Muy nublado
Confieso mi escasa preocupaci¨®n por la salud de este planeta. La de sus habitantes en cambio me interesa m¨¢s, por razones de parentesco
Confieso mi escasa preocupaci¨®n por la salud de este planeta. La de sus habitantes en cambio me interesa m¨¢s, por razones de parentesco. De modo que finalmente quiero que el planeta pueda seguir prest¨¢ndonos servicio el mayor tiempo posible, en tanto no tengamos recambio para ¨¦l. Como alojamiento deja bastante que desear y puede resultar frecuentemente hostil e imprevisible: para m¨¢s informaci¨®n pueden preguntarle a los habitantes de La Palma, que est¨¢n padeciendo un atroz ca...
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Confieso mi escasa preocupaci¨®n por la salud de este planeta. La de sus habitantes en cambio me interesa m¨¢s, por razones de parentesco. De modo que finalmente quiero que el planeta pueda seguir prest¨¢ndonos servicio el mayor tiempo posible, en tanto no tengamos recambio para ¨¦l. Como alojamiento deja bastante que desear y puede resultar frecuentemente hostil e imprevisible: para m¨¢s informaci¨®n pueden preguntarle a los habitantes de La Palma, que est¨¢n padeciendo un atroz capricho natural. Las zonas m¨¢s habitables del mundo lo son gracias al ingenioso esfuerzo humano que ha adaptado a nuestras necesidades condiciones en principio peligrosas y por lo general sumamente inc¨®modas. Aun as¨ª no estamos ni mucho menos libres de terremotos, tsunamis y epidemias de todo tipo. Si nos entreg¨¢semos sin precauciones artificiales a lo natural, la vida humana ser¨ªa ¡°miserable, pobre, solitaria, atemorizada, brutal, tosca y breve¡±, como advirti¨® Hobbes. Por fortuna hemos creado un entorno a nuestra medida, dotado de pr¨®tesis que nos ayudan a sobrevivir y mejorar nuestras prestaciones. Claro que es fr¨¢gil, vulnerable y tiene sus propios inconvenientes: torpemente utilizado hasta lo que m¨¢s nos protege ¨Del desarrollo t¨¦cnico¨D puede convertirse en amenaza.
As¨ª que es prudente controlar nuestras fuentes energ¨¦ticas, asumir algunos cambios (v.gr. sustituir combustibles f¨®siles por energ¨ªa nuclear), estudiar bien el destino de los residuos que generamos, etc.). Pero sin sacar de estas cuestiones una edici¨®n del Apocalipsis para dummies, ret¨®rica adoptada hoy en Glasgow por los l¨ªderes pol¨ªticos m¨¢s postureros. Y no digamos la ingrata Greta, esa Bernadette Soubirous de la Inmaculada Poluci¨®n. ?Llega la cat¨¢strofe final? Como respondi¨® el esc¨¦ptico de Josep Pla a quien aseguraba que habr¨ªa un eclipse el d¨ªa siguiente a las tres: ¡°Ya ser¨¢n las tres y cuarto¡±. Pues s¨ª, mucho m¨¢s probable.