?¡®Bye, bye¡¯, democracia?
Donald Trump va a ser candidato en 2024. La expectativa de que su influencia se desvanecer¨ªa es una ilusi¨®n sin fundamento
¡°Estados Unidos va camino a la mayor crisis pol¨ªtica y constitucional que ha confrontado desde su guerra civil. Existe una razonable probabilidad de que en los pr¨®ximos tres o cuatro a?os ocurran situaciones de violencia masiva¡ y que el pa¨ªs se fragmente en enclaves rojos y azules en guerra entre s¨ª¡±.
As¨ª comienza un explosivo art¨ªculo reci¨¦n publicado en The Washington Post de Robert Kagan, quien fue hasta 2016 uno de los m¨¢s influyentes estrategas en pol¨ªtica exterior del Partido Republicano.
Su an¨¢lisis trata temas que, lamentablemente, asociamos m¨¢s bien a las endebles democracias de Am¨¦rica Latina, con su ya conocida propensi¨®n al suicidio. El an¨¢lisis de Kagan marca un hito en reconocer la latinoamericanizaci¨®n de la pol¨ªtica en EE UU.
Su an¨¢lisis se funda en dos pilares. Primero, que Donald Trump va a ser el candidato republicano a la presidencia de EE UU en las elecciones de 2024. La expectativa de que su visibilidad e influencia se desvanecer¨ªan despu¨¦s de que perdiera la elecci¨®n de 2020 es una ilusi¨®n sin fundamento.
Trump tiene el dinero, la maquinaria pol¨ªtica y millones de seguidores. Adem¨¢s, en 2024 se enfrentar¨¢ a contendientes pol¨ªticamente vulnerables. Trump podr¨ªa tener problemas legales o de salud que le impidan participar en las pr¨®ximas elecciones, pero actuar con base en esta suposici¨®n es pensamiento m¨¢gico, no estrategia pol¨ªtica.
Seg¨²n Kagan, el Partido Republicano, ya no se define por su ideolog¨ªa sino por la lealtad a Donald Trump. Los l¨ªderes del partido que no apoyan incondicionalmente al expresidente son sumariamente marginados y ferozmente atacados. El segundo pilar es que Trump y sus aliados est¨¢n alist¨¢ndose para garantizar la victoria electoral a trav¨¦s de medios no democr¨¢ticos, si fuese necesario recurrir a ellos.
Los torpes y fracasados intentos de usar demandas judiciales para darle a Trump los votos que le faltaron para ganarle a Joe Biden, as¨ª como los aspavientos medi¨¢ticos y pol¨ªticos para persuadir al pa¨ªs de que a Trump le robaron la elecci¨®n, ya no ser¨¢n ni torpes ni improvisados. Est¨¢ en marcha un sofisticado, aguerrido y muy bien financiado proyecto cuyo objetivo es el control del proceso electoral en Estados claves, del conteo de votos, as¨ª como la redefinici¨®n de las autoridades estatales que tienen la potestad de declarar quien gan¨® la elecci¨®n en su Estado.
¡°El escenario para el caos est¨¢ montado¡±, escribe Kagan, y continua: ¡°Imag¨ªnese semanas de protestas masivas en m¨²ltiples estados en los cuales los legisladores y las autoridades locales de ambos partidos declaran ganador a su candidato y denuncian a sus rivales de estar haciendo esfuerzos inconstitucionales para tomar el poder¡ Los activistas de ambos partidos estar¨¢n mejor armados y m¨¢s dispuestos a utilizar la violencia f¨ªsica contra sus opositores de lo que estuvieron en las elecciones de 2020¡å.
Kagan alza su voz ante tendencias que son novedosas en los Estados Unidos, pero no para los latinoamericanos. Tiene el m¨¦rito de percibir claramente que los caudillos como Trump no hacen pol¨ªtica como los dem¨®cratas, sino que se valen sistem¨¢ticamente de t¨¢cticas asim¨¦tricas para lograr sus cometidos.
Ve¨¢moslo as¨ª: Osama bin Laden le ense?¨® al mundo qu¨¦ es la guerra asim¨¦trica mientras que Donald Trump nos mostr¨® qu¨¦ es la pol¨ªtica asim¨¦trica.
La guerra asim¨¦trica es un conflicto armado en el cual una de las partes tiene muchos m¨¢s recursos y capacidades militares que su contrincante, quien recurre a estrategias, t¨¢cticas y reglas no convencionales. En 2015, Donald Trump no ten¨ªa un partido dispuesto a llevarlo a la presidencia, pero contaba con la disposici¨®n de romper con todas las reglas y esquemas tradicionales de la pol¨ªtica, sorprendiendo y desorientando a sus rivales. Zambullirse en la pol¨ªtica asim¨¦trica no solo le permiti¨® adue?arse del Partido Republicano sino tambi¨¦n de la presidencia de EE UU. Y aunque no logr¨® ser reelegido en 2020, su ¨¦xito como l¨ªder de un movimiento que se nutre de la asimetr¨ªa pol¨ªtica es indudable.
?Qu¨¦ hacer? ?C¨®mo fortalecer la democracia estadounidense e impedir que lideres con propensiones antidemocr¨¢ticas lleguen al poder? Parad¨®jicamente, la mejor manera de enfrentar la pol¨ªtica asim¨¦trica que le da ventajas electorales a demagogos, populistas y charlatanes no es imit¨¢ndolos. Los ataques a la democracia hay que combatirlos con m¨¢s y mejor democracia. Las democracias del mundo, y la estadounidense de manera urgente, necesitan ser reparadas y reformadas para responder a nuevas realidades como las pandemias o a viejas malignidades como la desigualdad.
Pero antes de discutir iniciativas concretas para defender la democracia y combatir los ataques asim¨¦tricos a los que estar¨¢ sometida es necesario crear un amplio consenso acerca de lo grave que es esta amenaza. El ataque asim¨¦trico a la democracia no es ¡°m¨¢s de lo mismo¡±. Es un fen¨®meno pol¨ªtico diferente con muchos aspectos in¨¦ditos. Para derrotarlo hay que entenderlo, crear conciencia acerca de su toxicidad y darle la prioridad que merece.
Ojal¨¢ se pueda.
@moisesnaim
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