total. ?Es que va a ser verdad que hay personas de primera y segunda clase?
Juan Mor¨¢n Quintanilla. Benidorm (Alicante)
Sigo sin vacunarme
Tengo 58 a?os. Soy profesor de secundaria en la ense?anza p¨²blica madrile?a y catalogado en situaci¨®n de riesgo por patolog¨ªas previas. M¨¢s de 1.000 alumnos adolescentes revolotean a mi alrededor sin cesar. Mientras tanto, la Consejer¨ªa de Sanidad no sabe a¨²n cu¨¢ndo podr¨¢ inocularme, a pesar de que la vacunaci¨®n a los docentes comenz¨® el 26 de febrero. M¨¢s que la tardanza me desconcierta la ignorancia que esgrimen. As¨ª estamos miles de docentes entre los 55 y los 62 a?os. ?Pat¨¦tico!, nunca mejor dicho.
Jes¨²s Jim¨¦nez. Collado Mediano (Madrid)
Un respeto a las monjas
Dejen de comparar a cierta candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid con una ¡°monja pellizcona¡±. Es un lugar com¨²n manido y viejuno. Quienes lo hacen parecen estar en el siglo pasado. Las mujeres que deciden vivir en un convento merecen m¨¢s respeto. Actualmente, la mayor¨ªa realiza trabajos sociales en enfermer¨ªa, residencias de ancianos, comedores sociales, etc¨¦tera, y est¨¢n entre los colectivos esenciales en esta pandemia, aunque nunca se hable de ellas.
Carmen Alonso N¨²?ez. Madrid
En la salud y en la enfermedad
Muchos hemos visto la conmovedora historia de Xavi, de 90 a?os, que visita a su mujer ingresada en una residencia con alzh¨¦imer. Esta es una verdadera historia de amor. Una historia de amor que ni el alzh¨¦imer puede romper. Esta enfermedad es la m¨¢s triste de todas, y para los seres queridos, m¨¢s, porque la persona se va y el cuerpo se queda. Tiene que ser muy duro que alguien con quien has compartido los mejores momentos de tu vida ya no recuerde. En el mundo lo padecen millones de personas. Deber¨ªamos centrarnos m¨¢s en invertir en posibles soluciones o en la prevenci¨®n de esta dura enfermedad.
Jaime de Le¨®n ?lvarez. Sevilla
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