Golpe al sistema
La subida de la tarifa el¨¦ctrica puede lastrar la recuperaci¨®n econ¨®mica
La incesante subida de los precios de la electricidad ha dejado de ser un problema sectorial para convertirse en una amenaza sist¨¦mica sobre la incipiente recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. No se trata solo de la erosi¨®n de la competitividad de muchas empresas, que han seguido soportando parte de los costes el¨¦ctricos incluso cuando las restricciones obligaron al cierre de s...
La incesante subida de los precios de la electricidad ha dejado de ser un problema sectorial para convertirse en una amenaza sist¨¦mica sobre la incipiente recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. No se trata solo de la erosi¨®n de la competitividad de muchas empresas, que han seguido soportando parte de los costes el¨¦ctricos incluso cuando las restricciones obligaron al cierre de sus actividades, o de la pesada carga para los hogares, especialmente los m¨¢s vulnerables, debido al mayor peso que la electricidad tiene en su cesta de la compra. El incremento de los precios energ¨¦ticos, sobre todo el el¨¦ctrico, ha llevado la tasa de inflaci¨®n al 3,3%, su mayor nivel en una d¨¦cada, y las previsiones apuntan que durante el oto?o podr¨ªa superar el 4%.
Las especiales circunstancias de la recuperaci¨®n econ¨®mica justifican la acertada calma que est¨¢n demostrando las autoridades monetarias ante el repunte de la inflaci¨®n. Pero cuanto m¨¢s se prolongue la situaci¨®n actual, mayor es el riesgo de que la subida de los precios se extienda a otros eslabones de la cadena productiva, una espiral que elevar¨ªa la presi¨®n sobre las autoridades, especialmente en EE UU, donde existen otros factores de estr¨¦s sobre la oferta, como la escasez de mano de obra o el encarecimiento de los componentes electr¨®nicos.
Aunque la mayor parte de la subida de la electricidad se explica por el encarecimiento del gas natural y de los derechos de CO2, en Espa?a concurren elementos estructurales que amplifican estos efectos. Es responsabilidad de las autoridades corregirlos. No se trata de desmontar el mercado mayorista el¨¦ctrico, pero s¨ª de evitar que sus oscilaciones se trasladen con tanta virulencia al precio minorista, algo que como ha se?alado el Banco de Espa?a es singular del mercado el¨¦ctrico espa?ol. En esta l¨ªnea, aunque sin concretar medidas, se manifest¨® ayer la vicepresidenta Teresa Ribera en sede parlamentaria.
Para lograrlo deber¨ªa acelerarse, en primer lugar, la tramitaci¨®n del anteproyecto de minoraci¨®n de los derechos de CO2 ¡ªo en su defecto buscar su inmediata entrada en vigor¡ª. La propuesta se dice inspirada en un mecanismo similar en vigor en Espa?a entre 2006 y 2009. No es casualidad que entonces se aprobara a trav¨¦s de un real decreto ley. Y en segundo, la misma l¨®gica que lleva a la minoraci¨®n del CO2 para las centrales hidr¨¢ulicas y nucleares aconseja revisar su participaci¨®n en el pool el¨¦ctrico, como de hecho ocurre en otros pa¨ªses. En este caso, sin embargo, sus muchas implicaciones para el funcionamiento del mercado aconsejan una tramitaci¨®n pausada, que asegure su plena conformidad con el ordenamiento comunitario.
Otras propuestas, como la de una empresa p¨²blica el¨¦ctrica, tienen menos recorrido. No porque su creaci¨®n nos acerque a un modelo confiscatorio venezolano, como ha manifestado en un exceso ret¨®rico, cada vez m¨¢s habitual, el principal partido de la oposici¨®n. Empresas el¨¦ctricas de titularidad p¨²blica existen en muchos pa¨ªses europeos, aunque suelen estar vinculadas a la explotaci¨®n de activos nucleares. En tanto no se revise la formaci¨®n de los precios mayoristas es poco relevante que las empresas sean de titularidad p¨²blica o privada. Donde s¨ª deber¨ªa avanzar el Gobierno es en mejorar la transparencia y concurrencia competitiva sobre las concesiones de explotaci¨®n de los recursos hidr¨¢ulicos, al fin y al cabo un bien p¨²blico con notables implicaciones medioambientales.