La democracia agonizante

La presidencia de Joe Biden pende de un hilo. El bloqueo institucional y las divisiones internas entre los dem¨®cratas erosionan cualquier posibilidad de balance favorable para 2022, cuando se celebrar¨¢n las peligrosas elecciones de mitad de mandato en las que suelen quebrarse las mayor¨ªas del partido de gobierno. El naufragio de Kabul, la incipiente guerra fr¨ªa con China y la tensi¨®n con los aliados europeos a?ade dramatismo a una deriva presidencial con excesivas continuidades con el trumpismo. La sombra de Trump se proyecta de nuevo sobre Washington. Si al principio del mandato parec¨ªa inveros¨ªmil su regreso a la Casa Blanca en 2024, ahora se est¨¢ convirtiendo en una amenaza. Cuantos m¨¢s detalles se conocen sobre sus intentos de subvertir los resultados electorales antes de la toma de posesi¨®n de Biden, m¨¢s crecen los temores respecto a las pr¨®ximas presidenciales, en las que Trump podr¨ªa intentar el asalto al poder con m¨¦todos directamente golpistas. Y con mayor raz¨®n todav¨ªa a la vista de las dificultades para investigar y castigar sus desmanes presidenciales, que culminaron con el asalto del Congreso el 6 de enero.

Quienes han tirado con mayor energ¨ªa de la alarma son republicanos e incluso intelectuales neocon, cada vez m¨¢s distantes de su viejo partido, tomado ahora por las huestes trumpistas. Lo hizo George W. Bush en la celebraci¨®n del 20? aniversario del 11-S: ¡°Nuestra vida pol¨ªtica se ha convertido en un crudo llamamiento al odio, al miedo y al resentimiento, hasta el punto de que estamos preocupados por nuestra naci¨®n y nuestro futuro juntos¡±. Pero nadie ha sido tan preciso respecto a los temores golpistas como Robert Kagan, promotor de la segunda guerra de Irak e inventor de la identificaci¨®n de Estados Unidos con Marte y de Europa con Venus.

Kagan apoy¨® en 2016 a Hillary Clinton frente a Trump, al que ya calific¨® de fascista, pero en su ¨²ltimo art¨ªculo, titulado Nuestra crisis constitucional ya est¨¢ aqu¨ª (The Washington Post), sostiene que Estados Unidos est¨¢ al borde de la mayor crisis pol¨ªtica e institucional desde la guerra civil, ¡°con razonables probabilidades de incidentes de violencia de masas en los pr¨®ximos tres o cuatro a?os, una ruptura de la autoridad federal y la divisi¨®n del pa¨ªs entre enclaves combatientes rojos (republicanos) y azules (dem¨®cratas)¡±. Cree adem¨¢s que ¡°la destrucci¨®n de la democracia puede ser que no llegue hasta noviembre de 2024 (fecha de la elecci¨®n presidencial), pero los pasos decisivos en esta direcci¨®n ya se est¨¢n tomando ahora¡±.

No hay pol¨ªtica dom¨¦stica en nuestro mundo global, pero mucho menos trat¨¢ndose de la todav¨ªa primera superpotencia que es adem¨¢s la m¨¢s antigua de las democracias.