Brasil supera los 400.000 muertos por el coronavirus: ¡°La gente est¨¢ aterrorizada con la inercia del Estado¡±
La tasa media diaria de muertes es seis veces mayor a la de India. Familiares de v¨ªctimas se unen para exigir responsabilidades al Gobierno de Bolsonaro. Estas son sus vivencias
La madrugada del 2 de marzo fue la peor a la que se tuvo que enfrentar Paola Falcetta. Fue ella quien se percat¨® de que la respiraci¨®n de su madre se deten¨ªa por completo a causa de la covid-19 en un hospital de Porto Alegre. A Italira Falcetta da Silva, de 81 a?os, la hab¨ªan ingresado para una una cirug¨ªa cardiovascular a finales de enero, pero contrajo el coronavirus. Tras semanas en el ¨¢rea de aislamiento ¨Dy ya sin el virus¨D, la trasladaron a planta, desahuciada. El equipo m¨¦dico cre¨ªa que las posibilidades de recuperaci¨®n eran m¨ªnimas. ¡°Ya no era candidata a intubaci¨®n. Era mayor y no hab¨ªa camas en la UCI. Me dijeron: ¡®No hay ning¨²n equipo que podamos usar para tu madre¡±, cuenta Falcetta, trabajadora social. Italira es una de las m¨¢s de 400.000 v¨ªctimas de la pandemia en Brasil. Ahora, su hija se une a las decenas de familiares que han perdido parientes a causa de la enfermedad que van a exigir responsabilidades al Gobierno de Jair Bolsonaro. Organizados bajo una asociaci¨®n, demandan pol¨ªticas p¨²blicas y se?alan la negligencia del Ejecutivo en la tragedia. ¡°He transformado mi luto en fuerza para impedir que otras personas pasen por lo mismo. Es una injusticia tremenda. Brasil ya ha vivido muchas, pero esta viola derechos de todos los grupos de edad y clases sociales. Alguien tiene que pagar por ello¡±, dice.
La Asociaci¨®n de V¨ªctimas y Familiares de V¨ªctimas de la Covid-19 (Avico) se cre¨® para ofrecer un apoyo colectivo en medio del luto, pero se organiza tambi¨¦n como un movimiento de denuncia contra la omisi¨®n de las autoridades ante la mayor crisis sanitaria de esta generaci¨®n. El pa¨ªs se ha estancado en m¨¢s de 2.000 muertes por d¨ªa, y ya supera a Estados Unidos en fallecidos por mill¨®n de habitantes. Mientras crece la preocupaci¨®n mundial por el descontrol en India, en Brasil la tasa media diaria de defunciones es seis veces mayor en proporci¨®n a su poblaci¨®n: la brasile?a es de 11,44 y la india es de 1,93, de acuerdo con la p¨¢gina web Our World In Data, de la Universidad de Oxford.
En un grupo de WhatsApp, cerca de 100 miembros comparten el dolor por sus p¨¦rdidas, se apoyan y discuten estrategias para llevar a la justicia posibles fallos de los gobiernos federal y locales en la mitigaci¨®n de la crisis. Preparan pruebas para cuestionar desde la distribuci¨®n del llamado kit covid ¨Dun c¨®ctel de medicamentos sin eficacia ¨D a la ausencia de acciones efectivas para los supervivientes que sufren las secuelas del coronavirus. ¡°Alguien tiene que o¨ªrnos. Es imposible que la pandemia se resuelva solo con las autoridades pol¨ªticas. Nosotros, las v¨ªctimas, somos invisibilizadas. ?C¨®mo estamos viviendo? ?De qu¨¦ nos estamos manteniendo?¡±, se pregunta Paola Falcetta. ¡°Si nadie ve lo que estamos pasando, no tendremos otra forma de frenar todas esas muertes, que son responsabilidad p¨²blica. Brasil es un pa¨ªs reconocido por sus vacunaciones, tiene un sistema p¨²blico de salud consolidado. Y no hemos hecho nada para frenar el virus en m¨¢s de un a?o¡±, critica.
El primer intento de responsabilizaci¨®n institucional en el pa¨ªs se puso en marcha recientemente. Los senadores constituyeron una Comisi¨®n Parlamentaria de Investigaci¨®n (CPI) para verificar si hubo omisi¨®n por parte del Gobierno en la lucha contra la pandemia. El presidente Bolsonaro ha seguido una pol¨ªtica err¨¢tica durante toda la crisis. Neg¨® la gravedad del virus, plante¨® una dicotom¨ªa entre el cuidado de la salud y la preservaci¨®n de la econom¨ªa, sabote¨® medidas de aislamiento social, hizo propaganda de medicamentos sin eficacia y puso en cuesti¨®n la seguridad de las vacunas durante meses. Su Ejecutivo tard¨® en negociar las dosis con las farmac¨¦uticas, y el ritmo de la campa?a de inmunizaci¨®n en el gigante sudamericano sigue lento debido a su escasez.
