Las instituciones correctas para la transici¨®n clim¨¢tica
El mayor error del activismo medioambiental ha sido no comunicar de manera realista y atractiva una transformaci¨®n verde que promueva los intereses de los trabajadores
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP26), celebrada en Glasgow, particip¨¦ en un panel con l¨ªderes pol¨ªticos nacionales, que inclu¨ªa a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, y a la ministra espa?ola de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, para hablar acerca de c¨®mo tomarnos en serio la econom¨ªa verde. En momentos en que los l¨ªderes mundiales, abrumadoramente hombres, ten¨ªan sus tira y afloja sobre compromisos, posturas y promesas ¡ªlo que la activista sueca ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP26), celebrada en Glasgow, particip¨¦ en un panel con l¨ªderes pol¨ªticos nacionales, que inclu¨ªa a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, y a la ministra espa?ola de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, para hablar acerca de c¨®mo tomarnos en serio la econom¨ªa verde. En momentos en que los l¨ªderes mundiales, abrumadoramente hombres, ten¨ªan sus tira y afloja sobre compromisos, posturas y promesas ¡ªlo que la activista sueca Greta Thunberg memorablemente calific¨® como m¨¢s ¡°bla, bla, bla¡±¡ª, nuestro panel de cuatro mujeres se centr¨® en qu¨¦ nuevas herramientas e instituciones necesitar¨¢ el planeta en su proceso de descarbonizaci¨®n.
Tras la COP26 es m¨¢s evidente que nunca que las promesas desde arriba no bastan y que, m¨¢s bien, se necesita una transformaci¨®n estructural e institucional desde las bases mismas. Nuestra ¨²nica esperanza de mantener el calentamiento global dentro de l¨ªmites ¡°seguros¡± (de hecho, el objetivo acordado es mucho m¨¢s seguro para unos que para otros) es acelerar una transici¨®n verde con una masiva inversi¨®n p¨²blica coordinada que apunte a saltos de innovaci¨®n y a un cambio de paradigma econ¨®mico.
Tal como el cambio clim¨¢tico es un fen¨®meno din¨¢mico y no lineal causado por una serie de puntos de inflexi¨®n ¡ªcada uno con repercusiones que hacen extremadamente dif¨ªcil de predecir el ritmo y la escala de cambio¡ª, el proceso de restringirlo o incluso revertirlo depende de puntos de inflexi¨®n en cascada en la direcci¨®n contraria. Si se pudieran dar saltos sin¨¦rgicos en innovaci¨®n tecnol¨®gica y transformaci¨®n institucional, se podr¨ªan precipitar bucles de retroalimentaci¨®n positiva y efectos multiplicadores acumulativos.
Esa es precisamente la direcci¨®n de lo que llamo una pol¨ªtica de innovaci¨®n orientada a una misi¨®n. Tenemos que reunir y organizar recursos y alinear pol¨ªticas en torno a objetivos medibles, como el surgimiento de nuevas innovaciones tecnol¨®gicas y la preparaci¨®n de nuevos mercados. Cada misi¨®n debe inspirar y catalizar, y hacer que nuevos actores y sectores innoven de maneras nuevas y colaborativas, sea para hacer que una ciudad alcance la carboneutralidad o lograr un oc¨¦ano sin pl¨¢sticos. Cada misi¨®n debe reunir inversiones de distintos actores, con fuertes condiciones para cualquier tipo de apoyo p¨²blico, de modo que impulse ¡°cascadas de inflexi¨®n hacia arriba¡±. Sin embargo, para reorientar la econom¨ªa en torno a saltos de innovaci¨®n, necesitaremos nuevas instituciones en todos los niveles, desde lo local a lo global, que ampl¨ªen el actual horizonte tecnol¨®gico y abran el camino hacia un futuro de emisiones cero.
A nivel internacional, por ejemplo, un centro ¡°de tecnolog¨ªas clim¨¢ticas¡±, al estilo del Consejo Europeo para la Investigaci¨®n Nuclear (CERN, en sus siglas en franc¨¦s) ¡ªque tenga por modelo el cuerpo de investigaci¨®n cient¨ªfica supranacional europeo¡ª, podr¨ªa coordinar las inversiones de los gobiernos participantes, mediante una hucha colectiva para financiar el desarrollo de tecnolog¨ªas innovadoras que el sector privado no desee desarrollar por ser muy riesgosas o de escasos retornos financieros. Esta idea fue destacada en el informe final del Panel del G-7 sobre Resiliencia Econ¨®mica, en el que represent¨¦ a Italia.
