La Nueva Ruta de la Seda, el gran plan estrat¨¦gico de China
Para sus cr¨ªticos, es un proyecto para dominar el mundo; para sus defensores, facilita el desarrollo de regiones olvidadas
LOS CAMINOS CONTEMPOR?NEOS
Un puerto en Portugal, el de Sines. Una ruta de tren a Madrid. Un gasoducto en Kazajist¨¢n. Una urbanizaci¨®n en Malasia. Una exposici¨®n art¨ªstica en Dunhuang, en el oeste de China. Todos son proyectos integrados en la Nueva Ruta de la Seda, la ambiciosa red china de infraestructuras repartida por los cinco continentes que puede costar hasta un bill¨®n de d¨®lares. Un plan estrat¨¦gico de ramificaciones geopol¨ªticas y econ¨®micas, criticado por algunos como un instrumento para dominar el mundo y alabado por otros como un plan Marshall del siglo XXI que ayudar¨¢ a desarrollar regiones olvidadas. Y al que China asigna una importancia vital; tanta, que desde el a?o pasado la ha incluido en la Constituci¨®n del Partido Comunista.
En sus comienzos, cuando el presidente chino Xi Jinping present¨® la idea en sendas cumbres en Astan¨¢ (Kazajist¨¢n) y Yakarta (Indonesia) en 2013, la propuesta se ce?¨ªa a los pa¨ªses vecinos, y su prop¨®sito era principalmente la construcci¨®n de infraestructuras. Pero ha ido expandi¨¦ndose geogr¨¢fica y sectorialmente, a medida que ha ido creciendo la asertividad de China en el exterior. Actualmente, seg¨²n Pek¨ªn, est¨¢n adheridos m¨¢s de cien pa¨ªses en todo el mundo. Y abarca casi cualquier ¨¢rea: tiene componentes comerciales, financieros, de seguridad y culturales.
El inter¨¦s geogr¨¢fico principal sigue siendo Asia. Pero ¡°de acuerdo con las comunicaciones oficiales chinas, todos los pa¨ªses y continentes pueden incluirse, desde el ?rtico a Am¨¦rica Latina¡±, precisa Alice Ekman, investigadora sobre China del Instituto Franc¨¦s de Relaciones Internacionales (IFRI). Y ¡°ya no solo incluye carreteras, rutas ferroviarias, puertos, aeropuertos e infraestructuras de transporte. Tambi¨¦n incluye normas y est¨¢ndares, aduanas, tribunales, comercio electr¨®nico¡ B¨¢sicamente, es una etiqueta que se puede pegar en todo un abanico de proyectos¡±.
Desestimada en sus comienzos por algunos como un plan imposible, la Nueva Ruta de la Seda, o ¡°Iniciativa de la Franja y la Ruta¡± (¡°yi dai yi lu¡± en mandar¨ªn, BRI por sus siglas en ingl¨¦s) ha cambiado realidades sobre el terreno y va a continuar durante d¨¦cadas. A trav¨¦s de uno de los proyectos estrella, el Corredor Econ¨®mico China-Pakist¨¢n, tendr¨¢ acceso desde su oeste a trav¨¦s del puerto pakistan¨ª de Gwadar al mar. En Yibuti, en el cuerno de ?frica, ha establecido su primera base militar.
LAS CONEXIONES EN EUROPA
Para China, los beneficios del plan son claros: ampliar v¨ªas hacia el oeste le permite desarrollar sus regiones occidentales, m¨¢s empobrecidas; estimula sus sectores industriales en momentos en los que su econom¨ªa entra en una etapa de menor crecimiento; abre mercados para sus productos; facilita que otros pa¨ªses adopten sus est¨¢ndares tecnol¨®gicos, por ejemplo en telefon¨ªa 5G; y, en general, expande su presencia e influencia internacional.