En los pr¨®ximos d¨ªas, las cuatro personas que han ocupado el cargo de ministro de Sanidad durante la crisis sanitaria ¨DLuiz Henrique Mandetta, Nelson Teich, Eduardo Pazuello y Marcelo Queiroga¨D declarar¨¢n ante los senadores. El Senado tambi¨¦n investigar¨¢ la recomendaci¨®n del uso del kit covid para la enfermedad en las comunidades ind¨ªgenas. Los familiares de las v¨ªctimas de la pandemia defienden que el momento para la comisi¨®n de investigaci¨®n es ahora y demandan respuestas. Quieren que las autoridades rindan cuentas de la tragedia brasile?a.
¡°Perd¨ª a mi padre y a mi madre el mismo d¨ªa por falta de ox¨ªgeno¡±
Uno de los s¨ªmbolos m¨¢s dram¨¢ticos de la pandemia en Brasil, la falta de ox¨ªgeno en los hospitales que se llev¨® varias vidas en Manaos, tambi¨¦n est¨¢ en el punto de mira de la investigaci¨®n parlamentaria. La comisi¨®n tratar¨¢ de determinar si los gobiernos en varias esferas dejaron de actuar y si ten¨ªan conocimiento del grave colapso del sistema de salud que se avecinaba en el Estado de Amazonas. ¡°Perd¨ª a mi padre y a mi madre el mismo d¨ªa por falta de ox¨ªgeno en el hospital. Los dos fallecieron en un intervalo de media hora. No aguantamos m¨¢s tanta falta de responsabilidad con la vida humana de quienes podr¨ªan haber evitado una tragedia¡±, dice el administrador de empresas Iyad Amado, de 39 a?os.
Su padre, Amado Ali Hajoj, de 74 a?os se contagi¨® en diciembre. Los m¨¦dicos le recetaron medicamentos como la ivermectina y la azitromicina, empez¨® a recibir ox¨ªgeno en casa, pero a principios de enero tuvo que ser ingresado en el Hospital Get¨²lio Vargas. Al cabo de unos d¨ªas, su madre, Zahieh Hajoj, de 65 a?os, tambi¨¦n fue hospitalizada en el mismo centro con la misma enfermedad. La pareja, descendiente de palestinos, construy¨® su vida a lo largo de 40 a?os de matrimonio en Manaos. El 14 de enero, cuando el caos estall¨® en los hospitales de la ciudad por la falta del insumo b¨¢sico, Iyad recibi¨® una llamada para que llevara una botella de ox¨ªgeno al centro de salud. Cuando estaba de camino, el hospital le avis¨® de que ya no hac¨ªa falta.
No supo que ambos hab¨ªan fallecido hasta que lleg¨®. Una enfermera y un m¨¦dico le dijeron que intentaron ventilar a Zahieh con un resucitador manual para ayudarle a respirar. Iyad cuenta que los sanitarios tambi¨¦n estaban muy afectados mientras le explicaban que hab¨ªan hecho todo lo posible. ¡°La causa de sus muertes fue la falta de ox¨ªgeno, la irresponsabilidad de las autoridades con la vida de las personas durante la pandemia, el negacionismo¡±, argumenta. ¡°Tuve que reconocer los cuerpos de mis padres a la vez. Se los llevaron y los enterraron juntos. He perdido a las personas m¨¢s importantes de mi vida, a mis pilares, a quienes ten¨ªa como espejo. Es un dolor indescriptible, no se puede explicar lo que supone una p¨¦rdida as¨ª.¡± Para ¨¦l, la muerte de sus padres es fruto de la omisi¨®n de varias esferas gubernamentales. ¡°Hablo ahora en nombre de las 400.000 personas que han perdido la vida. Gran parte de ellos nos dejaron por la pandemia, pero hubo muchos casos que podr¨ªan haberse evitado. No podemos quedarnos callados. Las futuras generaciones no pueden entenderlo como una crisis sanitaria inevitable¡±, defiende, por tel¨¦fono, desde Manaos.
¡°Mi madre fue sometida casi a una eutanasia¡±
Paola Falcetta alimenta el mismo sentimiento. ¡°Mi madre fue sometida casi a una eutanasia. Solo le administraron morfina al final¡±, dice. Cuenta que Italira, su madre, le hablaba, llorando, sobre el miedo a morir durante las videollamadas en el hospital de Porto Alegre. Delgada y abatida ¨Dperdi¨® 18 kilos durante la hospitalizaci¨®n¨D ped¨ªa que le llevaran a casa. ¡°Mi madre muri¨® porque cogi¨® el virus en el hospital¡±, asegura. En aquel momento, R¨ªo Grande do Sul empezaba a enfrentar el colapso del sistema sanitario. ¡°Obvio que eso no es algo de los hospitales. Es un problema de gesti¨®n p¨²blica a varios niveles. Hubo inoperancia, una mala administraci¨®n horrible en todo el pa¨ªs¡±, argumenta.
