Comienza la presidencia de Biden
La aprobaci¨®n parcial del gigantesco plan de gasto social pone en marcha una profunda transformaci¨®n de Estados Unidos
La C¨¢mara de Representantes de EE UU aprob¨® este viernes, tras meses de tensi¨®n, un ambicioso plan de gasto social que aspira a conformar buena parte del legado de Joe Biden como presidente en el ¨¢mbito interior. Las cifras y la narrativa de reconstrucci¨®n resuenan en el New Deal de los a?os treinta. En total, son m¨¢s de 1,75 billones de d¨®lares (1,55 billones de euros), que incluyen la expansi¨®n de la sanidad p¨²blica, 18.000 millones para educaci¨®n infantil p¨²blica, 150.000 millones...
La C¨¢mara de Representantes de EE UU aprob¨® este viernes, tras meses de tensi¨®n, un ambicioso plan de gasto social que aspira a conformar buena parte del legado de Joe Biden como presidente en el ¨¢mbito interior. Las cifras y la narrativa de reconstrucci¨®n resuenan en el New Deal de los a?os treinta. En total, son m¨¢s de 1,75 billones de d¨®lares (1,55 billones de euros), que incluyen la expansi¨®n de la sanidad p¨²blica, 18.000 millones para educaci¨®n infantil p¨²blica, 150.000 millones para cuidados de mayores dependientes, 200.000 millones para bajas laborales pagadas, 150.000 millones para vivienda accesible o m¨¢s de 500.000 millones para iniciativas contra el cambio clim¨¢tico. Este ¨²ltimo cap¨ªtulo llega dos semanas tarde. La falta de acuerdo para su aprobaci¨®n impidi¨® a Biden liderar con credibilidad la Cumbre del Clima de Glasgow y exigir grandes compromisos a otros. El gasto se paga con una subida de impuestos que, seg¨²n la Casa Blanca, no afectar¨¢ a la clase media. De aprobarse en su integridad, millones de norteamericanos experimentar¨¢n por primera vez algo vagamente parecido a un Estado social europeo. Nancy Pelosi lo llam¨® ¡°el pilar de la seguridad sanitaria y financiera en Am¨¦rica¡±.
Si bien la ley a¨²n corre peligro, la aprobaci¨®n parcial supone un poderoso impulso pol¨ªtico para apuntalar a Biden en un momento de ca¨ªda de popularidad preocupante, y produce un cambio de atm¨®sfera instant¨¢neo del que estaban muy necesitados los dem¨®cratas, que prometieron mucho a los votantes para conseguir la Casa Blanca y la mayor¨ªa en ambas C¨¢maras. Acertadamente, su ¨²ltimo eslogan es: ¡°Hora de cumplir¡±. Biden advirti¨® a sus legisladores que toda la presidencia depend¨ªa de este momento. Si se suma el plan de gasto social al gigantesco plan de infraestructuras aprobado la semana pasada (1,2 billones de d¨®lares ¨D1,06 billones de euros¨D) y a las ayudas directas por la crisis de la covid-19 (1,9 billones), la Administraci¨®n de Biden habr¨¢ regado la econom¨ªa con cerca de cinco billones de d¨®lares (cuatro veces el PIB de Espa?a) en su primer a?o.
Con un empate en esca?os y una radical oposici¨®n republicana, los dem¨®cratas no pueden perder ni un voto en el tr¨¢mite del Senado que ahora comienza. El plan inicial, impulsado por el ala progresista, ascend¨ªa a 3,5 billones de d¨®lares. Fue rebajado sustancialmente por la oposici¨®n de dos senadores autodenominados moderados, Joe Manchin y Kyrsten Sinema. No se han comprometido a¨²n a votar a favor. Pero los dem¨®cratas y el presidente han dado por terminada la negociaci¨®n gruesa. Ser¨ªa muy arriesgado empezar el a?o electoral de 2022 con esto pendiente. Manchin y Sinema tienen ahora que caminar por la estrecha l¨ªnea que separa el leg¨ªtimo escepticismo (al fin y al cabo, representan a electorados nada progresistas) y el boicot al presidente m¨¢s votado de la historia.