Finanzas sostenibles
Los costes de la transici¨®n energ¨¦tica no pueden recaer de forma irresponsable sobre las generaciones futuras
La cumbre del clima se ha convertido en una cita ineludible para los Estados. No en vano se trata de evaluar los resultados de los planes de acci¨®n y de confirmar nuevos compromisos para frenar las consecuencias del calentamiento global. No hay dud...
La cumbre del clima se ha convertido en una cita ineludible para los Estados. No en vano se trata de evaluar los resultados de los planes de acci¨®n y de confirmar nuevos compromisos para frenar las consecuencias del calentamiento global. No hay duda de que avanzar en las pol¨ªticas de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n del cambio clim¨¢tico exige el compromiso firme de pa¨ªses como Estados Unidos, China o Rusia, pero tampoco debemos restar importancia al liderazgo que la Uni¨®n Europea puede ejercer sobre la materia: el Pacto Verde Europeo y la financiaci¨®n que ofrece el plan de recuperaci¨®n son algunas evidencias a considerar.
Los esfuerzos encaminados a luchar contra el cambio clim¨¢tico y acelerar la transici¨®n hacia una econom¨ªa baja en carbono nos interpela sobre el modo de absorber sus costes de manera justa y sin proyectarlos irresponsablemente sobre las generaciones futuras. En 2015, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, hizo c¨¦lebre la idea de la tragedia del horizonte para describir las fuertes implicaciones que tienen los riesgos clim¨¢ticos en el propio sistema financiero global ya fueran estos f¨ªsicos (desastres naturales como inundaciones, olas de calor¡), de transici¨®n (la miner¨ªa o la energ¨ªa como sectores m¨¢s expuestos) o por responsabilidad (con un impacto claro en los seguros).
Hacer frente con garant¨ªas a esa tragedia requiere impulsar las pol¨ªticas de informaci¨®n y divulgaci¨®n a consumidores, inversores y sociedad en su conjunto desde una doble perspectiva: la financiera, que informa a los inversores en torno a c¨®mo el valor de una empresa puede verse afectado por el cambio clim¨¢tico; y la no financiera, que explica a consumidores e inversores sobre el impacto que la actividad de una empresa puede tener sobre el calentamiento global, lo que determinar¨¢, claro est¨¢, las estrategias de consumo e inversi¨®n.
La configuraci¨®n de un marco normativo en materia de finanzas sostenibles constituye as¨ª un ¨¢mbito de inter¨¦s por su poder para incentivar y acelerar comportamientos econ¨®micos virtuosos, como resultado de una fuerte reorientaci¨®n de flujos de capital hacia inversiones calificadas como sostenibles. Adem¨¢s, la incorporaci¨®n de la gesti¨®n del riesgo clim¨¢tico en las decisiones estrat¨¦gicas de la empresa har¨¢ de la sostenibilidad su prop¨®sito. La Uni¨®n Europea as¨ª lo ha entendido, y dispone ya de un cuerpo normativo de utilidad en materia de divulgaci¨®n y taxonom¨ªa, al que se une el Banco Europeo de Inversiones, convertido por convicci¨®n en un Banco Clim¨¢tico. No son solo los Estados los responsables de impulsar el cambio hacia una econom¨ªa baja en carbono. Los inversores y los consumidores pueden constituirse en agentes muy relevantes para acelerar el proceso: basta con incorporar el riesgo clim¨¢tico en nuestras decisiones de compra o inversi¨®n.