Unidad ante un pulso inaceptable
Espa?a y la UE deben responder con firmeza al desaf¨ªo de Marruecos en Ceuta
La entrada irregular en Ceuta de m¨¢s de 8.000 personas en pocas horas no es una crisis migratoria, sino un inaceptable pulso estrat¨¦gico que Marruecos ha echado a Espa?a, ante el que resulta necesario responder con m¨¢xima unidad y firmeza. El desaf¨ªo, el m¨¢s grave desde el episodio de la isla de Perejil en 2002, es intolerable, entre otras cosas porque utiliza irresponsablemente, poni¨¦ndolas en riesgo, a personas desfavorecidas (entre ellos muchos menores) como instrumentos para afirmar intereses pol¨ªticos. Al margen de declaraciones oficiales, es evidente que las llegadas responden a la decisi¨®n de las autoridades marroqu¨ªes de aprovechar la hospitalizaci¨®n por covid en Espa?a del secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, como ocasi¨®n para elevar la presi¨®n sobre el Gobierno espa?ol. Rabat busca satisfacer una serie de intereses, siendo el principal el reconocimiento de la soberan¨ªa sobre el S¨¢hara Occidental, como hizo Donald Trump en los estertores de su mandato.
Ante este escenario, Espa?a y la UE har¨¢n bien en dejar claro por los canales pertinentes que episodios de esta clase no avanzar¨¢n ni un mil¨ªmetro los intereses marroqu¨ªes, ni en la cuesti¨®n saharaui ni en la de las ayudas econ¨®micas. Al contrario, provocan un serio desprestigio internacional. Acert¨® el presidente Pedro S¨¢nchez en advertir con gravedad a Rabat de que la integridad territorial de Ceuta y Melilla ser¨¢ defendida ¡°en todo momento, bajo cualquier circunstancia y con todos los medios necesarios¡± y en desplazarse a la zona. Fue adecuado tambi¨¦n el expl¨ªcito respaldo de autoridades europeas, y muy importante el contacto telef¨®nico entre S¨¢nchez y el l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado. Es de esperar que el Partido Popular no utilice este grave episodio para desgastar al Ejecutivo. No cabe esperar tal cosa de la ultraderecha de Vox, que no dud¨® ni un momento en utilizar un contraproducente lenguaje incendiario, pero s¨ª de la principal formaci¨®n conservadora.
Gobiernos espa?oles de distinto color han gestionado la relaci¨®n con Marruecos de forma similar. Se trata de una pol¨ªtica de Estado, fundamental por muchas razones, entre ellas la gesti¨®n de los flujos migratorios, la cooperaci¨®n en la lucha antiterrorista y una creciente imbricaci¨®n econ¨®mica mutuamente beneficiosa. Esta no deber¨ªa ser objeto de pugna partidista.
La hospitalizaci¨®n por razones humanitarias de Gali es una decisi¨®n soberana de Espa?a. Podr¨ªa haberse ejecutado de forma m¨¢s transparente. Puede entenderse que no guste a las autoridades marroqu¨ªes, pero de ninguna manera justifica una represalia como la realizada en Ceuta. Rabat no lo ha explicitado, pero la embajadora marroqu¨ª en Madrid ha llegado muy cerca, al afirmar que ¡°hay actos que tienen consecuencias¡±. La iniciativa de Ceuta va en l¨ªnea con un creciente envalentonamiento marroqu¨ª despu¨¦s del desafortunado reconocimiento de la soberan¨ªa de Rabat sobre el S¨¢hara por parte de Trump, sin base ninguna en el derecho internacional, y motivado por el deseo de amarrar una nueva normalizaci¨®n de relaciones de un pa¨ªs ¨¢rabe con Israel. Cabe se?alar la presi¨®n diplom¨¢tica ejercida recientemente por Marruecos ante Alemania. Joe Biden no lo tiene f¨¢cil para dar marcha atr¨¢s, aunque esta ser¨ªa la decisi¨®n correcta. En cualquier caso, deber¨ªa tomar buena nota de las maneras de Rabat, y manifestarle su parecer al respecto.
Es necesario ahora gestionar con eficacia los aspectos log¨ªsticos del desaf¨ªo, entre otras cosas para garantizar los derechos de los menores en el proceso de devoluciones y evitar riesgos de propagaci¨®n del virus en Ceuta. Las autoridades marroqu¨ªes parec¨ªan ayer decididas a evitar una escalada del incidente. Pero el Gobierno tendr¨¢ que mejorar los dispositivos para afrontar posibles nuevas provocaciones parecidas. En conjunto, firmeza y unidad ¡ªen Espa?a, y en la UE¡ª son la clave para reconducir la situaci¨®n y dejar claro a Rabat que una cooperaci¨®n leal es la mejor opci¨®n.
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