?Hacia d¨®nde va la derecha?
La pregunta es obligada, sobre todo despu¨¦s de que su referencia europea, la CDU, haya perdido 1,4 millones de votantes a manos del SPD
La pregunta es obligada, sobre todo despu¨¦s de que su referencia europea, la CDU, haya perdido 1,4 millones de votantes a manos del SPD. Porque lo interesante aqu¨ª no es su estrepitosa ca¨ªda, con el porcentaje de votos m¨¢s bajo de su historia en un pa¨ªs donde el partido de Helmut Kohl ha gobernado 50 de los ¨²ltimos 70 a?os. Lo interesante es que esa p¨¦rdida no fue capitalizada por la ultraderecha. Los ciudadanos...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La pregunta es obligada, sobre todo despu¨¦s de que su referencia europea, la CDU, haya perdido 1,4 millones de votantes a manos del SPD. Porque lo interesante aqu¨ª no es su estrepitosa ca¨ªda, con el porcentaje de votos m¨¢s bajo de su historia en un pa¨ªs donde el partido de Helmut Kohl ha gobernado 50 de los ¨²ltimos 70 a?os. Lo interesante es que esa p¨¦rdida no fue capitalizada por la ultraderecha. Los ciudadanos que se separaban de la CDU prefirieron irse mayoritariamente al SPD o a Los Verdes, en detrimento de los partidos de l¨ªnea dura. Sorpresa: el declive del centroderecha en Europa, como ya ocurri¨® con los gaullistas de Francia o los democristianos italianos, no se debe necesariamente al ascenso de la extrema derecha.
Otra conclusi¨®n de estos comicios, no solo importantes por el adi¨®s de Merkel en un pa¨ªs tan dependiente de su hiperliderazgo, es que representar¨ªan el fin del negacionismo clim¨¢tico. Lo dec¨ªa Carolin Emcke en estas p¨¢ginas: ¡°Los tiempos en los que no quer¨ªamos ver lo que hab¨ªamos causado y nos comport¨¢bamos como si el calentamiento global no estuviera ocurriendo y no tuviera que ver con nosotros... esos tiempos han terminado¡±. Y es asombroso comprobar que la primera preocupaci¨®n de los alemanes a la hora de votar fue precisamente el cambio clim¨¢tico, muy por encima de cl¨¢sicos como la inmigraci¨®n o la justicia social. Cuando el debate p¨²blico se centra en cuestiones como el salario m¨ªnimo, la vivienda o el cambio clim¨¢tico, la extrema derecha se queda fuera de juego. ?Y qu¨¦ pasa con la derecha tradicional? Tal vez Michel Barnier, admirado negociador del Brexit y candidato conservador a la presidencia francesa, deber¨ªa darle una vuelta antes de lanzar propuestas como un refer¨¦ndum sobre cuotas de inmigraci¨®n o la creaci¨®n de un ¡°escudo constitucional¡± contra las sentencias sobre migraci¨®n del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea. ?Por qu¨¦ se empe?an los conservadores en comprar el marco de juego de la ultraderecha?
Porque aqu¨ª nuestro PP ha celebrado su convenci¨®n hablando de abstracciones como el nativismo, la naci¨®n y las guerras culturales, adem¨¢s de colocar a unas pocas mujeres ponentes solo para hablar, ?adivinan?, de mujeres. M¨¢s motivados por la puesta en escena que por una aut¨¦ntica voluntad de reflexi¨®n y un plan de gobierno sensato, el conservadurismo espa?ol se enroca mientras Ayuso gana titulares criticando al Papa y celebrando la colonizaci¨®n. Pero es que Casado present¨® al recientemente condenado Sarkozy como su referente internacional y no dijo ni mu sobre el cambio clim¨¢tico, un tema que la CDU s¨ª recoge en su programa y que tambi¨¦n articula Next Generation, el ambicioso plan de Von der Leyen, de su misma familia pol¨ªtica. Para Pablo Casado, seguimos en los tiempos del t¨ªo de Rajoy, aquellos en los que, por lo visto, al decir del otras veces l¨²cido Vargas Llosa, s¨ª vot¨¢bamos bien.