Un Constitucional a¨²n conservador examina las reformas clave de Pedro S¨¢nchez
Los recursos contra ley Cela¨¢, el aborto y la eutanasia marcan la agenda del tribunal
El Tribunal Constitucional inicia este lunes un semestre que marcar¨¢ su historia, tanto por los asuntos que tiene pendientes de resoluci¨®n como por las condiciones en que se dispone a afrontarlos.
El orden concreto en que los magistrados abordar¨¢n los distintos recursos presentados est¨¢ todav¨ªa pendiente de elaboraci¨®n, pero deber¨¢ incluir algunas de las reformas m¨¢s importantes que el Gobierno ha impulsado en esta legislatura, desde la ley Cela¨¢, en materia educativa, hasta la ley de eutanasia, pasando por la norma que impide al Consejo del Poder Judicial efectuar nombramientos estando en funciones (han pasado m¨¢s de 1.000 d¨ªas desde que caduc¨® su mandato y la renovaci¨®n permanece bloqueada), a las que podr¨ªa a?adirse la ley del aborto, pendiente de fallarse desde hace m¨¢s de 11 a?os.
Para enjuiciar estas leyes y responder as¨ª a los recursos presentados por el Partido Popular y Vox, el tribunal de garant¨ªas cuenta con una mayor¨ªa conservadora que hasta ahora ha sido m¨¢s proclive a hacer valer sus criterios que a negociar.
El ejemplo m¨¢s palmario fueron los fallos que tumbaron aspectos esenciales de los dos estados de alarma acordados por el Ejecutivo para hacer frente a la pandemia del coronavirus. A estas sentencias se sum¨® la que consider¨® ilegal el par¨®n de la actividad del Congreso al inicio de la emergencia sanitaria. Todas estas decisiones provocaron fuertes tensiones y divisiones en el Tribunal Constitucional. El primero se aprob¨® por seis votos a cinco y los otros dos, por seis a cuatro.
Tras estas experiencias, el semestre que empieza va a poner a prueba la presunta voluntad de pacto anunciada por la mayor¨ªa conservadora, muy cohesionada en torno a Pedro Gonz¨¢lez-Trevijano como presidente. El primer gesto en esa direcci¨®n fue el ofrecimiento hecho al magistrado de la minor¨ªa progresista Juan Antonio Xiol para que ocupara la vicepresidencia del tribunal. Como resultado de esa operaci¨®n, tanto Trevijano como Xiol fueron elegidos por 11 votos; es decir, por unanimidad, ya que estaba de baja por enfermedad el duod¨¦cimo miembro del pleno, el magistrado Alfredo Montoya, para cuya reincorporaci¨®n a¨²n no hay fecha prevista.
La aceptaci¨®n de la propuesta de abrir una nueva etapa fue una apuesta m¨¢s que un acto de fe por parte del minoritario sector progresista del alto tribunal Este bloque, y en paralelo el Gobierno de coalici¨®n, est¨¢ a la espera de hechos que desmientan la sospecha de que la mayor¨ªa conservadora tratar¨¢ de seguir cortocircuitando las reformas del Ejecutivo, en un contexto de incertidumbre sobre el futuro del propio Constitucional a medio plazo.
La siguiente renovaci¨®n del tribunal debe llevarse a cabo en junio pr¨®ximo. Para que pueda realizarse sin nuevas controversias es preciso que el Consejo General del Poder Judicial pueda nombrar a los dos magistrados que le corresponden, lo que ahora no podr¨ªa hacer por la reforma legal que limit¨® sus competencias mientras siga en funciones con el mandato caducado.
Renovaci¨®n bloqueada
La Constituci¨®n exige que las renovaciones se hagan por tercios. Por tanto, si el Poder Judicial no puede nombrar a los dos magistrados que le tocan, podr¨ªa arg¨¹irse que el Gobierno ¡ªque en junio debe proponer a otros dos¡ª tampoco puede hacerlo.
Si, a pesar de todo, la renovaci¨®n se llevara a cabo en forma y plazo cambiar¨ªa la mayor¨ªa del tribunal. De la actual situaci¨®n de siete a cinco a favor del sector conservador se pasar¨ªa a otra en que la correlaci¨®n de fuerzas ser¨ªa la inversa, es decir, con mayor¨ªa progresista.
En el propio Tribunal Constitucional no existe seguridad sobre lo que pueda ocurrir dentro de seis meses, ni sobre cu¨¢l fue el prop¨®sito del Partido Popular al facilitar la renovaci¨®n en noviembre pasado, realizada con m¨¢s de dos a?os de retraso.
