Madrid, capital del espa?ol: una paletada

Ahora que ya se han acabado los memes, deber¨ªamos tomarnos este asunto en serio. Mi madre, madrile?a como yo, me habl¨® en espa?ol desde que nac¨ª. No tengo claro si la lengua espa?ola me pertenece o, m¨¢s bien, le pertenezco yo a ella, pero lo que s¨ª s¨¦ es que no tengo m¨¢s derecho a reivindicarla como m¨ªa que otros muchos millones de personas a quienes sus madres les hablaron en espa?ol desde que nacieron, en el altiplano andino o a orillas del R¨ªo de la Plata, en Ciudad de M¨¦xico, en Valpara¨ªso, en San Pedro Sula, en Cuzco o frente a una playa del Caribe. Todos esos lugares, y muchos m¨¢s, podr¨ªan reivindicarse como capitales del espa?ol en el mundo, algunos con m¨¢s derecho que Madrid, porque tienen m¨¢s poblaci¨®n hispanohablante. Los espa?oles s¨®lo suponemos el 8% de los hablantes nativos de la lengua que naci¨® en nuestro pa¨ªs. Para m¨ª, eso no es una desgracia, sino un motivo de orgullo. Y la infinita variedad del espa?ol de Am¨¦rica, que enriquece extraordinariamente una lengua que ha conservado la unidad a lo largo de los siglos y con un oc¨¦ano de por medio, es un tesoro para cualquier persona que hable espa?ol, mucho m¨¢s para quien lo escribe. Por eso, cualquier intento de patrimonializar la lengua espa?ola es una estupidez abocada al fracaso. Afirmar que Madrid es la capital del espa?ol de Europa es otra, y m¨¢s gorda, porque no existen otros europeos que hablen espa?ol como lengua materna. Pero sobre todo, si me permiten la licencia de recurrir al habla de Madrid, la Oficina del Espa?ol que Ayuso le ha regalado a Cant¨®, es una paletada, una iniciativa alicorta y pueblerina, incompatible con el cosmopolitismo intr¨ªnseco de una ciudad que es ya capital de tantas cosas, que no deber¨ªa declararse capital de ninguna.