La guerra del desgaste
Tanto el Gobierno de Iv¨¢n Duque, como los diferentes actores pol¨ªticos, as¨ª como los convocantes del paro nacional contienen el aire y esperan los resultados de los pr¨®ximos d¨ªas de movilizaci¨®n
Entre el 28 de abril y hasta mediados del mes de junio del presente a?o se dieron protestas a lo largo y ancho de Colombia, todo, en el marco de lo que se conoce como el paro nacional. Durante todas esas semanas se dio un electrocardiograma: jornadas de protestas altas con intervalos de actividad baja. En algunos casos esos intervalos se vivieron en medio de la violencia. Al final, en lo peor del tercer pico de la pandemia y, ante el desgaste de las movilizaciones, el comit¨¦ del paro opt¨® por hacer una pausa y llamar a manifestaciones el 20 de julio, un d¨ªa emblem¨¢tico para Colombia pues se celebra su independencia.
Lo que se vio en medio de la pausa de las manifestaciones es lo que se denomina una guerra de desgaste. El Gobierno opt¨® por tres l¨ªneas de acci¨®n. Por un lado, criminalizar las protestas y aplicar una violencia policial alta, de hecho, seg¨²n organizaciones sociales, las v¨ªctimas de la represi¨®n superan las 40, adem¨¢s, casi una veintena de agresiones sexuales y decenas de agresiones oculares. La segunda l¨ªnea de acci¨®n fue sabotear las negociaciones entre el ejecutivo y el comit¨¦ del paro. Por ejemplo, el presidente no firm¨® el preacuerdo de Buenaventura, tampoco el preacuerdo nacional y nombr¨® negociador a alguien que semanas despu¨¦s renunci¨® para participar en pol¨ªtica. La idea del Gobierno y, principalmente, del uribismo es que, si el pa¨ªs se incendia con violencia eso, al final, favorecer¨¢ al partido de Gobierno, pues creen que la clase media y alta votar¨¢ por ellos pidiendo represi¨®n y mano dura. La tercera l¨ªnea de acci¨®n ser¨¢ anunciada en los pr¨®ximos d¨ªas, se refiere a un paquete de ayudas sociales, limitada, pero que les dar¨¢ cierta capacidad clientelista.
Por su parte el comit¨¦ del paro hizo la pausa viendo el desgaste en que se encontraban las movilizaciones. Saben, adem¨¢s que hay un grupo importante de ciudadanos y comunidades que rechazaron los cortes de v¨ªa o bloqueos y temen que se den nuevamente. Por ello, se cree que muchos no saldr¨¢n a protestar y apoyar las manifestaciones. El paro se meti¨® la agenda electoral con mucha fuerza. Tanto la izquierda, como el centro y la derecha hacen c¨¢lculos electorales, pocos son lo que piensan en el pa¨ªs como un todo, as¨ª que cualquier movimiento tiene como objetivo buscar votos y marcar bien en las encuestas.
Lo que viene en las semanas siguientes es una situaci¨®n en la cual los actores del paro buscar¨¢n generar desgaste en el contrario. Si el Gobierno nacional logra desactivarlo o que se den hechos grandes de violencia, el presidente Iv¨¢n Duque saldr¨¢ ganador y lograr¨¢ mantener cierta estabilidad en el ¨²ltimo a?o de Gobierno que le queda. Si es al rev¨¦s, salen muchas personas y hay poca violencia, el presidente vivir¨¢, al menos un semestre bastante duro y complicado. Tal vez, para el mes de septiembre o noviembre el pa¨ªs estallar¨¢ de nuevo.
Por ahora, tanto el Gobierno nacional, como los diferentes actores pol¨ªticos, as¨ª como los convocantes del paro nacional contienen el aire y esperan los resultados de los pr¨®ximos d¨ªas de movilizaci¨®n. Hasta el momento lo cierto es que las causas por las que salieron a marchar miles de habitantes no han sido modificadas. Las razones siguen existiendo, la diferencia con el 28 de abril es determinar el desgaste de la movilizaci¨®n, es decir, saber qu¨¦ tan grande o peque?o ha sido el desgaste. Ser¨¢ una semana determinante.
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