Equ¨ªvocos
Hoy lo progre es creer que hay almas atrapadas en cuerpos que no les corresponden, que no existen varones ni mujeres pero s¨ª quienes se sienten lo uno o lo otro
Entre los trucos que explic¨® Schopenhauer en El arte de tener siempre raz¨®n no figura uno de invenci¨®n reciente y eficacia incontestable: la fobia. O sea, acusar a quien nos lleva la contraria argumentadamente de padecer una fobia, una enfermedad mental y moral contra nuestra identidad ideol¨®gica. Denunciar esa patolog¨ªa, que descalifica al adversario, nos dispensa de refutar sus razones, cosa a veces dif¨ªcil. El modelo de toda fobia es la hidrofobia porque nadie discute con un perro rabioso: se le apiola y a otra cosa. As¨ª se convierten en dogmas (?y en leyes!) las peores aberraciones: por ejemplo, la teor¨ªa queer de la identidad de g¨¦nero, que niega la existencia biol¨®gica de dos sexos ¡ªde los que depende la reproducci¨®n humana¡ª y la sustituye por un fluido gen¨¦rico construido socialmente en el que todo cabe menos la normalidad. Hoy lo progre es creer que hay almas atrapadas en cuerpos que no les corresponden, que no existen varones ni mujeres pero s¨ª quienes se sienten lo uno o lo otro siempre que no lo sean cromos¨®micamente, y que la identidad trans es una revelaci¨®n que a algunos les llega antes de aprender a andar. Si no crees estos dislates, eres transfobo y nadie decente puede querer frecuentarte. Incluso te pueden multar...
Esta doctrina tiene sus pensadores venerados, aunque Judith Butler y Paul B. Preciado sean a la filosof¨ªa lo que Los Morancos a la f¨ªsica cu¨¢ntica. Pero tambi¨¦n sus cr¨ªticos bien documentados: lean Nadie nace en un cuerpo equivocado (Deusto), de Jos¨¦ Errasti y Marino P¨¦rez ?lvarez, con formidable pr¨®logo de Amelia Valc¨¢rcel. No me preocupa que se difundan ideas equivocadas, siempre las habr¨¢, pero es grave que se conviertan en asignaturas obligatorias. El abuso de menores no siempre proviene de las sacrist¨ªas...
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