China aspira a la ¡®champions¡¯ nuclear
Pek¨ªn quiere incorporarse al club exclusivo de las superpotencias con suficiente munici¨®n como para destruir ellas solas el planeta entero
Hasta ahora ha sido cosa de dos, Estados Unidos y Rusia, antes Uni¨®n Sovi¨¦tica. El equilibrio del terror durante la guerra fr¨ªa, gracias a la amenaza de la destrucci¨®n mutua asegurada, era una ecuaci¨®n estrictamente bipolar. Y sigue si¨¦ndolo, pero ya por poco tiempo. Ahora China tambi¨¦n quiere incorporarse al club exclusivo de las dos superpotencias con suficiente munici¨®n como para destruir ellas solas el planeta entero.
Son poderosos los est¨ªmulos que han impulsado al r¨¦gimen de Pek¨ªn a construir al menos 250 silos para instalar misiles transcontinentales con cabeza nuclear, tal como se ha conocido por fotograf¨ªas tomadas desde sat¨¦lites comerciales. China ha alcanzado la primera divisi¨®n mundial en numerosos dominios, especialmente en el econ¨®mico y tecnol¨®gico, y ahora acompa?a sus esfuerzos diplom¨¢ticos y militares con la exhibici¨®n de poder que significa su incorporaci¨®n a la primera divisi¨®n del club nuclear, a la par con Estados Unidos y Rusia.
Esta decisi¨®n es fruto tambi¨¦n del estancamiento de las pol¨ªticas de antiproliferaci¨®n y desarme, que han permitido la ampliaci¨®n del club a Pakist¨¢n, India, Israel e incluso Corea del Norte, y situado a Ir¨¢n en camino de conseguir el arma nuclear. China quiere afirmarse como potencia at¨®mica indiscutida en el continente donde mayor es el peligro de proliferaci¨®n, especialmente frente a India, potencia con la que rivaliza en la hegemon¨ªa asi¨¢tica y con la que tiene contenciosos fronterizos.
La construcci¨®n de los silos coincide con la reanudaci¨®n de las conversaciones de Ginebra entre Washington y Mosc¨² para prorrogar hasta 2026 el tratado Nuevo Start de 2010, que limita el n¨²mero de cabezas nucleares desplegadas a un m¨¢ximo de 1.550. Con la ampliaci¨®n del arsenal, Pek¨ªn podr¨¢ multiplicar por cinco su actual despliegue de 270 cabezas y se acercar¨¢ a las cifras de rusos y estadounidenses. Tendr¨ªa todo el sentido que tambi¨¦n se incorporara a las negociaciones de desarme, desbordando as¨ª el marco bilateral.
A estas horas son serias las dudas sobre la vigencia de la doctrina de la disuasi¨®n m¨ªnima mantenida desde tiempos de Mao Zedong, que limitaba el arma nuclear a la autodefensa y exclu¨ªa un primer uso sin previo ataque nuclear. La ampliaci¨®n del arsenal es la que conviene a una superpotencia con capacidad para intervenir militarmente en Asia fuera de sus fronteras, por ejemplo en Taiw¨¢n o en el mar circundante, e incluso para entrar en disputa con la vecina Rusia, como ya sucedi¨® desde los a?os sesenta del pasado siglo.
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