Rendir cuentas para transformar y renovar Espa?a
Para prevenir la corrupci¨®n, el clientelismo y el despilfarro, la democracia necesita mejores sistemas de control del Gobierno que aumenten la transparencia sobre sus acciones
Medir la calidad de una democracia es complejo. No obstante, algunos grupos de investigaci¨®n se atreven a ello. Los m¨¢s prestigiosos punt¨²an a Espa?a bastante bien. Por ejemplo, V-Dem (Varieties of Democracy) nos sit¨²a en el puesto decimotercero del mundo en calidad de democracia liberal en su estudio de 2020. Estar entre el 10% superior de los 178 pa¨ªses evaluados debe ser motivo de orgullo colectivo. La clave para esta excelente puntuaci¨®n est¨¢, sobre todo, en la ...
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Medir la calidad de una democracia es complejo. No obstante, algunos grupos de investigaci¨®n se atreven a ello. Los m¨¢s prestigiosos punt¨²an a Espa?a bastante bien. Por ejemplo, V-Dem (Varieties of Democracy) nos sit¨²a en el puesto decimotercero del mundo en calidad de democracia liberal en su estudio de 2020. Estar entre el 10% superior de los 178 pa¨ªses evaluados debe ser motivo de orgullo colectivo. La clave para esta excelente puntuaci¨®n est¨¢, sobre todo, en la limpieza de nuestro sistema electoral, en la moderaci¨®n de nuestro electorado y en el respeto a los derechos pol¨ªticos existente. En todo caso, cuando V-Dem desarrolla los componentes del ¨ªndice de democracia, como el componente deliberativo o el liberal, los datos de Espa?a empeoran, cayendo a los puestos 27 o 28.
El componente liberal trata del control del poder mediante sistemas de pesos y contrapesos, la independencia judicial o la calidad del Estado de derecho. Aun siendo una posici¨®n buena, las puntuaciones exhiben las debilidades de nuestra democracia. Nuestro modelo de democracia, tras el franquismo, ha dado mucho peso a la gobernabilidad y poco espacio al control eficaz de los gobiernos. Esta elecci¨®n, tomada durante la Transici¨®n, ten¨ªa detr¨¢s razones hist¨®ricas muy s¨®lidas, pues los fracasos de las experiencias democr¨¢ticas espa?olas previas se debieron precisamente a la inestabilidad gubernamental. Pero consolidado nuestro sistema democr¨¢tico, era preciso reforzar los controles del poder sin, por ello, poner en riesgo la estabilidad del Gobierno.
Los avances en este ¨¢mbito han existido, sin duda, pero a unos niveles de desarrollo que no han conseguido evitar una profunda desafecci¨®n ciudadana. Ante esta situaci¨®n, los responsables pol¨ªticos pueden situarse en el confort de ver que la democracia en general funciona y no hacer nada o, por el contrario, anticiparse a los deterioros que nuestras debilidades generan y generar¨¢n y construir un modelo de rendici¨®n de cuentas acorde a la calidad que los otros componentes del ¨ªndice de democracia demuestran.
Todo ello, adem¨¢s, en un momento clave para nuestro pa¨ªs, pues tras la tragedia de la covid-19 es el momento de la recuperaci¨®n y transformaci¨®n econ¨®mica y social; una recuperaci¨®n para la que se han generado 212 medidas, con 110 grandes inversiones y 102 reformas, que movilizar¨¢n 70.000 millones de euros en inversiones p¨²blicas entre 2021-2023. Los fondos europeos Next Generation nos aportan gasolina para la recuperaci¨®n, pero es preciso, al tiempo, preparar el veh¨ªculo para este dif¨ªcil viaje.
No es catastrofista sostener que, sin reducir las posibilidades de corrupci¨®n, sin controlar fuertemente el clientelismo, sin evitar la captura interesada de las pol¨ªticas y sin dome?ar el despilfarro, esos fondos tienen grandes posibilidades de fracasar en el cumplimiento de sus fines. Al contrario, es una advertencia sensata y basada en cifras y hechos bien documentados del pasado reciente.
En consecuencia, reforzar la rendici¨®n de cuentas sin, por ello, paralizar el Estado es una de las medidas de resiliencia esenciales que nuestro pa¨ªs tiene que afrontar. Tenemos una Administraci¨®n que ha ayudado a alcanzar muchos logros, pero que presenta debilidades serias ante un mundo profundamente complejo, dominado por tecnolog¨ªas disruptivas y, en el caso espa?ol, como consecuencia de la pandemia, sometido a una prueba de resiliencia que exige visi¨®n estrat¨¦gica, celeridad en la gesti¨®n, innovaci¨®n, monitoreo permanente y evaluaci¨®n de los impactos. En suma, que el reto es doble: por una parte, reforzar la eficacia y la eficiencia; por otra, consolidar nuevas formas de control y rendici¨®n de cuentas que refuercen el Estado de derecho y, al tiempo, no paralicen.
