Un relato de desigualdades y pobreza

Como si de un cuento se tratase, la pandemia est¨¢ marcando la vida de los habitantes del planeta. En dicho relato, estamos viendo c¨®mo la capacidad de los distintos gobiernos para dar soluci¨®n a la misma se somete a unas pruebas, ante las cuales todos han dado positivo. Las distintas estrategias que cada regi¨®n o pa¨ªs ha establecido son insuficientes en este mundo globalizado. La famosa pel¨ªcula No mires hacia arriba viene como anillo al dedo para comprender la situaci¨®n que tenemos. Hay que elevar la vista para ver los cambios transcendentales que se est¨¢n produciendo, ante los cuales ...

Como si de un cuento se tratase, la pandemia est¨¢ marcando la vida de los habitantes del planeta. En dicho relato, estamos viendo c¨®mo la capacidad de los distintos gobiernos para dar soluci¨®n a la misma se somete a unas pruebas, ante las cuales todos han dado positivo. Las distintas estrategias que cada regi¨®n o pa¨ªs ha establecido son insuficientes en este mundo globalizado. La famosa pel¨ªcula No mires hacia arriba viene como anillo al dedo para comprender la situaci¨®n que tenemos. Hay que elevar la vista para ver los cambios transcendentales que se est¨¢n produciendo, ante los cuales nuestros pol¨ªticos tienen puesta una venda en los ojos porque no saben resolverlos. En particular, la digitalizaci¨®n, que ha tomado un fuerte impulso durante la pandemia. A¨²n no se ha iniciado ning¨²n cambio en la formaci¨®n y educaci¨®n escolar para digitalizar la escuela p¨²blica. No sabemos cu¨¢ntos episodios restan a¨²n para finalizar este cuento, un relato de desigualdades y pobreza que, de momento, continuar¨¢.

Pedro Mar¨ªn Us¨®n. Zaragoza

Soberan¨ªa popular y Parlamento

En EL PA?S del lunes 10 de enero, en una informaci¨®n firmada por mi estimado Jos¨¦ Mar¨ªa Brunet, aparece dentro de la misma, en un recuadro destacado en letra negrita, una frase sorprendente: ¡°El Parlamento es el ¨®rgano donde reside la soberan¨ªa popular y los dem¨¢s poderes del Estado emanan del mismo por lo que, tarde o temprano, deber¨¢n reflejar las mayor¨ªas parlamentarias¡±. No s¨¦ si ese recuadro se debe a su pluma, pero en todo caso quiero expresar, como constitucionalista, mi absoluto desacuerdo. Aparte de que es en el pueblo y no en el Parlamento donde reside la soberan¨ªa (el Parlamento representa al pueblo, pero no lo sustituye) y de que del pueblo y no del Parlamento emanan todos los poderes del Estado (art. 1.2 de la Constituci¨®n), la idea que se transmite en el p¨¢rrafo resulta por completo contraria a la democracia constitucional, que tiene, como uno de sus principios fundamentales, el de la limitaci¨®n del poder de las propias mayor¨ªas parlamentarias.

Por ello el Tribunal Constitucional, en su antigua sentencia sobre la reforma de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial de 1985, ya advirti¨® que trasladar la l¨®gica de las mayor¨ªas parlamentarias a los ¨®rganos jurisdiccionales significar¨ªa, sin duda, la vulneraci¨®n de la Constituci¨®n. Si la justicia est¨¢ politizada, o aparenta estarlo, el Estado de derecho, simplemente, desaparece.

Manuel Arag¨®n. Madrid

Novak Djokovic versus Rafael Nadal

Djokovic y Nadal, dos formas de jugar al tenis y dos formas de ver el mundo. Los dos Grandes del tenis mundial est¨¢n protagonizando en las redes un partido soterrado de tipo ¨¦tico: ?hay que vacunarse o no? El tenista serbio se ha erigido en el icono del negacionismo obtuso, mientras que el jugador espa?ol pugna por convertirse en el baluarte de la ciencia. La contumacia del supersticioso frente al esp¨ªritu solidario de quien considera la vacuna la condici¨®n esencial para derrotar al virus. Los dos cuentan con gran tir¨®n entre sus seguidores, pero confiemos en que el giro de mu?eca de la raz¨®n emp¨ªrica triunfe sobre el rev¨¦s del bulo. Nos jugamos mucho.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logro?o