Una dependencia incontrolable

17.30 de la tarde. Clicas en la aplicaci¨®n de Instagram de tu tel¨¦fono. Deslizas por ¨¦l tu dedo y te topas con el mensaje de que est¨¢s al d¨ªa. Claro, eso era lo que buscabas, un estar al d¨ªa como sin¨®nimo de estar a la moda o de ser parte de algo.

17.45 de la tarde. Sin haber soltado tu tel¨¦fono todav¨ªa, pulsas una aplicaci¨®n verde aparentemente sin notificaciones. Abres el grupo que tienes con tus amigos: nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Esta vez el mensaje es el de reconectando. Entonces, lees la noticia de que ...

17.30 de la tarde. Clicas en la aplicaci¨®n de Instagram de tu tel¨¦fono. Deslizas por ¨¦l tu dedo y te topas con el mensaje de que est¨¢s al d¨ªa. Claro, eso era lo que buscabas, un estar al d¨ªa como sin¨®nimo de estar a la moda o de ser parte de algo.

17.45 de la tarde. Sin haber soltado tu tel¨¦fono todav¨ªa, pulsas una aplicaci¨®n verde aparentemente sin notificaciones. Abres el grupo que tienes con tus amigos: nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Esta vez el mensaje es el de reconectando. Entonces, lees la noticia de que WhatsApp, Instagram y Facebook se han ca¨ªdo y que el 80% de los espa?oles usa diariamente las redes sociales y pasa m¨¢s de seis horas en internet. Pero en vez de interesarte por eso, solo te planteaste cu¨¢ntos me gusta habr¨ªas conseguido con esa foto que no pudiste subir a Instagram, por tu incontrolable necesidad de demostrar a tus seguidores que eres feliz. Alimentas la idea de que tu estado de ¨¢nimo est¨¢ condicionado por lo que compartes, porque vivimos en un mundo en el que lo que no compartimos no existe.

Mar¨ªa Huelga G¨®mez. Bilbao

Subir los salarios

El nuevo primer ministro de Jap¨®n, Fumio Kishida, asegura que su objetivo es elevar los salarios e impulsar un reparto m¨¢s equitativo de la riqueza. Normalmente, se escucha s¨®lo a los empresarios lamentarse de que las subidas salariales reducen su margen de beneficios y desalientan la inversi¨®n. Pero la paga de los empleados, adem¨¢s de un coste, tambi¨¦n es el primer componente de la demanda, en cada pa¨ªs y en el mundo. Por eso, los banqueros centrales piden a los gobiernos est¨ªmulos que aumenten la capacidad de compra de la poblaci¨®n. Los bancos centrales han hecho m¨¢s ricos a los que ya lo eran y han elevado el precio de acciones e inmuebles, pero tambi¨¦n han conseguido que la vida sea m¨¢s cara e insufrible para millones de personas, que han perdido poder adquisitivo. Es hora de subir los salarios porque, de lo contrario, la demanda caer¨¢ inevitablemente.

Joan Palac¨ªn. Caldes de Montbui (Barcelona)

Introvertidos

El mundo es enorme. Las personas, histri¨®nicas; el aire, poluto; los edificios, cortantes; el asfalto, inc¨®modo. Las emociones, imperantes; los sentimientos, inevitables; los deseos, inalcanzables. La felicidad, lejana. El mundo es enorme, dif¨ªcil. Y yo soy peque?o; tanto, que me asusta, tanto, que me agobia pensarlo. Los introvertidos existimos, y lo hacemos en un mundo que no nos deja espacio. Nos tenemos que adaptar a una velocidad que nos impide disfrutar del camino. El sistema capitalista y su articulaci¨®n social nos alejan sin detenerse a meditarlo. Es en la naturaleza, tranquila y silenciosa, donde veo mi ¨²nica escapatoria.

Jorge Lahoz Agudo. Zaragoza

¡®Maixabel¡¯

Decid¨ª ir al cine a ver Maixabel solo, con la mente abierta y el coraz¨®n en un pu?o. Dos horas aislado del mundo en las que te sientas a ver y comprender la vida despu¨¦s de mucho tiempo sin entenderla en ciertos aspectos. No ir a ver Maixabel es dar la espalda a la realidad, taparse los ojos, no querer saber. Hacen falta m¨¢s pel¨ªculas as¨ª, que te desnuden desde el principio y que ayuden a ampliar tu campo de visi¨®n. Al fin y al cabo la vida es eso, aprender a caminar sin mirar atr¨¢s.

Elian Vay¨¢ Sempere. Madrid