Este jueves, varios eurodiputados recomendaron que las autoridades que hicieron campa?as de desinformaci¨®n sean procesadas judicialmente, sin citar directamente a Brasil. Desde hace unos meses, un grupo de juristas en el pa¨ªs defiende que hay elementos suficientes para investigar a Bolsonaro, as¨ª como a otras autoridades del Gobierno, por cr¨ªmenes contra la humanidad durante la pandemia, tanto en la Corte Penal Internacional como en la justicia brasile?a. El Centro de Investigaciones y Estudios de Derecho Sanitario de la Universidad de S?o Paulo y Conectas Direitos Humanos tambi¨¦n publicaron un estudio que se?ala que Bolsonaro ejecut¨® una ¡°estrategia institucional de propagaci¨®n del coronavirus¡±.
Falcetta utiliz¨® la tristeza provocada por la p¨¦rdida de su madre para intentar hacer algo. Se puso a buscar amigos que trabajaran en el ¨¢rea de los derechos humanos y encontr¨® en el abogado Gustavo Bernardes, que ya hab¨ªa luchado durante la campa?a contra el VIH, un socio para poner en pie la asociaci¨®n de las v¨ªctimas. Desde entonces, ambos reciben mensajes de otras que han sufrido los efectos de la pandemia en varios Estados. Ya son cerca de 100 miembros y voluntarios en la Avico. Algunos, simplemente, desean compartir el dolor, mientras que otros piden apoyo para luchar judicialmente por sus derechos ¨Dbien porque perdieron sus empleos tras curarse o porque perdieron parientes que eran las principales fuentes de ingreso y que ahora corren incluso el riesgo de ser desahuciados al no poder pagar las hipotecas¨D. ¡°Es imposible quedarse callado viendo lo que est¨¢ pasando. He transmutado mi tristeza en fuerza para luchar¡±, dice Falcetta. ¡°La gente est¨¢ aterrorizada con la inercia del Estado. Acuden a nosotros destrozados, pero queriendo ayudar.¡±
¡°Los gestores no pueden pensar que pueden hacer lo que quieran¡±
Gustavo Bernardes cuenta que el primer grupo se cre¨® para apoyar a las familias que estaban en fase de luto, con voluntarios de salud mental. Saben que el trabajo de exigencia pol¨ªtica que est¨¢n empezando ahora ¨Dla Avico espera estar registrada oficialmente la semana que viene¨D ser¨¢ largo. De momento, negocian en el Congreso una audiencia p¨²blica para que se escuche a las v¨ªctimas. ¡°No podemos seguir siendo actores secundarios en esta historia¡±, dice Bernardes, que en noviembre del a?o pasado estuvo un mes hospitalizado por la covid-19, de ellos 10 dias intubado en la UCI. Cuenta que lleg¨® a perder la esperanza y hasta se despidi¨® de su familia antes de que el tubo que le ayud¨® a respirar se deslizara por su garganta. ¡°Pude ver desde dentro lo que estaba pasando. Familias enteras siendo hospitalizadas sin que quedara nadie para llevarles un cepillo de dientes. Fue un shock¡±, cuenta. Despu¨¦s del alta, Gustavo sent¨ªa secuelas de la enfermedad que los m¨¦dicos no identificaban. Con un cansancio extremo, lapsus de memoria y dolores en el cuerpo, apenas pod¨ªa trabajar. ¡°Eso me hizo ver c¨®mo est¨¢n sufriendo las personas que enfermaron y tienen que trabajar, y c¨®mo el Estado no est¨¢ preparado para acogerlas. Se lo exigiremos a las autoridades ante la justicia¡±, dice.
La Avico tambi¨¦n pretende procesar a los gestores p¨²blicos, incluido Bolsonaro. Argumenta que la tardanza del Gobierno en negociar las vacunas provoc¨® la muerte de muchos brasile?os. Bernardes a?ade: ¡°Tambi¨¦n queremos responsabilizar a quienes est¨¢n defendiendo tratamientos ineficaces. Nos han llegado denuncias de personas que recibieron visitas en casa para fomentar el kit covid. Les estamos recomendando que soliciten por escrito las recetas para tomar medidas judiciales¡±. Falcetta argumenta que se podr¨ªan haber hecho bastantes cosas durante el ¨²ltimo a?o para minimizar la tragedia, pero lamenta que incluso los organismos de control han tardado en pedir explicaciones a los gestores. ¡°?Vamos a seguir dejando que la gente se muera sin hacer nada? Pasado un a?o, el Ministerio P¨²blico ha interpuesto una demanda para obligar al Ministerio de Salud a crear una campa?a informativa. ?Por qu¨¦ ahora y no antes?¡±, se pregunta. ¡°Los que han perdido parientes usando el kit covid tienen que ser indemnizados¡±, afirma. Bernardes concluye: ¡°Los que tomaron actitudes equivocadas tienen que ser responsabilizados para que la historia no siga repiti¨¦ndose. Los gestores no pueden pensar que pueden hacer lo que quieran¡±.
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