La batalla para superar la despoblaci¨®n
Trasladar organismos p¨²blicos a provincias de las regiones que m¨¢s habitantes pierden ayudar¨ªa a evitarlo y a hacer m¨¢s pa¨ªs
El pasado 28 de mayo, la Espa?a vac¨ªa o vaciada reuni¨® a importantes l¨ªderes pol¨ªticos, empresariales y sociales en Soria con el objetivo de debatir y consensuar medidas para enfrentar el desaf¨ªo de la despoblaci¨®n. Desde el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, al l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, pasando por presidentes auton¨®micos, alcaldes, ministros y todo tipo de personalidades, participaron en el foro de la ...
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El pasado 28 de mayo, la Espa?a vac¨ªa o vaciada reuni¨® a importantes l¨ªderes pol¨ªticos, empresariales y sociales en Soria con el objetivo de debatir y consensuar medidas para enfrentar el desaf¨ªo de la despoblaci¨®n. Desde el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, al l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, pasando por presidentes auton¨®micos, alcaldes, ministros y todo tipo de personalidades, participaron en el foro de la Feria Nacional para la Repoblaci¨®n de la Espa?a Rural Presura. D¨ªas antes, 180 plataformas presentaron un documento elaborado durante meses por 140 personas procedentes de diferentes sectores como la agricultura, j¨®venes desempleados o sanitarios.
Al fin y al cabo, esta serie de actos promovidos desde organizaciones de regiones que est¨¢n perdiendo poblaci¨®n son un grito de ayuda por la implicaci¨®n gubernamental con el simple objetivo de que no les abandonen ni dejen atr¨¢s. En los ¨²ltimos diez a?os, regiones como Asturias y Castilla y Le¨®n, por ejemplo, han perdido m¨¢s de un 6% de la poblaci¨®n; otras como Extremadura, Galicia o Castilla-La Mancha se sit¨²an en torno a un 3% negativo. Si nos adentramos en las provincias de estas comunidades, algunas como ?vila, Le¨®n, Cuenca o Zamora han visto reducciones en el n¨²mero de habitantes de alrededor del 10%.
Lo importante de esta llamada continua de atenci¨®n que se hace desde los territorios que sufren la despoblaci¨®n es que intentan sacar el debate de la capital, alejarlo de la crispaci¨®n, y mostrar que Madrid no es Espa?a. Es cierto que formamos parte de un Estado descentralizado, cuasi federal de acuerdo a los estudios (el ?ndice de Autoridad Regional de la Universidad de Oxford considera a Espa?a como el segundo pa¨ªs m¨¢s descentralizado). Sin embargo, las regiones de la periferia se sienten cada vez m¨¢s alejadas del funcionamiento del Estado, y la despoblaci¨®n es un s¨ªntoma de desconexi¨®n; cuando miles de j¨®venes no ven futuro en sus provincias de origen y tienen que migrar a Madrid; cuando miles de sucursales bancarias cierran ya que no ven negocio en los pueblos de las dos Castillas o Extremadura; o cuando los emprendedores y empresarios no ven posibilidades de crecer, hay un problema, pero se est¨¢ observando desde la capital, desde Madrid.
Y es que la descentralizaci¨®n te¨®rica de Espa?a no es un hecho en la estructura del Estado. Madrid, como capital, se ha convertido en un centro de la burocracia que act¨²a como polo desigual respecto al resto de las comunidades aut¨®nomas; con un 14% de la poblaci¨®n nacional, la capital alberga m¨¢s del 30% de los funcionarios del Estado, el 80% y el 70% de los empleados de los servicios centrales de los ministerios y organismos p¨²blicos, respectivamente, e incluso el 25% de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y las Fuerzas Armadas, entre otros muchos datos incuestionables sobre la extrema concentraci¨®n de funcionarios. Esto genera un ecosistema de atracci¨®n de empresas privadas y personal muy cualificado que se quiere instalar en torno a las sedes de las principales instituciones del pa¨ªs perjudicando a aquellas comunidades que pierden a su generaci¨®n m¨¢s preparada. Como destaca un estudio de Andr¨¦s Rodr¨ªguez-Pose y Daniel Hardy, investigadores en Geograf¨ªa Econ¨®mica de la London School of Economics, la trayectoria econ¨®mica de Madrid est¨¢ influida por la concentraci¨®n del poder pol¨ªtico, la organizaci¨®n de las infraestructuras, los beneficios de las econom¨ªas de ubicaci¨®n y aglomeraci¨®n y las diferencias derivadas del capital humano y las capacidades tecnol¨®gicas.
Algunos estudios, como Interaction of Public and Private Employment: Evidence from a German Government Move (Faggio, Schl¨¹ter y Berge 2018) cuantifican el efecto de los empleados p¨²blicos en una zona en la creaci¨®n de puestos de trabajo privados. La instalaci¨®n de organismos p¨²blicos deriva en un entorno en el que arraigan consultoras, despachos de abogados y empresas que ofrecen servicios personales como gimnasios o peluquer¨ªas.