?La guerra comercial con Estados Unidos
?El plan ha adquirido una importancia estrat¨¦gica a¨²n mayor para Pek¨ªn ante su guerra comercial con Estados Unidos. Si contin¨²an las tensiones, necesitar¨¢ diversificar sus importaciones y exportaciones. ¡°Pek¨ªn recurrir¨¢ a los canales construidos a lo largo de la Ruta, especialmente en los sectores agr¨ªcola y energ¨¦tico. En los m¨¢rgenes, cierta producci¨®n adicional china puede trasladarse al sureste asi¨¢tico¡±, apuntaba la consultora Eurasia Group esta semana en una nota.
Para los pa¨ªses beneficiarios, las ventajas son tambi¨¦n obvias. Asia necesitar¨¢ cerca de 1,7 billones de d¨®lares (1,5 billones de euros) en inversiones en infraestructuras hasta 2030 para mantener su crecimiento, seg¨²n el Banco Asi¨¢tico de Desarrollo. Y las inversiones de China llegan sin preguntas sobre derechos humanos o la naturaleza del Gobierno en el poder.
PROYECTOS FINANCIADOS POR CHINA EN EL MUNDO
Hasta el momento, China asegura haber desembolsado 53.000 millones de euros; el Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS) calcula esa cifra en 22.000 millones en su base de datos sobre la iniciativa. Esos montos seguir¨¢n aumentando. El n¨²mero de proyectos supera con holgura el millar, y aunque Pek¨ªn ha restringido el flujo de capitales al exterior ante su ralentizaci¨®n econ¨®mica, las propuestas con la etiqueta BRI siguen encontrando una financiaci¨®n generosa. Y algunos pa¨ªses, especialmente aquellos que encuentran acceso m¨¢s dif¨ªcil a los mercados internacionales, han aceptado con entusiasmo la chequera china.
Lo que ha generado cr¨ªticas de algunos pa¨ªses. Por boca de su secretario de Estado, Mike Pompeo, y de su vicepresidente, Mike Pence, Estados Unidos ¡ªinmerso en su guerra comercial con la potencia asi¨¢tica¡ª ha acusado a Pek¨ªn de llevar a cabo una pol¨ªtica exterior de ¡°trampa de la deuda¡±.
Una deuda que ¡ªseg¨²n los acusadores¡ª puede utilizarse para evitar cr¨ªticas sobre los derechos humanos en China o para conseguir decisiones favorables, por ejemplo en torno a nombramientos en puestos internacionales o sobre disputas territoriales, como la que mantiene en el mar del Sur de China. Pek¨ªn es el acreedor de m¨¢s del 50% de la deuda de ocho pa¨ªses incluidos en la BRI: Kirguist¨¢n, Laos, Maldivas, Mongolia, Montenegro, Pakist¨¢n, Tayikist¨¢n y Yibuti.
Varios pa¨ªses de Europa Occidental ¡ªincluida Espa?a¡ª o Jap¨®n mantienen tambi¨¦n sus reservas sobre la BRI, aunque se muestran dispuestos a colaborar en proyectos puntuales. El primer ministro nip¨®n, Shinzo Abe, suscribi¨® el mes pasado un memorando de entendimiento para colaborar en terceros mercados, un documento similar al que ha suscrito Espa?a esta semana. Pero estos pa¨ªses insisten en que, aunque el plan cuenta con un enorme potencial, China tiene que mostrar una transparencia en los contratos y los cr¨¦ditos que ha sido esquiva hasta el momento.
¡°Hay que cumplir los est¨¢ndares internacionales. Si se respetan, entonces hay potencial para la cooperaci¨®n¡±, apuntaba el mes pasado un funcionario del Gobierno nip¨®n durante la visita de Abe a Pek¨ªn.
En Bruselas y Tokio, en Berl¨ªn, Par¨ªs y Madrid se subraya la necesidad de demostrar que esos proyectos no perjudican al medioambiente, son viables, beneficiosos para sus destinatarios y el pa¨ªs receptor puede pagarlos.
Estas capitales han rechazado firmar, pese a las sugerencias chinas, memorandos de entendimiento generales de respaldo a la BRI. ¡°Los t¨¦rminos de estos memorandos son a menudo muy generales, vagos en algunos casos, e incluyen expresiones oficiales chinas que Pek¨ªn quiere promover pero cuyo significado a¨²n no est¨¢ claro, como ¡®comunidad de destino compartido¡±, explica Ekman.
