Juegos pirenaicos
Las actuales condiciones de las partes no parecen insalvables para impulsar la candidatura a los JJ OO de Invierno
El proyecto Pirineos-Barcelona-Zaragoza para organizar en 2030 los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno fragua con intensidad creciente, aunque asoman tambi¨¦n al mismo ritmo las dudas de sus cr¨ªticos. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE), el Gobierno espa?ol, el Gobierno de Arag¨®n y la Generalitat de Catalu?a se han comprometido con una iniciativa que, a su vez, ha recibido el apoyo entusiasta del Consejo General del Valle de Ar¨¢n y de 70 municipios de la cordillera.
A falta de detallar sus caracter¨ªsticas espec¨ªficas, el proyecto ofrece perspectivas favorables: constituye un buen instrumento para revitalizar el Pirineo oriental y dota de oportunidades econ¨®micas a comarcas de bajos ingresos y en peligro de vaciamiento. Impulsa el desarrollo de los deportes de invierno, en los que el talento espa?ol no se ve lo bastante correspondido con infraestructuras, atenci¨®n y horizontes para los deportistas. Incluso cuenta de alguna forma con la memoria todav¨ªa viva de unos Juegos Ol¨ªmpicos muy exitosos, en t¨¦rminos deportivos, econ¨®micos, de uso de las instalaciones, distribuci¨®n de beneficios y explotaci¨®n de la marca-pa¨ªs: los de Barcelona de 1992.
El Govern explic¨® ya en julio, en la carta en que oficializ¨® ante el COE su inter¨¦s en la candidatura, que el evento constituye una gran ¡°oportunidad¡± y ¡°un revulsivo que revierte muy positivamente en el territorio¡±. Ese mismo punto de vista ha sido inequ¨ªvocamente revalidado por partidos tan opuestos como Junts y el PSC. Recientemente, sin embargo, las exigencias de consultas populares ¡ªa¨²n sin el detalle de las posiciones de partida ni haber mediado informaci¨®n oficial m¨¢s all¨¢ de la del Comit¨¦ Ol¨ªmpico¡ª, alimentan las reticencias de un sector de Esquerra, de la oposici¨®n radical de la CUP y del compromiso medioambiental de los comunes. Las exigencias ecol¨®gicas no son un elemento marginal y en ning¨²n caso deber¨ªan ser obst¨¢culos que impidan el desarrollo de un proyecto creador de riqueza para un sector social desamparado y un territorio preterido. El proyecto podr¨ªa encontrar problemas en el futuro si se consolidase un maximalismo medioambiental que bloquease su materializaci¨®n. Tal como se?al¨® en declaraciones a la SER Anna Caula, de ERC, y secretaria general del deporte de Catalu?a, los Juegos de Invierno deben ¡°ser sostenibles y ¨²tiles para el territorio¡±.
Desde el punto de vista pol¨ªtico, suma m¨¢s que resta una iniciativa transversal que salva los compartimentos estancos y favorece una conexi¨®n interterritorial que implica a m¨²ltiples sectores econ¨®micos, empresariales e institucionales. Las reclamaciones de car¨¢cter territorial tampoco pueden ser desatendidas y con la informaci¨®n disponible hoy no parecen insuperables por el lado t¨¦cnico ni por el pol¨ªtico, a menos que impere alguna forma de boicoteo unilateralista con origen en los sectores m¨¢s radicalizados del independentismo. No ser¨ªa tampoco f¨¢cil de explicar el rechazo a colaborar con Arag¨®n, entre otras cosas porque siempre podr¨¢ encontrar otros aliados dispuestos a promover la oportunidad que significa la candidatura a los Juegos de Invierno.
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