No es contra Calvi?o... es S¨¢nchez
El episodio de la reforma laboral ha contribuido al proceso de construcci¨®n del liderazgo de Yolanda D¨ªaz en la izquierda de la izquierda, donde se apunta tanto tras tanto, sea suyo el m¨¦rito o no
Por m¨¢s que la l¨®gica narrativa de los culebrones se haya infiltrado en la cr¨®nica pol¨ªtica, nadie razonablemente pod¨ªa esperar ¡ªo deb¨ªa esperar¡ª un final catastr¨®fico a la bronca de la reforma laboral que rompiera el Gobierno. S¨ª, todo se pre...
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Por m¨¢s que la l¨®gica narrativa de los culebrones se haya infiltrado en la cr¨®nica pol¨ªtica, nadie razonablemente pod¨ªa esperar ¡ªo deb¨ªa esperar¡ª un final catastr¨®fico a la bronca de la reforma laboral que rompiera el Gobierno. S¨ª, todo se prestaba a fantasear con un guion en el que la ruptura de la izquierda portuguesa se reprodujese en Espa?a horas antes de reunirse Costa y S¨¢nchez en Trujillo como dos patos cojos, toda vez que Portugal viene anticipando desde 2015 el ciclo de izquierda con una moci¨®n ganadora, una victoria electoral y un divorcio creciente. Pero todo eso solo era ch¨¢chara para entretener la espera de Ant¨®nio Costa entre geringon?a y Frankenstein. S¨¢nchez lleg¨® y reparti¨® exactamente el mismo gesto atento y afectuoso a Yolanda D¨ªaz y Nadia Calvi?o, se?al¨¢ndolas como pares ante el primus. [Inciso: Napole¨®n defend¨ªa no tener un delf¨ªn sino dos, porque en ese caso nunca se dedicar¨ªan a destronarlo sino a despedazarse entre ellos]. Y fue Yolanda D¨ªaz, con su poderoso instinto pol¨ªtico, quien le devolvi¨® una caranto?a de t¨² a t¨². No es frecuente ese dominio de la puesta en escena.
Lo sucedido en la crisis de la derogaci¨®n/no-derogaci¨®n de la reforma laboral apunta notoriamente m¨¢s all¨¢ del marco laboral, que en definitiva no desafiar¨¢ las l¨ªneas rojas de Bruselas. Yolanda D¨ªaz lo sabe, pero era y es una cuesti¨®n simb¨®lica clave. Y ella ya ha ganado, derrotando a los socialistas en la guerra del relato: en el imaginario del votante de izquierdas, Yolanda D¨ªaz representa la determinaci¨®n por enterrar el legado de Rajoy, y Nadia Calvi?o representa la resistencia de la bur¨®crata fiel al servicio de los hombres de negro. Cada contendiente ha terminado por sumarle a Yolanda D¨ªaz, desde Lastra a Isabel Rodr¨ªguez. El episodio ha contribuido al proceso de construcci¨®n de su liderazgo en la izquierda de la izquierda, donde D¨ªaz no deja de apuntarse tanto tras tanto, sea suyo el m¨¦rito o no.
Yolanda D¨ªaz no tiene como enemiga a Nadia Calvi?o, aunque represente una n¨¦mesis muy pero que muy conveniente para sus planes. El objetivo es el liderazgo de un Frente Amplio, y por tanto el rival es Pedro S¨¢nchez. Su hoja de ruta apunta a las pr¨®ximas elecciones; y en los sondeos se constata que es un liderazgo que suscita simpat¨ªas transversales. Claro que eso no es un salvoconducto para triunfar ¡ªque se lo digan a Albert Rivera¡ª pero no provocar animadversi¨®n en pol¨ªtica da mucha potencia. Ah¨ª se diferencia de Belarra, con un sectarismo marca de la casa, o Irene Montero, que ha dilapidado el capital del Ministerio de Igualdad. Yolanda D¨ªaz, en cambio, podr¨ªa parecer perfectamente una l¨ªder de los liberales alemanes, de los verdes austriacos, de los macronianos en Francia o una socialdem¨®crata n¨®rdica. Tiene una capacidad camale¨®nica excepcional, sobre todo si militas en el Partido Comunista o Comisiones Obreras. Previsiblemente Iv¨¢n Redondo solo trataba de incordiar con sus opciones, pero no hay m¨¢s pospablismo que ella, y el pospedrismo ya se ver¨¢.