Sri Lanka, un caso emblem¨¢tico
El caso de Sri Lanka es emblem¨¢tico de estas cr¨ªticas. Este pa¨ªs ha recibido cr¨¦ditos chinos por valor de unos 9.000 millones de euros, lo que le convierte en el tercer receptor de fondos de la BRI, solo por detr¨¢s de Pakist¨¢n y Rusia. Su fuerte endeudamiento ¡ªno solo con Pek¨ªn¡ª le ha llevado a ceder a una empresa china el uso de su puerto de Hambantota y ha colocado en una situaci¨®n de gran debilidad a su Gobierno.
El peso de la deuda y lo gigantesco de los proyectos ha llevado a echarse atr¨¢s, en algunos casos, a los pa¨ªses. El nuevo primer ministro malasio, Mahatir Mohamed, anunci¨® poco despu¨¦s de su llegada al poder la suspensi¨®n de una l¨ªnea de tren, la L¨ªnea de Ferrocarril de la Costa Este, y de una serie de gasoductos. Durante la campa?a electoral que le llev¨® al poder este verano, y ante la abultada deuda de su pa¨ªs, el flamante jefe de Gobierno en Pakist¨¢n, Imran Khan, promet¨ªa revisar las cuentas del Corredor Econ¨®mico, donde China ha prometido invertir cerca de 40.000 millones de euros.
En otros casos, las quejas vienen de la falta de resultados. La l¨ªnea Madrid-Yiwu sigue sin arrojar beneficios en su trayecto de regreso a la ciudad costera china. En 2016, Filipinas desestim¨® el fallo a su favor de una corte internacional en su disputa territorial con Pek¨ªn en el mar del Sur de China y su entonces nuevo presidente, Rodrigo Duterte, anunci¨® un giro hacia la gran potencia asi¨¢tica; a cambio, recibi¨® 14 memorandos con promesas de jugosas inversiones. Pero dos a?os m¨¢s tarde, apenas se ha materializado ninguna.
China replica que sus proyectos generan empleo en los pa¨ªses y favorecen el desarrollo. Y que sus cr¨¦ditos no son los causantes de los problemas de deuda de los pa¨ªses en problemas. ¡°China ha llegado m¨¢s tarde. No es el principal pa¨ªs acreedor¡±, sosten¨ªa en septiembre Ning Jizhe, el vicepresidente de la Comisi¨®n Nacional de Reforma y Desarrollo, el principal ¨®rgano de pol¨ªtica econ¨®mica en Pek¨ªn.
?Un cambio de marcha
Pero tambi¨¦n ha aceptado que, sobre todo en los primeros a?os, cuando todos ¡ªempresas, provincias y Gobierno central¡ª se lanzaron a toda prisa a poner en marcha la BRI, pudieron cometerse errores por desconocimiento o precipitaci¨®n.
El propio Xi Jinping, en una serie de actos para conmemorar el quinto aniversario de la iniciativa, ha instado a cambiar de marcha y no tanto firmar proyectos por firmar sino ¡°priorizar las necesidades de los otros socios y poner en marcha proyectos que beneficien a los residentes locales¡±. La asociaci¨®n con otros socios que aporten fiabilidad ¡ªJap¨®n o pa¨ªses europeos como Espa?a¡ª parece parte de ese cambio de estrategia.
Espa?a, un socio para proyectos puntuales
El presidente chino Xi Jinping fue recibido esta semana con honores en Madrid. Reuniones con el Gobierno, visita al Rey, cena de gala, encuentros con empresarios... Los dos Gobiernos acabaron firmando una declaraci¨®n en la que se comprometen a luchar juntos ¡°contra el proteccionismo y el unilateralismo¡± y profundizar en ¡°la promoci¨®n de un mercado m¨¢s abierto y la eliminaci¨®n de todos los obst¨¢culos comerciales¡±. Incluso se concretaron algunos acuerdos bilaterales: China permitir¨¢ la importaci¨®n de jam¨®n (con hueso incluido) y de uvas espa?olas.
