Madrid: lo simb¨®lico y lo pol¨ªtico
Las elecciones del 4-M dejan huella. Hemos asistido a una solemne proclamaci¨®n del hecho diferencial madrile?o, que hasta ahora parec¨ªa innecesario
Las elecciones de la Comunidad de Madrid dejan huella en dos sentidos: el simb¨®lico y el pol¨ªtico. Hemos asistido a una solemne proclamaci¨®n del hecho diferencial madrile?o. Algo que hasta ahora parec¨ªa innecesario. Pero son tiempos en que las pulsiones identitarias se hacen contagiosas. Corr¨ªa por la Villa y Corte cierto hartazgo de que la marca Catalu?a fuera una pesadilla omnipresente. Y as¨ª los madrile?os han aprovechado la propuesta de su presidenta para singularizarse. La capital se reconoce como parte. Ayuso ha sabido explotar el baj¨®n psicol¨®gico generado por la pandemia. El gesto de ruptura fue salir del consenso general que primaba la salud por encima de la econom¨ªa. Y rompi¨® el tab¨². A partir de ah¨ª, con amplio apoyo de los poderes corporativos y empresariales, de los medios de comunicaci¨®n y de importantes sectores econ¨®micos y organizaciones estamentales consigui¨® imponer el hecho diferencial. Madrid abierto, mientras los dem¨¢s cierran. Liberalismo econ¨®mico sin fronteras, impuestos a la baja, privatizaciones masivas en servicios b¨¢sicos (sanidad, educaci¨®n, residencias para mayores) y alegr¨ªa, alegr¨ªa. As¨ª se suma al carrusel de las identidades.
Ciudadanos desaparece, Podemos est¨¢ exhausto. El impacto pol¨ªtico no es menor que el simb¨®lico. Es el final del ciclo que se abri¨® con la crisis del bipartidismo. Ayuso se ha comido literalmente a Ciudadanos: sus 26 esca?os han pasado al PP. Confirm¨¢ndose una vez m¨¢s que el centro es una ficci¨®n que casi siempre acaba a la derecha. Consecuencia, la derecha espa?ola ahora es a dos: PP y Vox. Ayuso ha ofrecido el modelo para este giro: una variante del trumpismo. Con la legitimaci¨®n de Vox. Suena a antiguo.
Pablo Iglesias, el d¨ªa que dej¨® el Gobierno, sab¨ªa que se iba casa. Desde el origen, fue evidente que el gran problema de Podemos ¡ªdoctrinario, ideol¨®gico y elitista¡ª era su dificultad para enraizar en la sociedad. Las urnas lo demostraron: donde obtuvo buenos resultados fue donde se ali¨® con grupos locales bien encarnados (Mareas, Comunes, Comprom¨ªs, Carmena). Ahora es a estos a los que les toca tomar el relevo. Bajar a la tierra y recomponer el espacio a la izquierda del PSOE. M¨¢s Madrid ha dado pistas.
El primer gran ¨¦xito electoral del PP desde que perdi¨® el poder coincide con el primer gran fracaso del tacticismo de Pedro S¨¢nchez. La pandemia le ha descolorido. Y el palo, en unas elecciones en que el PSOE ha encadenado los errores, llega precisamente en el momento de la verdad: la desescalada. Y la afrontar¨¢ con la derecha ensimismada en la soluci¨®n milagrosa que viene de Madrid. Tiene dos a?os para preparar su rev¨¢lida. Sabiendo que su suerte estar¨¢ en manos de la izquierda y los partidos perif¨¦ricos. Su estrategia del t¨¦rmino medio se ha agotado. Ya no podr¨¢ ir a rascar al otro lado. Ahora le toca liderar un proyecto. ?Lo tiene?
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