Charly por Fito
Al sonar la canci¨®n ¡®Viernes 3 AM¡¯, todos los recuerdos olvidados volvieron a m¨ª con una fertilidad lacerante
A los 14, los 15, yo era una sinfon¨ªa de pura adolescencia. Sab¨ªa d¨®nde quer¨ªa llegar, no sab¨ªa c¨®mo. Alternaba la desesperaci¨®n ¡ª?c¨®mo hacerlo?¡ª y la euforia ¡ª?voy a hacerlo!¡ª en una basculaci¨®n enloquecida. Aunque he perdido recuerdos puntuales, conservo la temperatura general de aquellos a?os: una gl¨¢ndula rezumaba dolor a todas horas. Hace poco, Charly Garc¨ªa, el m¨¢s grande de los m¨²sicos de rock de mi pa¨ªs, cumpli¨® 70 a?os. Fito P¨¢ez, m¨²sico inmenso, dio un recital en el teatro Col¨®n de Buenos Aires interpretando las canciones m¨¢s emblem¨¢ticas de Garc¨ªa. Con la orquesta del teatro, acompa?ado por su propia banda, P¨¢ez brillaba en el piano, inseminado por esa usina de talentos m¨²ltiples. Y entonces, en el minuto 34, todos los recuerdos olvidados volvieron a m¨ª con una fertilidad lacerante: aquel vestido turquesa que no alcanzaba para darme felicidad, la penuria vacilante de cada lunes por la ma?ana, el aroma triste del banco del colegio. Porque en el minuto 34 P¨¢ez cant¨® Viernes 3 AM, y al escuchar ¡°La fiebre de un s¨¢bado azul y un domingo sin tristezas/ Esquivas a tu coraz¨®n y destrozas tu cabeza¡±, entend¨ª lo que iba a suceder. Cuando lleg¨® al verso que me importa ¡ª¡°El sue?o de un sol y de un mar, y una vida peligrosa¡±¡ª, lo record¨¦ todo: mi sue?o de sol y de mar y de una vida peligrosa, y esa oscuridad dentro de m¨ª que repet¨ªa: ¡°Quiz¨¢s nunca lo tengas, pero sin eso no podr¨¢s vivir¡±. Me record¨¦ en mi cuarto, poniendo una y otra vez el casete en el que Garc¨ªa cantaba esa canci¨®n, y pens¨¦ que aquel dolor y aquellos a?os son, quiz¨¢s, lo ¨²nico que tengo. El combustible que me trajo hasta ac¨¢. Que esas l¨ªneas podr¨ªan resumirlo todo: el sue?o de la ¨²nica vida posible, la certeza de que quiz¨¢s no pudiera alcanzarla, la convicci¨®n de que, si no la alcanzaba, dioses terribles me iban a aniquilar. Cosas impensadas nos hablan desde el fondo del tiempo como una advertencia que nos despierta y, aunque nos hunde, tambi¨¦n nos salva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.