Urnas y sables
Hace falta rigor ante los eventuales brotes subversivos; tambi¨¦n responsabilidad, privando de coartadas a los enemigos de la democracia
En esta ocasi¨®n, result¨® ¨²til la propaganda electoral, tanto para entender el sentido de las ofertas como los resultados en las urnas. As¨ª, en el caso del PP, los enormes carteles que siembran la capital y los env¨ªos por correo nos evitaban formular preguntas. La oferta se ce?¨ªa a la figura de Isabel D¨ªaz Ayuso, con su aire de peponcita del cine mudo, una pizca posmoderna. Asumi¨® el relevo del caudillismo de su enemigo visceral, S¨¢nchez, en una partida del todo o nada, y transmiti¨® siempre la seguridad en la victoria. Los eruditos pudieron comprobar en su web que el PP segu¨ªa donde siempre: bajos impuestos (menos servicios p¨²blicos), ense?anza privada, adelante los empresarios. Y ¨®ptimo balance de ¡°libertad¡±: diversi¨®n y contagios. La tragedia fue rentable.
La ant¨ªtesis era la oferta de Ciudadanos: basti¨®n centrista que opta por la derecha, con Vox dentro. Resultado: justo castigo. Se lo gan¨® tambi¨¦n Iglesias, al fallar la captaci¨®n de M¨¢s Madrid, para presentarse como verdadera izquierda frente al PSOE. Su programa dejaba claro que el objetivo no era Madrid, sino la guerra social sobre el dilema ¡°fascismo o democracia¡±, contagiando al PSOE. Solo ha servido para impulsar a Vox, creando un ambiente irrespirable. En cuanto a Vox, sale afirmado al consolidar un neofranquismo puro y duro, derrotando al ¡°Frente Popular¡±; exhibi¨® una l¨ªder que aporta el toque de ferocidad propio de la ultraderecha cubana. M¨¢s nacionalcatolicismo.
Lastrado Gabilondo para capitalizar su bagaje de gestor, sin estilo de candidato, pasando inseguro del ¡°Pablo, no¡± al ¡°Pablo s¨ª¡±, la ¨²nica ruptura activa del cerco correspondi¨® a M¨¢s Madrid. Fue el ¨²nico discurso a ras de realidad. Nadie profundiz¨® en ello. Careci¨® de medios de comunicaci¨®n afines: como mucho era la buena sanitaria para acompa?ar al PSOE. Debi¨® ser m¨¢s, aunque los ciudadanos lo entendieron.
Una crispaci¨®n semejante erosiona la democracia, a pesar de la alta participaci¨®n. Esperemos que no abra puertas al regreso de los muertos vivientes, no solo presente en Espa?a. El manifiesto de los generales retirados de diciembre en Espa?a encontr¨® eco en otro similar en Francia, con el retiro usado como protecci¨®n para esgrimir fraudulentamente el ¡°honor militar¡±. Un 21 de abril, cuarenta a?os tras el putsch antigaullista de Argel. Acompa?aba la llamada al golpe de los militares activos y, tanto en Espa?a como en Francia, conecta con una derecha irresponsable (LePen, Ayuso). M¨¢s Vox.
El episodio interpela a la izquierda, tras romper Iglesias los moldes de la convivencia pol¨ªtica, mientras S¨¢nchez presionaba sobre el marco legal y judicial en su cortejo a ERC. Hace falta rigor ante los eventuales brotes subversivos; tambi¨¦n responsabilidad, privando de coartadas a los enemigos de la democracia.
?Aprendi¨® de veras Iglesias la lecci¨®n dimitiendo? Mejor Yolanda.
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