Se busca enemigo
De la coherencia, inteligencia y creatividad con que respondan a la crisis de Ucrania las democracias depender¨¢ su papel y fortaleza en nuevo orden global abocado a una divisi¨®n en bloques
Pocas cosas unen tanto como un enemigo com¨²n. Los aliados occidentales est¨¢n a partir un pi?¨®n. Cualquiera lo dir¨ªa, despu¨¦s del fiasco de Afganist¨¢n; despu¨¦s del desplante del Aukus. Pero la amenaza que viene de Rusia es motivo m¨¢s que suficiente para dejar de lado las diferencias. El juego del divide y vencer¨¢s que tan bien maneja Putin no fue capaz de romper la barrera de las sanciones de la UE por la anexi¨®n de Crimea y ahora tampoco de minar la unidad trasatl¨¢ntica. Unidad ratificada este pasado fin de semana tanto por la presidenta de la Comisi¨®n Europea como por la vicepresidenta de Estados Unidos en la Conferencia de Seguridad de M¨²nich, que se celebraba, despu¨¦s de muchas d¨¦cadas, bajo la sombra de una posible guerra.
Pocas cosas unen m¨¢s que un enemigo com¨²n, y si no que se lo digan a China y a Rusia. Aliados tradicionalmente improbables que han encontrado en el desaf¨ªo al orden global y los valores occidentales un motivo para unir fuerzas. Y en la crisis de Ucrania la excusa perfecta para escenificar su uni¨®n. La declaraci¨®n conjunta que Xi Jinping y Vlad¨ªmir Putin firmaron tras su reuni¨®n a principios de febrero esboza su visi¨®n del mundo, con sus peculiares concepciones de democracia, derechos humanos y multilateralismo.
Un cambio sustancial en el panorama del reparto de poder global.
Hasta hace muy poco, China parec¨ªa erigirse como el principal nuevo ¡°enemigo¡± de Occidente. As¨ª lo recoge la Estrategia Nacional de Defensa estadounidense, cuya aprobaci¨®n se ha retrasado por el conflicto en la frontera de Ucrania.
No solo en Estados Unidos. La ya expl¨ªcita amenaza china en todos los campos est¨¢ logrando impulsar una renovada determinaci¨®n occidental para defender los valores y principios de la democracia y la econom¨ªa de mercado, seg¨²n un reciente art¨ªculo en Foreign Affairs.
El G-7, la UE y el propio Washington est¨¢n desarrollando una serie de iniciativas econ¨®micas, tecnol¨®gicas y militares para contrarrestar los avances de China hacia el dominio global. Algunos ejemplos: las que pretenden competir en infraestructuras con la Nueva Ruta de la Seda; las acciones contra Huawei o para frenar el despliegue de tecnolog¨ªas que atentan contra las libertades individuales; los diversos esfuerzos para contestar a la creciente asertividad china en el Pac¨ªfico, como el Quad y el Aukus.
?Ser¨¢ suficiente este rearme para devolver la confianza a un mundo occidental que atraviesa por un cuestionamiento profundo, tanto interno como global? Y, sobre todo, ?ser¨¢ capaz Occidente de manejar dos grandes rivales simult¨¢neamente?
Pocas cosas unen tanto como un enemigo com¨²n¡ y m¨¢s si son dos. Ya se vislumbra c¨®mo ser¨ªa un futuro marcado por autocracias. De la coherencia, inteligencia y creatividad con que respondan a la crisis de Ucrania las democracias depender¨¢ su papel y fortaleza en nuevo orden global abocado a una divisi¨®n en bloques.
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