Verdadera y falsa reforma en la Universidad
La nueva ley deber¨ªa cambiar el m¨¦todo de selecci¨®n del profesorado
En 1950, Yves Congar, posiblemente el te¨®logo m¨¢s influyente del siglo XX, titulaba de este modo un libro sobre la Iglesia cat¨®lica. El dominico defend¨ªa que, para evitar cismas, las reformas de la Iglesia deb¨ªan de producirse en su seno, de ah¨ª la bastardilla. Nuestra universidad adolece, sensu contrario, del mismo mal. Por eso, la ...
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En 1950, Yves Congar, posiblemente el te¨®logo m¨¢s influyente del siglo XX, titulaba de este modo un libro sobre la Iglesia cat¨®lica. El dominico defend¨ªa que, para evitar cismas, las reformas de la Iglesia deb¨ªan de producirse en su seno, de ah¨ª la bastardilla. Nuestra universidad adolece, sensu contrario, del mismo mal. Por eso, la Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU) que presentar¨¢ en septiembre el ministro Castells, para su aprobaci¨®n por el Congreso, deber¨ªa anunciar una verdadera reforma de la Universidad. Su actual estado de postraci¨®n es fruto del modus operandi de dos agencias estatales notoriamente da?inas: la Comisi¨®n Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI), que valora las publicaciones de los profesores; y la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n (ANECA), que los selecciona mediante comisiones y expertos an¨®nimos, fingidamente independientes.
Como ya apuntaron Cajal y Mara?¨®n, la ra¨ªz del atraso cient¨ªfico de Espa?a est¨¢ en la selecci¨®n del profesorado universitario. La composici¨®n de los tribunales, que antes era por sorteo, ahora se controla de forma opaca por estas dos agencias. Llamarlas opacas no es un juicio de valor, sino una descripci¨®n del Tribunal Supremo, lo que socava su pretendida independencia y estimula la promiscuidad endog¨¢mica y el nepotismo. Seleccionar al profesorado compete a las universidades, en virtud de su autonom¨ªa, pero los procedimientos tienen que ser transparentes porque la opacidad es una injusticia grave que vulnera el derecho de los profesores a que no existan secretos, pues ¡°son injustas todas las acciones que se refieren al derecho de otros hombres cuyos principios no soportan ser publicados¡± (Kant, Sobre la paz perpetua).
En econom¨ªa, CNEAI s¨®lo eval¨²a las revistas medidas con los ¨ªndices de impacto JCR/SJR que, aunque tengan indudable calidad cient¨ªfica, no son las ¨²nicas. Tampoco la valoraci¨®n de publicaciones se ajusta al m¨¦todo cient¨ªfico, porque CNEAI no comprueba si son correctas las afirmaciones que contienen. Hay un pu?ado de Premios Nobel de econom¨ªa que lo obtuvieron por investigaciones rechazadas en revistas de calidad. Por otro lado, ANECA y CNEAI niegan calidad a investigaciones publicadas antes de que proliferasen las revistas JCR/SJR. Esto nos sit¨²a frente al absurdo de que Fuentes Quintana no habr¨ªa sido acreditado, tampoco Rojo, dos de los maestros de mi generaci¨®n. Por ello, deben acatar la jurisprudencia del Tribunal Supremo (STS 986/2018, 12/6/2018) que avala la doctrina que exige considerar el contexto hist¨®rico en el que se publicaron. No hacerlo es grav¨ªsimo porque pervierte el fin de cualquier evaluaci¨®n: enviar se?ales num¨¦ricas y/o cualitativas sobre la calidad. La revisi¨®n por pares de las publicaciones cient¨ªficas, que todos defendemos, debe distinguirse de la opacidad, arbitrariedad, y ausencia de controles de estas dos agencias, que yerran cuando valoran la val¨ªa del investigador s¨®lo seg¨²n el n¨²mero de publicaciones en revistas JCR/SJR. Hasta un chiquillo con uso de raz¨®n podr¨ªa hacer su trabajo.
El Estado es c¨®mplice de ANECA y CNEAI porque las evaluaciones positivas repercuten sobre los presupuestos, al firmarlas un funcionario del Ministerio. S¨®lo los bendecidos por CNEAI obtienen evaluaciones positivas y se embolsan los proyectos de investigaci¨®n. Esto, creo, tiene un nombre. Asimismo, obtener proyectos facilita conseguir otros nuevos y ser acreditado por ANECA. Dado que sin proyectos no hay acreditaci¨®n y sin acreditaci¨®n no hay proyectos, las acreditaciones deber¨ªan ser m¨¢s que cristalinas. Ser investigador principal es clave en la universidad porque ANECA, aunque se obstine en negarlo, s¨®lo punt¨²a los curr¨ªculos de quienes lo son.
Tambi¨¦n el Ministerio act¨²a as¨ª cuando adjudica proyectos. En la ¨²ltima convocatoria (BOE 100, 27/04/2021) s¨®lo tienen acceso quienes hayan obtenido ayudas previas, tampoco considera los proyectos europeos, lo cual es absolutamente incomprensible ?C¨®mo pretenden el Ministerio y ANECA presumir de calidad si repudian los proyectos europeos? ?Ser¨¢ porque pierden el control endog¨¢mico? Deber¨ªan leer a Mara?¨®n: ¡°Nada perjudica al florecimiento cient¨ªfico y a la eficacia de la Universidad como el mantenerse separado de lo universal¡± (Cajal: su tiempo y el nuestro). Al conceder proyectos, el evaluador an¨®nimo decide opaca y arbitrariamente sobre el solicitante, incumple la normativa (pues s¨®lo considera las publicaciones JCR, y desestima los SJR), y reserva la concesi¨®n para los cercanos. Tanto el Ministerio como ANECA y CNEAI han actuado as¨ª para denegar la acreditaci¨®n a catedr¨¢tico a un microbi¨®logo de la Universidad de Alicante, nominado varios a?os para el Nobel de Medicina y Qu¨ªmica. Seguir¨¢ siendo profesor titular toda la vida.
No cabe pensar en una verdadera reforma en la universidad sin abordar ¡°la transformaci¨®n radical y definitiva de la aptitud y del ideario de la comunidad docente. Y hay pocos hombres capaces de ser cirujanos de s¨ª mismos. El bistur¨ª salvador debe ser manejado por otros¡± (Ram¨®n y Cajal, Reglas y Consejos sobre investigaci¨®n cient¨ªfica). S¨®lo podemos esperar una verdadera reforma de la universidad si el ministro Castells incluye en la LOSU la supresi¨®n de ANECA y CNEAI, al tiempo que ofrece al Congreso el bistur¨ª sanador para que las extirpe y dejen de hacer da?o a la universidad y a Espa?a.
Manuel Sanchis i Marco es profesor titular de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Valencia, execonomista de la Comisi¨®n Europea, y miembro de Espa?a C¨ªvica.