Dicho esto, desear¨ªamos aportar unas ideas sobre la mejora en la rendici¨®n de cuentas. Para empezar, es cierto que la rendici¨®n de cuentas que suponen las elecciones es la esencia de la democracia representativa. En ella, nadie debe obtener el poder sin el consentimiento de los representados y la elecci¨®n se presenta como el m¨¦todo obvio para conferir el poder. Pero este consentimiento debe poder renovarse o negarse contando con informaci¨®n s¨®lida y suficiente de los logros obtenidos por el Gobierno y las formas en que lo ha alcanzado, en el contexto que le ha tocado vivir. De ah¨ª la importancia de algunos ¨®rganos independientes que controlen la transparencia y la calidad de la informaci¨®n aportada, y otros que eval¨²en pol¨ªticas y programas aportando informaci¨®n s¨®lida a la ciudadan¨ªa de lo que se est¨¢ logrando. En este aspecto de la evaluaci¨®n nuestro pa¨ªs necesita claras mejoras.
Llegados a este punto, creemos que, sin olvidar otras reformas necesarias, es preciso dar un salto adelante y mejorar el sistema de rendici¨®n de cuentas vertical mediante un modelo que incentive (incluso obligue) al Gobierno, desde sus m¨¢s altas instancias, a rendir cuentas de forma sistem¨¢tica a la ciudadan¨ªa sobre el cumplimiento del programa electoral y los compromisos asumidos en el marco de la actividad gubernamental.
Es esencial que este sistema evite tres riesgos esenciales: el primero es que se convierta en un sistema de propaganda oficial, por lo que, para evitarlo, debe ser un sistema que por su rigor y objetividad d¨¦ informaci¨®n sin narrativa. El segundo es que pretenda convertirse en un suced¨¢neo de la evaluaci¨®n de las pol¨ªticas o programas gubernamentales. La evaluaci¨®n exige unos requisitos de rigor cient¨ªfico, temporalidad y participaci¨®n activa de los afectados que no son asumibles en periodos cortos. El tercero es que se pretenda obviar o sustituir el control parlamentario por este sistema, dejando al Congreso relegado.
Este nuevo modelo de rendici¨®n de cuentas, del que por iniciativa del propio presidente Pedro S¨¢nchez ya se ha generado una primera experiencia denominada Cumpliendo y hecha p¨²blica en diciembre, ofrece enormes ventajas para el buen gobierno del pa¨ªs. Para empezar, contribuye a alinear el trabajo de las diferentes organizaciones p¨²blicas del Estado con la estrategia del conjunto del Gobierno, comprobando en qu¨¦ medida contribuyen al cumplimiento del programa y de los objetivos de pa¨ªs asumidos, por ejemplo, en el Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia.
Segundo, exige al Gobierno ¡°dar la cara¡± y tener que explicar semestralmente a la ciudadan¨ªa, a la prensa, al resto de partidos pol¨ªticos y, por extensi¨®n, a las instituciones en las que estos participan, c¨®mo se van cumpliendo los objetivos nacionales y gubernamentales, con datos que son comprobables y que est¨¢n a disposici¨®n de la gente.
Tercero, refuerza la transparencia, aportando informaci¨®n para que la ciudadan¨ªa pueda hacerse una idea de si merece confirmar o no a un Gobierno en las pr¨®ximas elecciones. Finalmente, se puede consolidar como una iniciativa transversal, no partidista, de mejora institucional que sobreviva a cambios de Gobierno y se inserte en un proceso permanente de profundizaci¨®n democr¨¢tica. En suma, creemos que, con la ayuda de aportes tecnol¨®gicos de nueva generaci¨®n para hacer m¨¢s visibles, amigables y comprobables los datos, esta rendici¨®n de cuentas pol¨ªtica y directa puede ser un pilar m¨¢s en la mejora de nuestra democracia. Para que se consolide, ser¨¢ preciso el esencial aporte de una prensa exigente y constructiva y de una oposici¨®n que se implique en el reto de construir una Espa?a mejor. Confiemos en ello.
Manuel Villoria Mendieta es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica y de la Administraci¨®n de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Se adhieren a este art¨ªculo los acad¨¦micos y acad¨¦micas: Cristina Ares Castro-Conde, Ignacio Aymerich Ojea, Ismael Blanco-Fillola, Mar¨ªa Bustelo Ruesta, Dolors Canals Ametller, Cristina El¨ªas M¨¦ndez, Daniel Innerarity Grau, Javier Lorenzo Rodr¨ªguez, Cristina Monge Lasierra, Carles Rami¨® Matas y Paula Rodr¨ªguez Modro?o, todos ellos integrantes del Grupo de An¨¢lisis Metodol¨®gico del proyecto de rendici¨®n de cuentas del Gobierno de Espa?a.