Villarejo, Rufi¨¢n y la conspiraci¨®n
Hay una frontera muy peligrosa entre creer las patra?as del comisario y utilizarlo como fuente de prueba en un atentado terrorista
El comisario Villarejo y el diputado Rufi¨¢n se vieron por primera vez las caras la tarde del 27 de mayo de 2021.
¡ªBuenas tardes, se?or Villarejo, ?c¨®mo est¨¢?
¡ªEstoy en rehabilitaci¨®n, tengo la espalda un poco fastidiada. El patio de cemento del hotel donde he estado es muy duro.
¡ªEso me han dicho.
Villarejo acababa de salir de la c¨¢rcel despu¨¦s de casi cuatro a?os en prisi¨®n provisional acusado de organizaci¨®n criminal, cohecho y blanqueo de capitales. Esa tarde acud¨ªa al Congreso para declarar ante la comisi¨®n de investigaci¨®n de la Operaci¨®n Kitchen y, como siempre, se despach¨® a gusto. Estuvo hablando desde las 16.05 hasta las 19.45 ¡ª66 p¨¢ginas del diario de sesiones¡ª y sigui¨® al pie de la letra su guion de siempre. Se trata de una t¨¦cnica muy vieja, pero que sigue dando resultado. Consiste en decir cada vez una barbaridad m¨¢s gorda que la anterior pero un poco menos que la siguiente. El objetivo es no dejar de ser nunca el foco de atenci¨®n a la vez que se proyecta una cortina de humo sobre lo verdaderamente importante.
Se puede decir que aquella tarde Villarejo y Rufi¨¢n congeniaron, no se sabe si por esa qu¨ªmica que surge a veces entre personajes antag¨®nicos o porque, a fin de cuentas, al comisario jubilado y al diputado de ERC les un¨ªa un objetivo com¨²n: dibujar al alim¨®n el retrato de un Estado corrupto donde las cloacas lo contaminan todo bajo la connivencia alternativa de PP y PSOE. Rufi¨¢n no fue el diputado borrascoso de otras veces, mas al contrario: dej¨® que Villarejo se explayase, incluso que se diese el pisto ¡ªuna especialidad de la casa¡ª sin venir a cuento:
¡ª?Desde d¨®nde lo llamaron?
¡ªDesde el gabinete de Cosid¨® [el director de la Polic¨ªa]. Y eso que yo estaba en una operaci¨®n muy importante de proximidad con el Daesh a trav¨¦s de Arabia Saud¨ª y tambi¨¦n en colocar a un colaborador en una operaci¨®n en el L¨ªbano porque nos lo pidi¨® el FBI...
Rufi¨¢n, que en cualquier otro momento se hubiera partido de risa, escucha con recogimiento, deja que el comisario fabule...
?Y todo eso?, se preguntar¨¢n, ?qu¨¦ tiene que ver con Twitter? Tiene que ver con dos tuits consecutivos puestos en circulaci¨®n por Gabriel Rufi¨¢n la tarde del martes y que a¨²n andan rebotando por la Red. En uno de ellos, escribe: ¡°25 segundos que hielan la sangre¡±, y adjunta un v¨ªdeo de Villarejo durante su declaraci¨®n en el juicio del caso T¨¢ndem en el que asegura que detr¨¢s del los atentados del 17 de agosto en Catalu?a estuvo el CNI. Lo hace sin pruebas, sin m¨¢s indicios que su vendetta personal con el exdirector de los servicios secretos F¨¦lix Sanz Rold¨¢n. Y, a pesar de esto, Rufi¨¢n escribe un tuit complementario en el que anuncia: ¡°Solicitamos YA estas comparecencias. Presidente del Gobierno. Ministro del Interior. Exdirector del CNI. Exigimos explicaciones. El Gobierno NO puede callar¡±.
25'' que hielan la sangre.
— Gabriel Rufi¨¢n (@gabrielrufian) January 11, 2022
Exigiremos explicaciones y las exigiremos hasta el final. pic.twitter.com/g4PNehVSl5
Hay una frontera muy peligrosa entre darle cancha a las patra?as de Villarejo en asuntos pol¨ªticos y utilizarlo como fuente de prueba en algo tan grave como la teor¨ªa de la conspiraci¨®n en un atentado terrorista. Lo hizo el PP de Aznar y Rajoy tras el atentado yihadista del 11-M y lo hace ahora el partido de Aragon¨¨s y Rufi¨¢n con el de Barcelona. En ambos casos, en contra de la versi¨®n policial y judicial. En ambos casos, para tapar asuntos menores ¡ªuna derrota electoral entonces, una purga de la polic¨ªa catalana ahora¡ª. Entonces, el PP cont¨® con el altavoz de un locutor de radio y un director de peri¨®dico que a¨²n no han reconocido su desvar¨ªo. Ahora est¨¢ Twitter y su ruido infinito. En medio, siempre, el dolor de las v¨ªctimas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.