Sin embargo, la participaci¨®n de Espa?a en la Nueva Ruta de la Seda no qued¨® sellada. El Gobierno espa?ol reconoci¨® su potencial, y se comprometi¨® a explorar proyectos concretos. De hecho, ya hay una conexi¨®n de mercanc¨ªas por tren y participaci¨®n de capital chino en los puertos de Valencia y Bilbao. Pero Pedro S¨¢nchez no estamp¨® su firma en el club de la alianza con la que China avanza imparable.
Xi tambi¨¦n ha rechazado otras acusaciones contra un plan que lleva su sello personal. La BRI no tiene, asegura, ni fines geoestrat¨¦gicos ni militares, como han denunciado algunos cr¨ªticos, ni tiene como objeto lograr la hegemon¨ªa de China. ¡°No es un club de China¡±, subrayaba en agosto.
Y, si bien es cierto que una serie de proyectos han resultado problem¨¢ticos, la consultora RWR Advisory Group, en Washington, calcula esa proporci¨®n en solo un 14%, una cifra relativamente reducida dadas las dimensiones del plan.
Incluso en los casos en los que los Gobiernos receptores han protestado ¡ªMahatir lleg¨® a hablar de ¡°nuevo colonialismo¡±¡ª, m¨¢s que una cancelaci¨®n absoluta de los proyectos pol¨¦micos, se ha buscado una renegociaci¨®n. En el caso malasio, la l¨ªnea de tren a la que se ha puesto en pausa interesa a los dos pa¨ªses; los oleoductos, al parecer, solo est¨¢n suspendidos mientras Kuala Lumpur resuelve sus ¡°problemas fiscales internos¡±. El primer ministro ha insistido en la importancia de la inversi¨®n china para su pa¨ªs.
En el caso de Pakist¨¢n, que trata de renegociar su deuda, el primer ministro Khan acord¨®, en una visita a Pek¨ªn este mes, la creaci¨®n de un grupo de trabajo sobre ¡°desarrollo socioecon¨®mico¡±. Tambi¨¦n suscribi¨® un comunicado conjunto en el que los dos Gobiernos ¡°rechazan la creciente propaganda negativa¡± contra el Corredor.
En otros pa¨ªses, el futuro de la ruta est¨¢ a¨²n sujeto a incertidumbres. Tailandia e Indonesia tienen previstas elecciones que pueden alterar la actitud de sus respectivos Gobiernos. En Filipinas, pende un interrogante sobre la salud de Duterte.
Aunque sobre la mesa no hay grandes alternativas para satisfacer las necesidades?asi¨¢ticas de infraestructura. El Banco Asi¨¢tico de Desarrollo (BAD) no puede competir contra las arcas chinas. El plan japon¨¦s de ayuda a las infraestructuras, lanzado en 2015 y dotado con casi 100.000 millones de euros para cinco a?os, es mucho m¨¢s modesto, en alcance geogr¨¢fico y en fondos, que el chino. Europa solo ha propuesto su propio programa muy recientemente, y para empezar en 2021. Estados Unidos ha anunciado este a?o unos meros 113 millones de d¨®lares (unos 100 millones de euros) en nuevas inversiones en la regi¨®n Indo-Pac¨ªfico.
En cambio, China mantiene su fuerte apuesta por la BRI. Y al incluirla en la constituci¨®n del Partido Comunista, ha dejado claro que la iniciativa continuar¨¢ durante d¨¦cadas.
El a?o pr¨®ximo celebrar¨¢ su segunda Cumbre de la Ruta de la Seda. Si a la primera, en 2017, acudieron delegaciones de 110 pa¨ªses y 29 jefes de Estado o de Gobierno, Pek¨ªn no se conformar¨¢ con menos. Ser¨¢ una cita clave para determinar la evoluci¨®n de este proyecto, que comenz¨® como una mera propuesta de infraestructuras y ha evolucionado a un gigantesco plan estrat¨¦gico.
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