Dictadura para todos

La f¨®rmula es de Miguel D¨ªaz-Canel, el primer presidente castrista despu¨¦s de los Castro. Para Aina Vidal, la diputada de Podemos, la Rep¨²blica de Cuba no es una dictadura, pero para quien sabe lo que se lleva entre manos, el dictador, se trata de una dictadura buena, incluso una ¡°dictadura para todos¡±. Es verdad que improvis¨® a pie de calle estas palabras ir¨®nicas que sonar¨ªan a chiste si no fueran tr¨¢gicos sus efectos. Lo hizo en el calor de su encaramiento con los manifestantes, en exacto estilo castrista, cuando se arremang¨® dispuesto a liarse a tortas, debidamente acompa?ado de su guardia personal, guayabera y bast¨®n en mano.

Nada m¨¢s democr¨¢tico que un bien que no se lo quedan algunos sino que se reparte entre todos. Aina Vidal no habr¨ªa osado llegar a tal s¨ªntesis: Espa?a ser¨¢ una democracia fallida, como suelen decir sus amigos, pero Cuba es una dictadura democr¨¢tica, se entiende que el grado m¨¢s perfecto de la democracia. Ya lo hab¨ªan inventado Lenin por la izquierda, con la dictadura del proletariado, y Franco por la derecha, con la democracia org¨¢nica.

Han pasado cien a?os desde la instauraci¨®n de la primera y m¨¢s de ochenta de la segunda, todo lo sabemos sobre el Gulag y el Holocausto, las hipocres¨ªas occidentales con Franco, Salazar, Pinochet y los coroneles griegos y las orientales con Budapest, Praga, las purgas estalinistas o la mortandad del mao¨ªsmo y de Pol Pot. El socialismo real se evapor¨®, sustituido en los casos m¨¢s lamentables por reg¨ªmenes mafiosos y desp¨®ticos, y en los m¨¢s eficaces, por la p¨¦rfida mezcla obtenida por China de lo peor del capitalismo y lo peor del comunismo. No importa, porque hay una izquierda que se ha quedado paralizada en el tiempo y en las ideas, incapaz de aprender de la historia y de abandonar la hemiplejia moral y pol¨ªtica para condenar a los dictadores que consideran como suyos con la misma contundencia con la que condenan a los otros.

Cuba es un punto ciego para todas estas cegueras. Su socialismo se hundi¨® cuando ces¨® el patrocinio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Por empe?o anticapitalista, no quiso apuntarse a la dudosa v¨ªa china que conduc¨ªa a la democracia a trav¨¦s de la prosperidad. Perdi¨® con Mosc¨² la primera guerra fr¨ªa y enlaza ahora directamente con la segunda, con Mosc¨² al lado y Pek¨ªn al mando. M¨¢s que Joe Biden, que combate en su propio pa¨ªs por el derecho de voto, es decir, por la democracia, a D¨ªaz-Canel le conven¨ªa el trumpismo, enemigo perfecto para mantener el desaf¨ªo al culpable imperio americano.

La rivalidad de Biden est¨¢ en China y en la eficacia de su sistema autoritario. De ah¨ª la imprescindible ejemplaridad de las democracias de ambas orillas del Atl¨¢ntico, especialmente de cara a su inmediato vecindario. Para preservar la hegemon¨ªa en el siglo XXI, Washington necesita un ¨²nico rasero que pueda aplicarse a la vez a Cuba y Arabia Saud¨ª, a Venezuela y Egipto. En vez de dictadura para todos, democracia para todos.