Una verdadera pol¨ªtica de rentas
El desaf¨ªo de recuperar los salarios en el medio y largo plazo empieza por fomentar el crecimiento de la productividad
Los datos sobre la subida salarial en los convenios colectivos de 2021 han reabierto el debate sobre la conveniencia de actualizar su poder adquisitivo a la inflaci¨®n del pasado a?o. Los salarios han subido de media un 1,41%, menos de la mitad del 3,1% de la inflaci¨®n promedio del a?o pasado. Ese diferencial es el que centra las llamadas al mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, reforzadas por el alza del ¨²ltimo periodo del a?o...
Los datos sobre la subida salarial en los convenios colectivos de 2021 han reabierto el debate sobre la conveniencia de actualizar su poder adquisitivo a la inflaci¨®n del pasado a?o. Los salarios han subido de media un 1,41%, menos de la mitad del 3,1% de la inflaci¨®n promedio del a?o pasado. Ese diferencial es el que centra las llamadas al mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios, reforzadas por el alza del ¨²ltimo periodo del a?o, que ha situado la inflaci¨®n interanual en cifras in¨¦ditas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas: un 6,7%.
La actualizaci¨®n autom¨¢tica de los salarios puede no ser la mejor soluci¨®n. La subida de precios se debe fundamentalmente al alza del coste de la energ¨ªa y a los cuellos de botella producidos en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado. De momento, no ha repercutido en toda la cadena de suministro y buena parte del incremento de los costes se ha trasladado a menores m¨¢rgenes empresariales, en un tejido econ¨®mico que lleva dos a?os con beneficios menguantes y fragilidad financiera creciente. Con este escenario, una subida de salarios que actualice autom¨¢ticamente el poder adquisitivo debe considerarse con mucha precauci¨®n. En primer lugar, porque incidir¨ªa en unas mayores expectativas de inflaci¨®n para 2022, consolidando el ritmo de crecimiento de los precios. Con m¨¢rgenes empresariales reducidos por los efectos de la pandemia, la subida salarial terminar¨ªa afectando a los precios de venta, de manera que la medida no solo no lograr¨ªa sus objetivos, sino que probablemente generar¨ªa el efecto contrario. En segundo lugar, porque lo que ahora es, todav¨ªa, una situaci¨®n transitoria (que puede estabilizarse durante el primer semestre de 2022), podr¨ªa convertirse en un fen¨®meno estructural en el medio plazo. Eso empeorar¨ªa las perspectivas de la econom¨ªa espa?ola y da?ar¨ªa su competitividad exterior, justo en el momento en el que hab¨ªamos logrado controlar el d¨¦ficit exterior, que es uno de nuestros desequilibrios end¨¦micos.
La coyuntura actual abre la oportunidad de una reflexi¨®n sobre una verdadera pol¨ªtica de rentas, abandonada en Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada y solo parcialmente recuperada en los ¨²ltimos a?os. Entre 2009 y 2018, los salarios perdieron peso en la distribuci¨®n de la renta en favor de los excedentes empresariales, al crecer por debajo del crecimiento de la productividad, siendo este uno de los efectos m¨¢s duraderos de la anterior crisis financiera. Una pol¨ªtica de rentas que recupere los salarios en el medio y largo plazo implica actuaciones destinadas a fomentar el crecimiento de la productividad, nuestro principal tal¨®n de Aquiles. Ese es el objetivo ¨²ltimo que deber¨ªa guiar la actuaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, particularmente con la llegada de los fondos europeos. Solo desde esta aproximaci¨®n, y esperando que la reforma laboral pactada mejore las condiciones de los colectivos m¨¢s golpeados por la precariedad y la dualidad, podremos ofrecer una respuesta robusta y justa si el alza de precios se vuelve permanente.