La inflaci¨®n no es el problema
Las alarmas que se han levantado por el repunte de precios de bienes y servicios son excesivas
A medida que se suceden los indicadores de recuperaci¨®n econ¨®mica, emergen tambi¨¦n repuntes en los precios de los bienes y servicios. Estas elevaciones son m¨¢s expl¨ªcitas en las econom¨ªas donde la expansi¨®n es m¨¢s intensa, reflejo igualmente de est¨ªmulos monetarios y fiscales m¨¢s agresivos.
El caso de EE UU es el m¨¢s destacado y tambi¨¦n el que ha generado algo m¨¢s de tensi¨®n en los mercados financieros. Ese 4,2% de aumento del ¨ªndice de precios al consumo durante abril y, en mucha menor medida, el 2% en la UE han levantado alarmas que son excesivas. En primer lugar, porque el efecto base, el punto de partida sobre el que se calculan esas variaciones, era bajo; no hace muchos meses los precios no crec¨ªan o decrec¨ªan en las principales econom¨ªas del mundo. La segunda raz¨®n es la propia composici¨®n de los ¨ªndices en estos meses de repunte: en todos los casos las elevaciones son la consecuencia en una elevada proporci¨®n de factores transitorios, en gran medida derivados de esa intensa traslaci¨®n del ahorro embalsado durante la pandemia a consumo. Tambi¨¦n del ascenso, igualmente circunstancial en los precios de algunas materias primas. En ninguna de las econom¨ªas hay presiones salariales significativas que pudieran llegar a enquistar esas presiones inflacionistas.
Es razonable, por tanto, que la reacci¨®n de los principales guardianes de la estabilidad de los precios, los bancos centrales, sea de transmisi¨®n de tranquilidad, consecuente con el an¨¢lisis de esas alzas en precios y, muy especialmente, con la ausencia de factores que pueden determinar una tendencia manifiestamente inflacionista a medio plazo. Claro que deben contemplar todos los escenarios posibles y anticipar con la amplia informaci¨®n disponible los riesgos de p¨¦rdida de control de ese posible desequilibrio. Pero hacen bien en procurar evitar pendulazos en la percepci¨®n de la propia fase de recuperaci¨®n, que podr¨ªan llegar a interrumpirla.
Los est¨ªmulos que han adoptado las autoridades de todas las econom¨ªas avanzadas han evitado males peores, pero todav¨ªa no disponemos de absolutas garant¨ªas de que la fase de recuperaci¨®n sea irreversible. No son pocas las amenazas que se ciernen sobre el horizonte a medio plazo. La m¨¢s destacada probablemente ser¨ªa la precipitaci¨®n en la adopci¨®n de decisiones de endurecimiento de las pol¨ªticas monetarias o fiscales de las econom¨ªas. Las principales instituciones, incluido el FMI, consideran que el objetivo principal ahora es mantener el impulso de la recuperaci¨®n y extenderlo m¨¢s all¨¢ de las econom¨ªas avanzadas. La observaci¨®n del comportamiento de los consumidores, que hoy permiten los indicadores de alta frecuencia, y la del grado de competencia en los mercados deber¨¢n confirmar esa tranquilidad que hoy transmiten sin excepci¨®n todos los bancos centrales.
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