Vacunas contra la ¨®micron: el dilema

Lo que se puede hacer acaba haci¨¦ndose, dice un viejo lema cient¨ªfico, pero no siempre es as¨ª. Una vacuna contra la variante ¨®micron se puede hacer, pero no acaba de hacerse. No est¨¢ claro que sea la estrategia antipand¨¦mica m¨¢s inteligente. Las factor¨ªas de vacunas est¨¢n dedicadas por completo a producir las inyecciones actuales, todas ellas dise?adas contra la versi¨®n original del coronavirus que surgi¨® en Wuhan hace dos a?os y pico, y dedicar esas instalaciones a fabricar vacunas contra la ¨®micron solo puede hacerse a costa de reducir el suministro de las que est¨¢n ahora en uso. Aunque la parte cient¨ªfica est¨¦ resuelta, la decisi¨®n de ponerla en pr¨¢ctica constituye un dilema empresarial, gubernamental y ¨¦tico. Una decisi¨®n dif¨ªcil, por si nos hiciera falta alguna m¨¢s en esta crisis larga y fatigosa.

Las vacunas de ARN mensajero, creadas por Pfizer y Moderna, proteg¨ªan del contagio en un 95% cuando fueron aprobadas. Pero eso era contra el SARS-CoV-2 original de Wuhan. La protecci¨®n baj¨® al 87% contra la variante delta, y ha vuelto a caer hasta un modesto 33% con la ¨®micron. Esta es la raz¨®n de que la ¨®micron cause infecciones incluso en la gente vacunada o inmunizada por haber pasado anteriormente la covid. Esto podr¨ªa evitarse desarrollando vacunas espec¨ªficas contra la ¨®micron, y los fabricantes llevan tiempo en ello. Las t¨¦cnicas de manipulaci¨®n gen¨¦tica permiten modificar la vacuna para dirigirla contra cualquier variante en cuesti¨®n de d¨ªas. Donde hab¨ªa un trozo del gen de la esp¨ªcula de la variante de Wuhan, lo sustituyes por el trozo equivalente de la ¨®micron y ya est¨¢ hecho. Eso es casi lo de menos.

Pero ning¨²n productor ha solicitado autorizaci¨®n de las vacunas anti¨®micron a las agencias del medicamento, como la FDA en Estados Unidos o la EMA en Europa. Incluso con la aceleraci¨®n actual del proceso, dise?ar una vacuna anti¨®micron, someterla a ensayos cl¨ªnicos y producirla en masa llevar¨ªa seis meses, y nadie est¨¢ en condiciones de garantizar que una nueva mutaci¨®n que deje obsoleta la inyecci¨®n no surja antes de eso en cualquier lugar y se propague por el planeta. La variante beta, por ejemplo, surgi¨® en Sud¨¢frica el a?o pasado y dur¨® dos meses. Para cuando los productores hab¨ªan desarrollado vacunas antibeta, el virus se hab¨ªa esfumado. Algo similar ha ocurrido con la delta, esta vez porque la ¨®micron la ha desplazado de sus territorios a fuerza de eficacia de contagio. Las empresas dudan ante la magnitud de unas inversiones que se pueden ir a la basura si surge una nueva variante post¨®micron, y los gobiernos tampoco est¨¢n demandando el producto.

Un enfoque m¨¢s seguro ser¨ªa desarrollar ¡°vacunas universales¡± que puedan estimular al sistema inmune a reaccionar contra muchas variantes del SARS-CoV-2. Consisten en nanopart¨ªculas que llevan pegados trozos de prote¨ªnas del virus de tantas variantes como uno quiera, o bien trozos especialmente estables, que apenas var¨ªan entre unas cepas y otras. Esta es una idea muy interesante, pero cuyos productos no llegar¨¢n antes de dos a?os ni en los c¨¢lculos m¨¢s optimistas. Durante ese tiempo, tal vez sea conveniente producir una vacuna contra la ¨®micron, puesto que es muy probable que cualquier variante futura se base en ella. En fin, as¨ª est¨¢n las cosas.