Google, por favor
Las redes han sido siempre una gran plataforma para las nostalgias. Las hay de todo tipo: antiguas, pero tambi¨¦n de antes de ayer
Estos d¨ªas andaba la conversaci¨®n (di¨¢logo, discusi¨®n, pelea, batalla, da igual) en redes entre los del D¨ªa de Todos los Santos y los de Halloween. Los primeros con las confiter¨ªas y los huesos de santo y los bu?uelos y la visita al cementerio, pero por el d¨ªa; los segundos con dulces industriales y vestidos de cualquier cosa salida del cementerio, pero por la noche. Una fiesta religiosa, una fiesta pagana. Una fiesta tradicional, una fiesta importada. La misma batalla de todos los oto?os.
Esta vez, sin embargo, Twitter discut¨ªa mucho sobre la romantizaci¨®n de las viejas costumbres. Este tuit sintetiza en una frase el fondo de la discusi¨®n: ¡°La nostalgia, el photoshop de la memoria¡±.
La nostalgia, el photoshop de la memoria.
— Bibiana Candia (@bibianacandia) October 31, 2021
Las redes han sido siempre una gran plataforma para las nostalgias. Quiz¨¢s llam¨¢ndola vintage la nostalgia est¨¢ m¨¢s tolerada. Hay cuentas maravillosas dedicadas a viejas fotos de Madrid, las hay dedicadas a dar color a fotos antiguas; hay otras muy duras, como las del movimiento tradwife (mujeres que reivindican la nostalgia de un mundo donde las amas de casa eran sumisas y serviles a su marido e hijos). Y las hay modern¨ªsimas. En Instagram, por ejemplo, ver¨¢n ustedes cuentas de moda que crean vestidos casi menonitas o inspirados en la tradici¨®n jud¨ªa convertidos en lo m¨¢s vanguardista y ver¨¢n tambi¨¦n perfiles de quienes construyen sus casas con sus propias manos vestidos con petos de Carhartt. Los que beben solo vinos naturales y los que cultivan su comida con el compost que ellos mismos fabrican (y taguean como #realfood, comida de verdad) son el colmo de la modernidad.
Pero tambi¨¦n hay una nostalgia m¨¢s reciente. La a?oranza de los noventa y el grunge se plasma en cuentas que recopilan fotogramas de pel¨ªculas de River Phoenix y las fotograf¨ªas de Mario Sorrenti de una escu¨¢lida Kate Moss. Y hay nostalgias nicho. Las 43.000 publicaciones tagueadas con #SusanSontag muestran como la biograf¨ªa de Benjamin Moser ha consagrado definitivamente a la escritora como icono pop. La est¨¦tica conocida como Y2K (en referencia al a?o 2000) es en este momento una tendencia: se trata de recuperar la vestimenta de los primeros dosmiles, y el resultado pasa incluso por reencumbrar a ¨ªdolos de entonces, como Britney Spears. En resumen, no hace falta remontarse a tiempos lejan¨ªsimos. Como explicaba Jia Tolentino en una entrevista en Vogue, se puede sentir nostalgia de antes de ayer: ¡°Nosotros somos los ¨²ltimos que hemos tenido una ligera noci¨®n de lo que era la vida anal¨®gica antes de llegar internet. Esto afecta a nuestra nostalgia. Como todo cambia muy r¨¢pido, tenemos una nostalgia acelerada. Podemos sentirnos nost¨¢lgicos de algo que ha pasado hace dos a?os, porque el mundo entero ha cambiado¡±. Claro que hay nostalgias ideol¨®gicas. Pero, ?y si la propia nostalgia fuera en s¨ª misma una ideolog¨ªa?
Mi abuela le pide las cosas ¡°por favor¡± a Google ? pic.twitter.com/eewVulsWks
— Javier Gallurt (@javiergallurt) November 1, 2021
La nostalgia acelerada es una consecuencia de la tambi¨¦n acelerada creaci¨®n de nuevas costumbres. Mi favorita es sin duda la de la abuela del usuario @javiergallurt que pide a Google las cosas por favor. Gallurt tuite¨® una captura de pantalla de una b¨²squeda que hab¨ªa hecho su abuela. ¡°La misa hoy s¨¢bado por favor¡±, escribi¨®. El tuit, que merece un premio a la concordia, acumulaba en 24 horas m¨¢s de 220.000 me gusta y 12.000 retuits. Hace unos a?os otro nieto orgulloso subi¨® un pantallazo de su abuela dando las gracias a Google que tambi¨¦n se hizo viral. Viejas nuevas tradiciones, bienvenidas.
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