Si estudi¨¢semos a fondo los organismos p¨²blicos localizados en Madrid, encontrar¨ªamos una herramienta de pol¨ªtica econ¨®mica que ayudar¨ªa a impulsar aquellas zonas del pa¨ªs que sufren el problema de la despoblaci¨®n. Se trata de algo que ya se est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica en pa¨ªses como Estados Unidos; desde el Senado norteamericano se ha propuesto reubicar agencias federales localizadas en Washington para estimular el empleo en las regiones menos pr¨®speras, aquellas del coraz¨®n del pa¨ªs conocidas como The Heartland, y as¨ª atraer inversi¨®n privada y crear empleos privados junto a los nuevos p¨²blicos. Algunas de las agencias propuestas son el National Institutes of Health y Food and Drug Administration, que suponen m¨¢s 30.000 empleos. Incluso la NASA ha cuantificado el impacto econ¨®mico y la importancia de una agencia federal en los Estados ya que genera 312.000 trabajos y 7.000 millones en impuestos federales, estatales y locales.
Enfrentar el desaf¨ªo de la despoblaci¨®n supone reorganizar la estructura del Estado con el claro objetivo de desconcentrar instituciones localizadas en Madrid y trasladarlas a esa Espa?a que necesita est¨ªmulos para reactivarse. En la capital se acumulan organismos con miles de funcionarios como Salvamento Mar¨ªtimo, el Instituto para la Reestructuraci¨®n de la Miner¨ªa del Carb¨®n y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras o la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo que tendr¨ªan una mayor l¨®gica ubicados en comunidades como Galicia, Castilla y Le¨®n o Castilla-La Mancha, respectivamente. El traslado de agencias p¨²blicas supondr¨ªa fomentar la instalaci¨®n de funcionarios y sus familias en zonas despobladas, la creaci¨®n de empresas que ofrezcan bienes y servicios a esos nuevos habitantes que necesitan consumir y que van a hacer crecer las econom¨ªas de la Espa?a vaciada.
Seguir la l¨®gica descentralizadora de nuestra Constituci¨®n en la estructura funcionarial del pa¨ªs significa no abandonar a las regiones que ven perdida su poblaci¨®n. Si nos traslad¨¢semos a Alemania, observar¨ªamos c¨®mo la distribuci¨®n de su sector p¨²blico no premia a la capital, sino que es acorde a su federalismo. El reparto de organismos p¨²blicos sigue una tendencia de hacer llegar el Estado a cada rinc¨®n del pa¨ªs, con los principales ¨®rganos en ciudades como Bonn, Berl¨ªn, Francfort o Karlsruhe. Dir¨ªamos que es el sentido com¨²n el que gu¨ªa la estructura del Estado; pongamos como ejemplo dos de las regiones con m¨¢s funcionarios, Schleswig y Mecklemburgo. Su situaci¨®n geogr¨¢fica mar¨ªtima les ha hecho las m¨¢s id¨®neas para ser sede de numerosas agencias e institutos navales e investigaciones de ciencias del mar.
Actualmente, nos encontramos con un diferencial de 80.000 empleados p¨²blicos en Madrid respecto a su poblaci¨®n; el Estado tiene un instrumento para movilizar recursos e indicar a las comunidades aut¨®nomas que no est¨¢n solas. Se abre una ventana de oportunidad en el movimiento de organismos p¨²blicos, de acuerdo a criterios de razonabilidad. Solo con el simple hecho de trasladar a 20.000 funcionarios, ¨²nicamente un 4% de la poblaci¨®n perdida por las comunidades en los ¨²ltimos diez a?os, el impacto ser¨ªa de en torno a 60.000 personas movilizadas entre empleados p¨²blicos, familiares, empleos privados directos e indirectos e, incluso, nuevas infraestructuras.
Ya hemos visto en los ¨²ltimos tiempos la importancia de estos movimientos; la provincia de Zamora ha perdido un 12% de su poblaci¨®n en los ¨²ltimos diez a?os, y, en estos momentos, se estudia la recuperaci¨®n del antiguo campamento militar de Montelarreina. Esta medida implicar¨ªa la instalaci¨®n de 1.500 familias, en torno a 3.750 personas, y la puesta en marcha de en torno a 800 empleos privados. Al menos un 20% de la poblaci¨®n perdida se podr¨ªa recuperar y se impulsar¨ªa la zona con la mejora de infraestructuras y de servicios p¨²blicos, con unas perspectivas de futuro muy alentadoras. Este resultado positivo era el buscado por la provincia de Ja¨¦n en la designaci¨®n de la base log¨ªstica de Defensa y que ha desatado la indignaci¨®n de los jienenses por la p¨¦rdida de una posible inversi¨®n de unos 350 millones, la creaci¨®n de 1.600 empleos directos e indirectos.
Aprovechar esta desigualdad del Estado es clave para no olvidar a la Espa?a despoblada e incluso para hacer m¨¢s pa¨ªs.
Pablo Allende es economista.