A nivel nacional, los bancos p¨²blicos de inversi¨®n verde pueden proporcionar el capital paciente necesario para expandir mercados de cero emisiones de carbono. Un modelo prometedor es el del Banco Nacional Escoc¨¦s de Inversiones (en cuya creaci¨®n tuve el honor de colaborar), una instituci¨®n financiera p¨²blica cuya principal misi¨®n es ayudar a descarbonizar la econom¨ªa escocesa. El nuevo banco canalizar¨¢ la inversi¨®n entre sectores y empresas que se est¨¦n especializando en tecnolog¨ªas de cero emisiones de carbono.
Por ¨²ltimo, pero no menos importante, est¨¢ el nivel municipal, que es donde la acci¨®n clim¨¢tica se materializa en proyectos tangibles como la vivienda de cero emisiones de carbono, vecindarios sin veh¨ªculos y cadenas de suministro circulares. Aqu¨ª, el nuevo Consejo de Iniciativas Urbanas, del que el University College de Londres, la Escuela de Econom¨ªa de Londres y ONU H¨¢bitat son coanfitriones, tiene un papel crucial para compartir informaci¨®n sobre proyectos exitosos y alinearla con acuerdos internacionales, no en menor medida los que provengan de la COP26.
Para despegar, estas instituciones deber¨¢n ganarse la confianza y la participaci¨®n de los ciudadanos, espec¨ªficamente los trabajadores vulnerables. Los gilets jaunes (chalecos amarillos) y otros movimientos de protesta ciudadana han demostrado por qu¨¦ el impulso para la transici¨®n verde debe venir desde abajo. Las consideraciones que sustentan las propuestas del Nuevo Pacto Verde giran alrededor de c¨®mo hacer que las energ¨ªas populares pongan a la gente en el centro de la transici¨®n econ¨®mica.
Participaci¨®n popular significa involucrar a los ciudadanos en procesos como la Comisi¨®n para la Renovaci¨®n de Camden, que ha hecho uso de debates clave entre asociaciones de vecinos para impulsar promociones de viviendas sociales a trav¨¦s de la estrategia de crecimiento limpio del municipio de Londres. Adem¨¢s, implica invitar a asociaciones comunitarias, cooperativas y sindicatos a formar ¡°asociaciones por los bienes p¨²blicos¡± con los gobiernos. Otra opci¨®n es crear asambleas ciudadanas sobre el cambio clim¨¢tico, como se ha hecho en Espa?a. Tales innovaciones institucionales servir¨¢n de base para un nuevo contrato social, la ¨²nica forma de generar confianza p¨²blica y alcanzar una transici¨®n socialmente justa.
El mayor error del activismo clim¨¢tico ha sido no comunicar de manera realista y atractiva una transici¨®n verde que promueva los intereses de los trabajadores. Un Nuevo Pacto Verde que genere buenos empleos, eleve los est¨¢ndares de vida, y reduzca la precariedad y la desigualdad deber¨ªa ser su m¨¢xima prioridad. El ¨¦xito de la transici¨®n verde depender¨¢ de medidas que aseguren a los trabajadores cuyos empleos est¨¦n amenazados por la descarbonizaci¨®n, el desarrollo de habilidades y empleos en la nueva econom¨ªa. En su defecto, se les deber¨ªa otorgar un ingreso m¨ªnimo garantizado como un derecho b¨¢sico.
Eso no ocurrir¨¢ a menos que los trabajadores tengan un lugar en la mesa de negociaci¨®n. Sean cuales sean los nuevos compromisos a los que llegue la COP26, debemos redoblar el trabajo entre bambalinas de desarrollo de instituciones, con especial ¨¦nfasis en ampliar la participaci¨®n para incluir a los ciudadanos de a pie. Para evitar un desastre clim¨¢tico se necesitar¨¢ una experimentaci¨®n generalizada con nuevas tecnolog¨ªas y, no menos importante, con nuevas instituciones en todos los niveles.