Todav¨ªa no es una gripe
La incertidumbre que provoca la pandemia aconseja avanzar en otros modelos de prevenci¨®n pero sin precipitarse
Tras dos a?os de pandemia, cinco millones de muertos en todo el mundo, una grave alteraci¨®n de la vida econ¨®mica y social y una sexta ola en curso que ha superado los picos m¨¢ximos de contagios y hospitalizaciones de las anteriores oleadas, el cansancio hace mella y corremos el riesgo de querer superar etapas antes de tiempo. Que el Gobierno haya anunciado un plan para tratar la covid-19, cuando sea posible, como una enfermedad end¨¦mica con un control similar al de la gripe, no significa que la pandemia haya pasado y que ya puede ser equiparada al virus que nos visita cada invierno. Los gestores tienen la obligaci¨®n de anticiparse y el debate ha prendido en toda Europa aunque ni siquiera se ha alcanzado el pico de contagios de la variante ¨®micron.
Es obvio que estamos en un nuevo escenario y eso explica las nuevas pautas. Acortar las cuarentenas a siete d¨ªas es congruente con que la mayor¨ªa de los casos son de menor gravedad. Y la decisi¨®n de dejar de hacer pruebas PCR a los contactos directos, si no presentan s¨ªntomas, evita el colapso de los centros de salud. Pero el virus sigue provocando un alto n¨²mero de hospitalizaciones y muertes y tanto la OMS como el Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades o la Agencia Europea del Medicamento consideran que es prematuro tratar ya la covid como si fuera una simple gripe.
Para que podamos pasar de pandemia a endemia es preciso que se den una serie de condiciones. Muchos vir¨®logos prev¨¦n que el SARS-CoV-2 pueda quedar como un virus end¨¦mico, como los cuatro coronavirus del catarro que le han precedido, aunque no se sabe si acabar¨¢ siendo estacional o de circulaci¨®n permanente con brotes espor¨¢dicos. El hecho de que, con las sucesivas variantes, hayamos pasado de una mortalidad del 13% en el inicio de la pandemia al 1% actual es una se?al de que vamos en esa direcci¨®n. Sabemos que la protecci¨®n de las vacunas contra la infecci¨®n decae con el tiempo y que habr¨¢ que dar dosis de refuerzo, pero no sabemos con cu¨¢nta frecuencia y si tambi¨¦n decaer¨¢ con el tiempo la protecci¨®n frente a la enfermedad grave. Y la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes seguir¨¢ siendo alta mientras la vacunaci¨®n no llegue a todo el planeta.
Tanta incertidumbre invita a pensar que el cambio de modelo solo podr¨¢ ser gradual, cauteloso y reversible. La covid no pasar¨¢ a ser de un d¨ªa para otro una gripe si circula libremente, sin ninguna medida de restricci¨®n y fiando toda la estrategia preventiva solo a la eficacia de las vacunas. S¨ª es necesario, en cambio, ir avanzando en el dise?o de un nuevo sistema de control para cuando ese d¨ªa llegue. De momento, el virus exige todav¨ªa los diques de contenci¨®n vigentes.
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