Bruselas presiona sin ¨¦xito

Ni siquiera el comisario de Justicia de la Uni¨®n Europea, Didier Reynders, ha podido doblegar el obstruccionismo del Partido Popular ante la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tras haber mantenido inquietantes equilibrios durante meses. De hecho, no pueden ni siquiera las cuatro organizaciones en que se agrupan los jueces en Espa?a (tres de ellas conservadoras y una progresista). La cita con Reynders se produjo a iniciativa de Juezas y Jueces para la Democracia y despu¨¦s se sumaron las otras tres organizaciones (recibidas por Reynders en un segundo encuentro el mismo lunes por la tarde).

El viaje a Bruselas para requerir la intervenci¨®n del comisario europeo ha sido de momento infructuoso, a la vista de la iniciativa que ayer martes mantuvo el PP en el Congreso de los Diputados. La argucia de presentar una propuesta de ley que pide la reforma de la ley org¨¢nica para que sean los jueces quienes elijan directamente a 12 de los vocales del CGPJ (los ocho restantes deben ser elegidos por las Cortes) parece perseguir sobre todo una nueva dilaci¨®n temporal antes que el cumplimiento de una exigencia constitucional y pol¨ªticamente perentoria. Esa estrategia pasa por exigir primero la reforma de la ley y transigir despu¨¦s con la renovaci¨®n (pero con la ley vigente).

Dif¨ªcilmente podr¨¢ lograrse por ese procedimiento una renovaci¨®n ¡°inmediata¡± del CGPJ, como recomend¨® el lunes Reynders. La evidente voluntad de prolongar el proceso no viste de excesiva respetabilidad una propuesta que mantendr¨ªa todav¨ªa las cosas como est¨¢n durante mucho tiempo. La f¨®rmula un tanto ajada de apelar al populismo de la opini¨®n de la mayor¨ªa social para avalar que sean los jueces quienes escojan a los jueces se contradice con la pr¨¢ctica que inspira de forma mayoritaria a los pa¨ªses europeos que disponen de un ¨®rgano de gobierno de la judicatura semejante al nuestro.

Tantas excusas y requiebros por parte del PP para mantener el actual reparto de mayor¨ªas en el CGPJ no hacen m¨¢s que alimentar hip¨®tesis indeseables sobre la verdadera intenci¨®n de esas maniobras. La no renovaci¨®n del ¨®rgano perpet¨²a de forma disfuncional, no solo en el CGPJ sino en el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Cuentas, una distribuci¨®n de mayor¨ªas que alejan sensiblemente a esas instituciones de las actuales mayor¨ªas reflejadas en la composici¨®n del Parlamento. Los tres ¨®rganos responden, todav¨ªa hoy, a la mayor¨ªa absoluta que obtuvo Mariano Rajoy en 2011. Desde entonces han pasado ya 10 a?os, incluidos los casi tres en que sigue en funciones un ¨®rgano vital para restituir la maltrecha credibilidad del poder judicial. Sigue sin haber noticias tampoco de posibles dimisionarios, entre vocales del CGPJ, que forzasen por la v¨ªa de la ejemplaridad la renovaci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces.

La llamada de atenci¨®n del comisario Reynders ha sido tergiversada en su sentido m¨¢s obvio por el PP, haci¨¦ndole avalar un enroque t¨¢ctico y democr¨¢ticamente injustificable. S¨ª hay argumentos para proponer una reforma de la ley para elegir a los jueces, pero la renovaci¨®n ¡°inmediata¡± del Consejo General del Poder Judicial se compadece mal con promover ahora una de las reformas posibles mientras siguen en sus sillones quienes con su pasividad malogran la dignidad democr¨¢tica de tan elevada instituci¨®n.