La duda, en suma, es si el objetivo de los populares fue facilitar acuerdos y cumplir las previsiones legales, o m¨¢s bien forzar la salida del anterior presidente, Juan Jos¨¦ Gonz¨¢lez Rivas, y del magistrado Andr¨¦s Ollero. Ambos fueron propuestos en su d¨ªa por los populares, pero se hab¨ªan opuesto a la anulaci¨®n del confinamiento acordado durante el primer estado de alarma. Precisamente, el ponente de esa sentencia fue Trevijano, cuyo mandato como presidente se prolongar¨ªa ¡ªy con ¨¦l la actual mayor¨ªa conservadora¡ª si en junio encalla la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional prevista para esas fechas.
En definitiva, sobre el tablero se amontonan las piezas pendientes de las decisiones del Gobierno y del PP ¡ªen forma de leyes para unos, y de recursos para otros¡ª, a sabiendas de que la situaci¨®n no es de igualdad de armas ¡ªporque hay una mayor¨ªa conservadora clara¡ª, y de que este tipo de partidas no acaba nunca en tablas.
Una primera prueba de fuego sobre la voluntad de di¨¢logo del sector mayoritario puede llegar con las sentencias sobre los recursos del PP y Vox contra la LOMLOE (Ley Org¨¢nica de Modificaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n) o ley Cela¨¢. Los magistrados han hecho llegar al primer ponente, el magistrado conservador Ricardo Enr¨ªquez, propuestas de cambio de su proyecto inicial de sentencia.
Algunas de ellas ponen objeciones al borrador de fallo porque propon¨ªa declarar inconstitucional la posibilidad de negar subvenciones a los centros que segreguen por sexos. La pregunta es si la sentencia mantendr¨¢ este pronunciamiento, y qu¨¦ propondr¨¢ respecto al tratamiento de las lenguas cooficiales en el sistema educativo, dos de los puntos b¨¢sicos ¡ªjunto a la regulaci¨®n de la escuela concertada¡ª en los recursos de Vox y el PP. De la segunda de estas impugnaciones es ponente el magistrado Antonio Narv¨¢ez, tambi¨¦n del sector conservador.
Poder Judicial en funciones
Lo que suceda con esta ley, o con la Ley Org¨¢nica de Regulaci¨®n de la Eutanasia, dos medidas clave en la presente legislatura, marcar¨¢ los pasos que d¨¦ el Gobierno como respuesta. Si empiezan a caer estas piezas, la minor¨ªa progresista puede replicar no solo con la presentaci¨®n de votos particulares en contra, de valor puramente testimonial. La anunciada pax romana en el tribunal de garant¨ªas puede dar paso a otro per¨ªodo de enfrentamientos y a situaciones te¨®ricamente contradictorias.
Los fallos sobre la posible anulaci¨®n de la prohibici¨®n impuesta al Consejo General del Poder Judicial para que no efect¨²e nombramientos encontr¨¢ndose en funciones, por ejemplo, corresponden a dos miembros del sector progresista del Constitucional, el vicepresidente Juan Antonio Xiol y la magistrada Mar¨ªa Luisa Balaguer. Podr¨ªa resultar parad¨®jico que sean sentencias de magistrados progresistas las que intenten tumbar una reforma impulsada por el Gobierno para tratar de facilitar la renovaci¨®n del Poder Judicial, bloqueada desde hace m¨¢s de tres a?os. Pero la ganancia que se derivar¨ªa de esta operaci¨®n para el Ejecutivo ser¨ªa la de abrir camino a un Constitucional con mayor¨ªa progresista.
El Gobierno no renuncia a un alto tribunal progresista
El Gobierno no está dispuesto a renunciar a que el Tribunal Constitucional refleje la mayoría progresista que hay en las Cortes. El Parlamento es el órgano donde reside la soberanía popular y los demás poderes del Estado emanan del mismo por lo que, tarde o temprano, deben reflejar las mayorías parlamentarias; es decir, el estado de opinión de la propia sociedad. El PP, sin embargo, ha obstaculizado la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de forma que estos no reflejan el resultado de las elecciones de 2019 sino el de 2016, cuando se impuso el PP. En el propio tribunal de garantías se ha extendido el criterio de que, por un procedimiento u otro, su renovación se desbloqueará en el próximo semestre con o sin acuerdo con el PP. Si el Consejo del Poder Judicial no deja de estar maniatado para realizar nombramientos, cabe la posibilidad de que las sentencias sobre los recursos que cuestionan su bloqueo propongan declarar inconstitucional cualquier iniciativa destinada a cercenar la capacidad del órgano de gobierno de los jueces de elegir a los dos magistrados del Constitucional que le corresponden, porque es un mandato impuesto por la Constitución, que por tanto no puede ser incumplido. En el caso de que la mayoría conservadora del tribunal de garantías rechazase esta tesis, aún sería posible llevarla a una proposición de ley para cuya aprobación el Ejecutivo contaría con suficiente respaldo en el Parlamento.
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