Las macabras palabras del ministro de Bolsonaro sobre el sistema de salud p¨²blica
Quiz¨¢s no es casual que el funcionario critique a las personas que desean vivir cuando el Senado investiga la conducta del presidente durante la pandemia
Escribo esta columna en el momento dram¨¢tico en que Brasil contabiliza 400.000 muertos v¨ªctimas de la covid-19. Es un triste aniversario que se podr¨ªa haber evitado en buena parte sin la actitud de desprecio por la vida mostrada por el presidente Jair Bolsonaro y su postura de bloquear la vacuna. A ello se suma ahora la macabra afirmaci¨®n de d¨ªas atr¨¢s de su ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, que afirm¨® que el sistema p¨²blico de salud (SUS) est¨¢ quebrado por...
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Escribo esta columna en el momento dram¨¢tico en que Brasil contabiliza 400.000 muertos v¨ªctimas de la covid-19. Es un triste aniversario que se podr¨ªa haber evitado en buena parte sin la actitud de desprecio por la vida mostrada por el presidente Jair Bolsonaro y su postura de bloquear la vacuna. A ello se suma ahora la macabra afirmaci¨®n de d¨ªas atr¨¢s de su ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, que afirm¨® que el sistema p¨²blico de salud (SUS) est¨¢ quebrado porque la gente quiere vivir demasiado: ¡°hasta 100 a?os¡±, dijo.
El mismo d¨ªa en que se cre¨® la CPI (Comisi¨®n Parlamentaria de Investigaci¨®n) del Senado para investigar posibles cr¨ªmenes cometidos en la tragedia de la covid-19, el ministro Guedes hizo unas graves declaraciones sobre el sistema p¨²blico de salud considerado, a pesar de sus fallos, como uno de los m¨¢s avanzados del mundo. Es una gloria de Brasil que ni siquiera los ricos norteamericanos han conseguido implantar a pesar de los intentos del expresidente Barack Obama.
Guedes en su discurso del pasado d¨ªa 27, que no sab¨ªa que estaba siendo grabado, dijo que el actual SUS ¡°est¨¢ quebrado¡±. Con dicha afirmaci¨®n envi¨® al mismo tiempo un mensaje subliminal a los empresarios de la salud de que el futuro de la sanidad en Brasil tendr¨¢ que pasar a las manos de los privados favoreciendo as¨ª la industria de los seguros particulares. ?Y los millones de pobres que nunca podr¨¢n pagar un seguro ni curarse en un hospital privado? Ah¨ª llega la parte m¨¢s inhumana. Seg¨²n el ministro la culpa del descalabro del sistema p¨²blico de salud no ser¨ªa del Estado sino de las personas que pretenden vivir demasiado. Es una afirmaci¨®n que culpa del descalabro sanitario al deseo de las personas de vivir todo lo que puedan.
Quiz¨¢s no haya sido casual que el ministro haya criticado a las personas por querer vivir mucho cuando la CPI del Senado investiga la conducta del presidente durante la pandemia, que le ha valido la cr¨ªtica de estar provocando un genocidio nacional con su negacionismo y su rechazo a la vacuna.
No podemos olvidar que una de las primeras declaraciones del capit¨¢n sobre la pandemia fue que ¡°todos debemos morir¡± y que al final los que m¨¢s se infectan y mueren son los ancianos y los enfermos cr¨®nicos, ya que los atletas como ¨¦l y los fuertes resisten mejor. Fue entonces cuando revel¨® que lo que le preocupaba de la pandemia era sobre todo el problema econ¨®mico. Por ello, que murieran los ancianos y d¨¦biles importaba menos ya que ellos no son una fuerza laboral. Son, para ¨¦l, unos par¨¢sitos que consumen sin producir.
Esa falta de humanidad de Bolsonaro, que parece elogiar la muerte de los in¨²tiles e improductivos conjuga perfectamente con la fr¨ªa y cruel afirmaci¨®n de su ministro de Econom¨ªa que estigmatiza el deseo de las personas a seguir viviendo ya que podr¨ªa poner en peligro el dios del liberalismo para quien las personas sirven solo mientras son capaces de producir. De lo contrario mejor que repriman sus instintos de querer seguir viviendo ya que suponen un peso para la econom¨ªa. Un buen tema para que la CPI investigue sobre la covid es la responsabilidad de quienes dejaron correr la epidemia vista como una especie de limpieza ¨¦tnica para eliminar las vidas que el capitalismo cruel considera in¨²tiles y hasta peligrosas para el sistema.
Pena que las 400.000 v¨ªctimas mortales de la pandemia no puedan resucitar de sus tumbas para ser testigos en las investigaciones de la CPI. Seguro que los resultados de la investigaci¨®n ser¨ªan muy diferentes de lo que ser¨¢n por los rastreros juegos pol¨ªticos que la CPI suele entra?ar.
Las palabras macabras de Guedes de que la culpa de que el sistema de salud no funcione porque la gente se empe?a en querer vivir ¡°hasta 100 a?os¡± hace pensar a que lo mejor ser¨ªa crear una eutanasia general de los que ya han vivido bastante y no pueden producir para no quebrar la econom¨ªa.
Se comprueba una vez m¨¢s que la filosof¨ªa del bolsonarismo est¨¢ estrechamente ligada hasta metaf¨®ricamente a la muerte y no a la vida. Algo que se revela cada vez m¨¢s claro en el lenguaje, en la gestualidad imitando a las armas, en los s¨ªmbolos nazistas, en el amor por la guerra y la violencia, en su desprecio por los d¨¦biles que no merecer¨ªan vivir y por sus sentimientos de venganza junto con una escondida cobard¨ªa y miedo a la vida.
Freud nos ense?¨®, inspir¨¢ndose en la mitolog¨ªa griega, que las dos columnas que sostienen el mundo son el Eros y el Thanatos, es decir, el amor por la vida y la reproducci¨®n y los sentimientos de muerte. Y que al final, siempre prevalece en el mundo el amor por la vida sobre la muerte ya que de lo contrario el mundo no existir¨ªa. El esfuerzo por seguir viviendo a pesar de todas las dificultades que la vida conlleva acaba siendo mayor que el instinto de muerte y de destrucci¨®n. Por ello la humanidad ha continuado viva a pesar de las grandes cat¨¢strofes, de las guerras mundiales y de las epidemias. Acaba siempre venciendo el instinto de querer seguir viviendo. El bolsonarismo, al rev¨¦s, parece apostar por el Thanatos freudiano, por la muerte, la negatividad, la violencia y la destrucci¨®n.
Es bochornoso en el momento en que Brasil aparece tristemente el centro de la pandemia en el mundo que el general, ministro del Gobierno, Luiz Eduardo Ramos, haya revelado que se ha vacunado a ¡°escondidas¡±, ciertamente por miedo a la reacci¨®n de su jefe el capit¨¢n Bolsonaro. El general acab¨® confesando: ¡°S¨ª, me vacun¨¦, no tengo verg¨¹enza, porque como todo ser humano, quiero vivir¡±.
El periodista de Folha de S. Paulo, Joao Batista Natali, tras haber pasado 21 d¨ªas en coma inducido a causa de la covid-19, ha contado en su peri¨®dico el dolor que supuso haber estado muerto durante todo ese tiempo. Su relato termina con el grito: ¡°?Qu¨¦ linda es la vida!¡±. Ojal¨¢ su grito de homenaje a la vida llegue a los o¨ªdos del ministro que critica a la gente que desea vivir demasiado.
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