El Papa pone coto al negocio de los milagros en Lourdes
Francisco interviene el santuario y manda a un delegado para recuperar el lado espiritual del lugar, sepultado por su vertiente comercial y tur¨ªstica
El santuario de Lourdes funciona como un tiro. Los n¨²meros cada vez son mejores: crecen las visitas y aumenta el presupuesto. Pero los peregrinos se han convertido en clientes o turistas, objetos de deseo de la caja registradora. Reciben un trato demasiado lejano al de unos devotos que viajan hasta este lugar remoto para la oraci¨®n en busca de alg¨²n milagro, sostiene la Santa Sede. Sobra marketing, en suma, y falta algo de fe. As¨ª que, tras el veredicto del arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelizaci¨®n, a quien Francisco confi¨® la tarea de mejorar el cuidado pastoral de los santuarios, el Papa ha decidido intervenir Lourdes para que recupere su dimensi¨®n m¨¢s espiritual y abandone su deriva empresarial.
Lourdes es la joya de la corona de los milagros. Desde que la ni?a Bernadette Soubirous afirm¨® haber presenciado casi una veintena de apariciones de la Virgen Mar¨ªa en la gruta de Massabielle, hace 161 a?os, se han contabilizado unos setenta milagros validados y m¨¢s de 7.000 curaciones sin explicaci¨®n cient¨ªfica. Medallas, souvenirs religiosos y locales tematizados conforman el valle de los Pirineos que se ha convertido en una suerte de parque tem¨¢tico del que viven la mayor¨ªa de sus 15.000 habitantes.
Las finanzas del cielo siempre fueron dif¨ªciles de gestionar. Lourdes, sin embargo, era una excepci¨®n en estos momentos. Francisco ha ignorado este dato y ha decidido intervenir el lugar. El jueves mand¨® a monse?or Antoine H¨¦rouard, obispo auxiliar de Lille, para sustituir temporalmente al pastor de dicha di¨®cesis, Nicolas Jean Ren¨¦ Brouwet, y poner orden. Tras a?os de crisis, en 2016 se nombr¨® como director al economista Thierry Lucereau para sanear las cuentas y relanzar el santuario que, adem¨¢s, hab¨ªa perdido numerosos peregrinos. Y funcion¨®. Pero el Vaticano, tal como ha expresado en su web a trav¨¦s del director editorial de la Santa Sede, cree que ahora se debe ¡°acentuar la primac¨ªa espiritual sobre la tentaci¨®n de subrayar demasiado el aspecto empresarial y financiero, y quiere promover cada vez m¨¢s la devoci¨®n popular que es tradicional en los santuarios".
Los enviados del Papa leyeron su carta el jueves en Lourdes, uno de los centros de peregrinaci¨®n m¨¢s concurridos del mundo (alrededor de tres millones de visitantes, pero no existe una cifra exacta). Los capellanes y los gestores del santuario descubrieron de repente que no era suficiente con que el santuario funcionase econ¨®micamente y hubiese salido de su crisis. La misi¨®n del lugar estaba siendo pervertida. ¡°Tras las verificaciones correspondientes, quiero saber qu¨¦ otras formas puede adoptar el santuario, adem¨¢s de las m¨²ltiples ya existentes, para convertirse cada vez m¨¢s en un lugar de rezo y testimonio cristiano acorde con las exigencias del pueblo de Dios¡±.
El personal del santuario hace tiempo que no estaba contento. La subida de precios, el trato a los peregrinos y las exigencias laborales hab¨ªan sublevado a algunos de ellos. El gestor contratado en 2016 como manager, Guillaume de Vulpian, un exdirectivo de Renault, llev¨® a cabo su objetivo saneando las cuentas (ten¨ªan un agujero de 2,3 millones de euros) e incrementando el presupuesto hasta unos 30 millones de euros. Todo ello se hizo a cuenta, entre otras cosas, de subir la tasa de pernoctaci¨®n de 2 a 2,5 euros al d¨ªa y de exprimir al l¨ªmite a algunos de los 330 empleados, muchos en edad de jubilaci¨®n.
El Vaticano considera que se dejaron de lado las necesidades de los visitantes, que en ocasiones son enfermos que han viajado miles de kil¨®metros en busca del milagro que les cure. Francisco, que a menudo critica en sus discursos estas pr¨¢cticas en las multinacionales, hace tiempo que intenta que no suceda en los organismos de la propia Iglesia.
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