Hablemos todos sobre los indultos, no solo el PP

Los espa?oles tienen derecho a hablar. Ese fue el principal argumento esgrimido por Rosa D¨ªez, portavoz de la asociaci¨®n Uni¨®n 78, para justificar la convocatoria de una concentraci¨®n contra los indultos en la plaza de Col¨®n de Madrid. Me pareci¨® un argumento irreprochable. Desde luego, los espa?oles tienen derecho a hablar, a manifestarse para expresar su opini¨®n, a protestar contra lo que no les gusta. Ese derecho ampara por igual a todos los espa?oles. Se dir¨ªa que la universalidad expresada por la palabra ¡°todos¡± es una obviedad en la que no merece la pena detenerse, pero Pablo Casado nos ha demostrado recientemente lo contrario. Despu¨¦s de asistir con evidente satisfacci¨®n a una concentraci¨®n en la que contempl¨®, impasible, c¨®mo la presidenta Ayuso se adentraba en el jard¨ªn, erizado de espinas, que delimita el papel otorgado al Monarca por la Constituci¨®n, hace unos d¨ªas perdi¨® los nervios. Los empresarios catalanes se posicionaron a favor de la concesi¨®n de los indultos. Despu¨¦s lo hicieron los obispos y los l¨ªderes de las centrales sindicales pero, sin hacer de menos a nadie, lo verdaderamente relevante fue que el presidente de la CEOE diera la bienvenida a las medidas de gracia si serv¨ªan para normalizar la situaci¨®n. En ese momento, Casado olvid¨® que los espa?oles tienen derecho a hablar. Declar¨® que la soberan¨ªa popular reside exclusivamente en los parlamentarios, y no en la sociedad civil, y subray¨® que son los pol¨ªticos, no los empresarios, obispos o sindicalistas, quienes deben ocuparse de la pol¨ªtica. ?Y la manifestaci¨®n de Col¨®n?, me pregunto desde entonces. Al final es lo de siempre. Solo tienen derecho a hablar los espa?oles que dicen lo que les gusta o¨ªr. As¨ª hemos llegado hasta aqu¨ª.